Perséfone.
Salgo del hospital sin mirar a nadie, mi rostro está cubierto por una máscara inexpresiva y mis ojos hinchados se encuentran escondidos por unos lentes de sol negros, cada paso que doy destila la determinación y el poder que tengo en este jodido momento, si tan solo quisiera con un solo puto chasquido de dedos este hospital estaría en llamas, veo como la doctora que estaba horas antes en la habitación donde yo estaba sale del lugar con unas cajas y un rostro que destila el enojo que siente, paso por su lado mirándola por encima del hombro con superioridad.
Después de todo el hospital ahora es mío.
Ingreso en una de las camionetas viendo a John al volante, asiento levemente con mi cabeza y él entiende a la perfección, los chicos se suben a mi lado en la camioneta, tomó mi teléfono entre mis manos y texteo un breve y rápido mensaje antes de apagarlo.
💬Perséfone: Quiero todo listo hoy mismo.
Perséfone: Artemi, pásame tu teléfono— me mira con el ceño fruncido pero lo hace sin rechistar, ingreso a su teléfono y ojeó brevemente la información que necesito— gracias.
Le entregó nuevamente su teléfono, desde que la estúpida de la doctora me dijo lo de mi bebé no me he atrevido a mirarlos a los ojos, ya tengo más que suficiente con saber que no fui lo suficientemente buena como para cuidar a mi bebé.
Me encargaré de ser lo suficientemente buena para vengarlo.
Dimitri: ¿Estás bien, copito?
Le regaló una pequeña sonrisa cuando escuchó la preocupación en su voz, lo miro a los ojos pero inmediatamente aparto mi vista de la suya.
Perséfone: Estoy bien, ¿Ustedes lo están?
No estoy nada bien.
Zyan: No importa cómo nos sintamos nosotros siempre y cuando tú estés bien, solecito.
Mi pecho se oprime cuando escucho sus palabras, me armo de valor y lo miro a los ojos viendo un mar de emociones en sus ojos grises, trago grueso antes de soltar en un pequeño susurro.
Perséfone: Ustedes y sus sentimientos son tan importantes como yo en esta relación... si es que aún quieren estar conmigo.
Inhalo profundo cuando en la camioneta se arma un silencio tenso, bajo mi vista sintiéndome aún peor conmigo misma cuando sus miradas se pierden por breves instantes.
Malik: Nunca en nuestra jodida vida nos apartaremos de tu lado— carraspea antes de inclinarse en mi dirección y tomar mi rostro entre sus manos haciéndome mirarlo— puede que suene tóxico pero es lo que podemos ofrecerte— la sinceridad en sus ojos me aturde, hago un pequeño puchero cuando mi labio inferior tiembla ligeramente— apartarnos de ti sería nuestra condena de muerte.
Los miro a los ojos por primera vez en horas, mantengo mi mirada fija en ellos por más de dos minutos atreviéndome a decir.
Perséfone: Los amo, los amo tanto que la palabra se queda corta si la comparo con lo que siento por ustedes— suelto un suspiro cuando mi teléfono empieza a vibrar— los amo y por eso quiero hacer esto por ustedes...
Porque los amo acabaré con esto de una vez por todas.
[*🍎*]
Perséfone: No quiero errores— suelto sería mientras empiezo a caminar por el terreno baldío al que John me trajo, veo como cinco de mis hombres caminan a la par conmigo observando todo el terreno y verificando algún posible peligro que arruine mi plan— no quiero que intervengan si no es meramente necesario.
Asienten con sus cabezas, miro a John y este me pasa el rifle de francotirador, lo tomo entre mis manos y empiezo a subir la colina, el viento hace que mi vestido se mueva a la par que mi cabello, escucho los pasos de mis hombres al pasar por mis lados y posicionarse en lugares estratégicos, tomó el silenciador y se lo coloco a mi rifle con una sonrisa ladeada en mi rostro, llego a la cima de la colina, miro hacia abajo sonriendo aún más cuando veo esos pequeños puntos negros a la distancia, alzó el rifle entre mis manos y sin más disparo.
Perséfone: No estoy tan oxidada.
Murmuró cuando veo cómo el cuerpo inerte de uno de los guardias de los muertitos cae al suelo alertando a dos de sus compañeros, antes de que puedan hacer o decir algo que alerte a los demás les disparó causando que acompañen a su compañero en el frío suelo, siento como mis ojos se oscurecen mientras una siniestra sonrisa se instala en mi rostro, me levanto de mi puesto y empiezo a bajar la colina encargándome de matar a todo el que se interponga en mi camino, sonrió ladinamente cuando uno de los guardias intenta darme pelea.
Guardia: Suelte el arma antes de que la mate.
Suelta intentando sonar seguro, lo miro con una pequeña y tierna sonrisa en mis labios antes de inclinarme y simular que voy a dejar el arma en el suelo, cuando lo veo bajar la guardia y empezar a caminar en mi dirección apuntó el rifle en dirección a su entrepierna disparando sin siquiera parpadear, suelto una pequeña carcajada cuando lo veo caer al suelo mientras grita de dolor.
Perséfone: Cállate que arruinas mi juego— pongo el cañón en su boca abierta por el dolor y mirándolo directamente a los ojos, viendo la súplica en los mismos relamo mis labios— no fue un placer.
Disparó acabando con la vida del último guardia en pie, miro a mi alrededor notando los cadáveres que cubren el lugar, miro hacia la cima de la colina e inclinó levemente mi cabeza sabiendo que mis hombres me están mirando esperando una orden de mi parte, me alejo un poco de la puerta antes de que la misma explote en mil pedazos, saco mi Katana de su funda maravillándome por milisegundos cuando detalló la empuñadura, muerdo ligeramente mis labios cuando paso mis dedos por la serpiente tallada allí, el filo de mi bebé me ciega por breves momentos, dejo de mirarla e ingreso a la mansión de los muertitos con paso firme, llenos de seguridad y una maldad que garantiza la muerte de todo aquel que cause mi enojo.
Perséfone: ¡No se escondan, yo solo quiero jugar un poco!
Grito antes de soltar una carcajada que inunda la soledad del lugar, empiezo a subir las escaleras esquivando los cadáveres que sufrieron los estragos de mi rifle, ojeó los vidrios de las ventanas rotas y los charcos de sangre cubriendo el antes pulcro suelo.
Aún falta sangre.
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Dulce Deseo [+21]
RomanceEs frágil dicen. Puede salir lastimada afirman. Porque sí, Perséfone De Luca es la personificación de un Ángel, lo que ellos no saben es que ese Ángel oculta secretos. ¿Podrán mantenerse alejados de su cuñada a pesar de la evidente tensión entre ell...