Capítulo 33

920 113 30
                                    

+18

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

+18.

Perséfone.

Mierda.

Mi cuerpo rebota en la cama cuando es lanzado sin ningún reparo, trago grueso cuando los cinco se colocan frente a mi cuerpo con sus torsos desnudos.

¿Cuando se quitaron sus camisas?

Dominic se cierne sobre mi cuerpo con una perversa sonrisa adornando su rostro, muerde mi mandíbula de forma juguetona mientras sus manos se cuelan por debajo de mi camisa, sus dedos tocan mis pechos desnudos sacándome un pequeño suspiro, se separa de mi cuerpo y saca sus manos de mi camisa antes de incorporarse en la cama, relame sus labios y con una oscura sonrisa sujeta los laterales de mi camisa y la rompe.

Perséfone: Merda.

Los botones caen en la cama, mis pechos quedan expuestos ante todos ellos y sus miradas no tardan en ir hacia ese lugar, mi rostro enrojece y mis dientes atrapan mi labio inferior tratando de reprimir un gemido cuando Dominic sujeta mis pechos con devoción luego de quitarme los restos de la camisa.

Dominic: ¿Puedo comerte?

Trago grueso sintiendo como mi rostro adquiere un tono aún más rojizo, asiento tímidamente con mi cabeza ganándome una hermosa sonrisa de su parte, se acerca hasta mis pechos y los aprieta con sus manos, deja un suave beso en mis pezones antes de prenderse de uno de ellos, Artemi se acerca a nosotros y empieza a darle atención a mi otro pecho, un pequeño jadeo escapa de mis labios cuando muerden y succionan mis pezones con ímpetu, abro mis ojos cuando siento que alguien abre mis piernas, miró hacia abajo notando que Dimitri se encuentra viendo fijamente mi intimidad cubierta por unas pequeñas bragas negras.

Dimitri: Estas son mías ahora— baja mis bragas lentamente por mis piernas, mira mi coño fijamente causando que ahora no solo mi rostro este rojo, el sonrojo se traspasó hasta mi cuello y pecho— pero miren nada más— relame sus labios mientras pasa dos de sus dedos lentamente por mis pliegues húmedos— si nuestra mujer ya está más que lista y ansiosa.

Trago grueso cuando sus dedos ingresan en mi interior lentamente, muerdo mi labio inferior tratando de reprimir los gemidos que quieren brotar de los mismos cuando veo a Malik y Zyan desnudos ante mi viendo como sus hermanos me dan placer, un gemido incontrolable sale de mi boca cuando los dedos de Dimitri se mueven junto a su húmeda lengua en mi clítoris, llevo una de mis manos a mi boca cuando sus dedos son reemplazados por su lengua en mi interior.

Malik: No nos cohibías del placer de escucharte, ángel.

Aparta mi mano de mi boca mientras lleva sus dedos a mis labios, sonríe cuando los chupo sin esperar que me lo indique, saca sus dedos de mi boca y los baja en un lento recorrido por mi monte de venus hasta llegar a mi hinchado clítoris, los dedos de mis pies se retuercen mientras mis manos aprietan las sábanas con fuerza cuando Dimitri lleva sus dedos a mi ano sin dejar de mover su lengua en mi interior de forma rápida, mi cabeza se va hacia atrás cuando Dominic y Artemi tiran de mis pezones haciendo que una punzada de dolor mezclada con el placer abarque mi cuerpo y me haga explotar en un fuerte orgasmo que me pone a ver estrellas en el techo.

Perséfone: Merda, merda...

Suelto un gemido lastimero cuando los movimientos en mi clítoris no cesan, la lengua de Dimitri baja hasta mi ano y cuando intento cerrar mis piernas estas son retenidas por Zyan.

Zyan: Hoy serás nuestra, debemos prepararte, solecito.

Se encarga de mantenerme abierta para su hermano, Artemi y Dominic se apartan de mis pechos cuando estos están cubiertos de sus marcas, me miran con una sonrisa de suficiencia en sus rostros antes de besar mis labios lentamente, Malik pellizca mi clítoris haciendo que me distraiga del beso que comparto con sus hermanos, un gemido muere ahogado en las bocas de Dominic y Artemi cuando siento la lengua de Dimitri entrar en mi ano.

Jodida mierda santísima.

Separo mis labios de los de los chicos cuando las sensaciones se me hacen muy intensas, mis ojos se cristalizan cuando siento una lengua unirse a las embestidas de Dimitri pero esta vez en mi coño, bajo mi mirada viendo como la mano de Malik se cuela entre la cabeza de Zyan quien mueve su lengua de forma rápida en mi coño, mi cuerpo sufre fuertes espasmos cuando siento como el orgasmo me atraviesa fuertemente, mi mente se nubla y mi boca se seca cuando un fuerte gemido escapa de lo más profundo de mi garganta.

Cierro mis ojos tratando de recuperar el aliento aunque el descanso no me dura mucho cuando siento unos brazos envolverse alrededor de mi cintura y tirar de mi cuerpo hacia un duro pecho, abro mis ojos chocando con los ojos dilatados de Malik, una perversa sonrisa se insta en su rostro mientras toma una de mis manos y hace que envuelva mis dedos alrededor de su polla.

Malik: Métela.

Su voz ronca y autoritaria es el detonante que necesito para cumplir su orden sin replicar, levantó mi trasero al mismo tiempo que me inclino hasta atrapar sus labios entre los míos mientras ingresó su polla en mi interior de una sola estocada, siento como su grosor estira mi interior de formas inhumanas, clavo mis uñas en su pecho y lo miro a los ojos cuando un pequeño gruñido de dolor sale de su boca.

Perséfone: ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

Sus intensos ojos chocan con los míos haciéndome tragar saliva.

Malik: Estoy perfectamente— se mueve lentamente haciendo que mis manos se aprieten contra su duro pecho cuando lo siento entrar aún más profundo— sólo que acabas de desvirgarme y ahora tienes que responsabilizarte.

Cierro mis ojos pero sus ojos fuertes embestidas no me dejan procesar sus palabras, su polla taladra mi coño salvajemente, muevo mis caderas al compás de las suyas mientras sujeto su cuello con mis manos, mi coño se contrae alrededor de su polla cuando esté golpea mis nalgas, gimo mientras aprieto su cuello levemente; el sonido de nuestras pieles al chocar inunda la habitación por completo, aprieto más su cuello cuando siento sus venas palpitar en mi interior, mi coño se contrae fuertemente a su alrededor cuando lo siento crecer desmesuradamente.

Perséfone: ¿D...de quién eres?

Logró decir entre gemidos y espasmos de placer.

Malik: Tuyo, completamente tuyo, duendecito.

Caigo sobre su pecho cuando el orgasmo me golpea tras sus palabras, lo siento dar unas cuantas embestidas más antes de esparcirse fuertemente en mi interior.

La noche recién empieza, Perséfone.

La noche recién empieza, Perséfone

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dulce Deseo [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora