1/10.
Perséfone.
No deberías estar haciendo esto.
Artemi: Yo si se lo que quiero— sus palabras hacen que mi corazón se acelere de forma inmediata— ¡La quiero a ella, joder!— trago grueso cuando el desespero se escapa por cada una de sus palabras— la quiero tanto que soy capaz de alejarme solo para que ella esté bien— suelta, su voz se rompe por breves instantes y mis ojos se cristalizan— no me perdonaría nunca si algo llegase a pasarle por mi culpa, soy lo suficientemente consciente como para ver la magnitud del peligro que corre al quedarse a nuestro lado.
Tienen miedo.
No deberían.
Me escondo cuando veo a Zyan subir las escaleras, me recuesto de la pared dejando que algunas lágrimas salgan de mis ojos, miro nuevamente hacia la sala de estar derruyéndome un poco más con la imagen que en esa oscura sala se proyecta.
Los chicos siendo la descripción perfecta de desesperación, angustia y miedo.
Desvío mi mirada de ellos, miró las escaleras y subo lentamente intentando que los chicos no escuchen mis pasos, una vez estoy en el pasillo de las habitaciones me dirijo hacia la de Zyan, abro la puerta sin tocar viéndolo con la cabeza gacha, cierro la puerta de la habitación y me coloco en medio de la misma, Zyan levanta sus ojos grises hacia los míos y me estremezco al ver la mezcla de emociones que alberga su mirada.
Perséfone: ¿Crees que esto esté bien?
En ocasiones solo necesitas un pequeño empujón para avanzar, pero ¿Es lo correcto?
[*🍎*]
Una semana después.
Me bajo de uno de los deportivos que me prestó Zyan el día de hoy, minutos después veo como vienen cuatro camionetas detrás de mí y sonrió de forma inocente cuando veo que John baja de una de ellas con una expresión nada amigable.
John: Debería estar acostumbrado, ni que fuera nuevo.
Suelta reprochándose a sí mismo, puede que lo haya dejado votado en la mansión de los Drakos cuando Zyan dijo que quien manejaría sería John, o que por lo menos este último debería ir en el mismo auto que yo.
Se va a enojar.
Perséfone: Que bueno que lo dices tú.
Le digo con una sonrisa antes de empezar a caminar, siempre que le hacía algo como esto en Italia le decía lo mismo, en algunas ocasiones me metí en algunos problemas de los que él tuvo que sacarme, nunca le contó a mis padres porque yo así se lo pedí, después de todo no es tan malo tener un rostro angelical al que nadie puede decirle que no, solo basta una mirada de mis ojos bicolor para tener lo que quiero cuando quiero.
Es una de mis armas.
Adrix: ¡Perséfone!— corre en mi dirección junto a Violet, ambas me abrazan al mismo tiempo casi tirándome al suelo— no puedo creer que te vayas a casar ¿Estás embarazada?— me mira detalladamente, se detiene en mi rostro sonrojado antes de sonreír como una loca— no, sigues virgen.
Golpeó su brazo cuando nos ganamos un par de miradas de algunos de los guardias tras escuchar sus palabras.
Violet: No le hagas caso, creo que se llenó de leche antes de venir y por eso está tan energética.
Sus palabras salen llenas de burla, Drix la mira con una ceja arqueada y cuando veo que su boca se abre con la intención de responder decido intervenir.
Perséfone: Ambas se llenaron de leche y se callan— las señalo con mi dedo, ambas asienten de acuerdo con mis palabras— tenemos que ir a una boutique ¿Quieren comer algo antes de ir?
Las miro de forma intercalada, algunos guardias salen del jet privado donde vinieron las chicas con algunas maletas en sus manos, hace una semana les dije lo del compromiso y ellas me informaron que vendrían a ayudarme con todo lo que respecta a la boda, mi mamá y mi tía vendrán la semana que viene ya que tienen algunos asuntos con una nueva línea de ropa que quieren lanzar en conjunto, mi madre me ordenó que pase por una de sus boutiques acá en Grecia para ver si me gustaba algo del lugar, aunque sé que ella se encuentra confeccionando algo para mi.
Violet: Estoy segura de que tú madre ya debe de estar creando el vestido perfecto para ti.
Asiento con mi cabeza pues sé que es algo obvio, me asusto cuando veo la cara de Drix, esa sonrisa no indica nada bueno.
Adrix: Del vestido se encargará tú madre— asiento algo dudosa por lo que debe estar maquinando su desquiciada mente— ¿Qué sigue después de la boda?— lleva dos de sus dedos a su barbilla haciendo como si pensara, Violet golpea su frente antes de que siquiera Drix suelte lo que quiere decir— ¡Sexo, mucho sexo duro!
Me sobresalto cuando escucho su grito, siento mi cara arder y juro querer matarla cuando siento más de una mirada puesta sobre nosotras, ambas toman mi mano y me guían hacia una de las camionetas, nos subimos en la parte trasera mientras John se sube en el lado del conductor, miró por la ventana notando que uno de los guardias se sube en el deportivo de Zyan.
Violet: Llévanos a una de las boutiques de Isabella De Luca, por favor.
Le pide con una amable sonrisa a John, este asiente luego de mirarme por el retrovisor.
Adrix: Tu madre tiene las mejores lencerías que podrías encontrar en toda tu puta vida— suelta emocionada— iremos allí y compraremos los conjuntos perfectos para que te desvirguen.
Maldita.
Perséfone: Cállate.
Drix me ignora, voltea a ver a Violet y cruzándose de piernas le pregunta de lo más tranquila y normal.
Adrix: ¿Has visto la estatura de esos hombres? Joder que van a romper a nuestra pobre y afortunada amiga.
Violet suelta una carcajada mientras yo no sé dónde meterme por la mirada burlona que me regala John de vez en cuando.
Violet: Es... adictivo.
Abro mis ojos a más no poder cuando la escucho, una carcajada abandona mis labios sin poder evitarlo.
Perséfone: Pero si son dos jodidas masoquistas.
Las señalo mientras río.
Adrix: Seremos tres cuando sientas una de esas monstruosidades entre tus piernas.
No pienses en eso, no pienses en eso, no piens... es tarde, ya me calenté.
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Dulce Deseo [+21]
RomanceEs frágil dicen. Puede salir lastimada afirman. Porque sí, Perséfone De Luca es la personificación de un Ángel, lo que ellos no saben es que ese Ángel oculta secretos. ¿Podrán mantenerse alejados de su cuñada a pesar de la evidente tensión entre ell...