4/10.
Artemi.
Me miro en el espejo mientras acomodo mis gemelos, trato de practicar la sonrisa que llevo semanas regalándole a mi pastelito, maldigo cuando mi sonrisa tiembla, suelto un suspiro tembloroso cuando siento las lágrimas inundar mis ojos.
Es por su bien.
Artemi: Tú puedes, solo tienes que recordar su sonrisa al ver a Zyan, solo tienes que recordar lo feliz que la hace tú hermano...
Le digo a mi destruido reflejo en el espejo, trago grueso cuando las palabras no me salen, mis ojos están rojos e hinchados de tanto llorar, las bolsas bajo los mismos solo demuestran lo atormentado que he estado estas últimas semanas.
Salgo de la habitación luego de secar mis lágrimas, no pude forzar la sonrisa que llevaba días practicando, no pude hacer nada más que enmascarar de inexpresividad mi rostro, bajo las escaleras a paso lento no queriendo llegar al final de las mismas.
Pestañeo varias veces cuando divisó a mis hermanos con las miradas perdidas, sus hombros se encuentran tensos y sus rostros decaídos y cansados, muerdo mi labio inferior evitando que las jodidas lágrimas salgan de mis ojos.
Ella es feliz y está a salvo.
Son las palabras que se repiten una y otra vez en mi mente, saber eso es una de las cosas que me mantienen de pie el día de hoy.
Malik: Yo...— su voz se corta, carraspea intentando disimular pero todos nos dimos cuenta— tenemos que irnos.
Asentimos con nuestra cabeza, los futuros esposos ya están en el salón del evento esperando que la ceremonia inicie y nosotros estamos aquí, tratando de matar el tiempo para no tener que presenciar como la mujer que amamos se casa con nuestro hermano.
Artemi: No quiero esto.
Suelto en un susurro ahogado, salimos de la casa y mis palabras solo se quedan siendo un eco en las solitarias paredes de la mansión que hoy son testigos de nuestro sufrimiento, nos subimos a la camioneta en completo silencio, cada uno se pierde en su pensamientos, aprieto mis puños sobre mis muslos mientras cierro mis ojos.
Yo pude ser uno de los que estuviera esperando con una sonrisa de idiota enamorado en el altar a la mujer de mi vida.
Vida que ya no es vida sin ella.
Seco mis lágrimas antes de que mis hermanos las vean, miro por la ventana sintiendo que muero poco a poco con cada segundo que pasa y nos acercamos más al lugar donde se celebrará la ceremonia que terminará por acabar con mi poca esperanza.
Dominic: Está mierda me está matando...
Abro mis ojos viendo a mi hermano con la mirada perdida en sus puños apretados en su regazo, su cuerpo tiembla por los leves espasmos que causa su llanto silencioso, las lágrimas que llevaba reteniendo desde hace varios minutos salen sin control alguno por mis mejillas, la camioneta se estaciona pero ninguno sale, los cuatro nos quedamos ahogándonos en nuestra miseria.
Completamente rotos.
Malik: Yo... esto es mi culpa— se reprocha con remordimiento — joder, si tan solo lo hubiera matado nada de esto estaría pasando... nosotros estaríamos allí también.
Se lamenta mientras seca sus lágrimas con rabia, trago grueso cuando nos veo tan jodidamente destruidos.
Dimitri: No es tu culpa, no es culpa de ninguno de nosotros que ese demente este desquiciado.
Tiene razón.
Artemi: Tenemos que salir.
No quiero.
Me armo de valor, tomó la manija de la puerta con manos temblorosas, seco mis húmedas mejillas y abro la puerta luego de suspirar, bajo de la camioneta escuchando como segundos después mis hermanos hacen lo mismo, una máscara inexpresiva se instala en nuestros rostros antes de empezara a caminar al interior del lugar, no prestó atención a la decoración, tampoco a los invitados, caminó a paso seguro hasta sentarme en primera fila, detalló a mi hermano sintiendo una pizca de envidia al verlo nervioso esperando a la mujer de su vida.
A la mujer para toda su vida.
Artemi: Es por su bien.
Me repito, muevo una de mis piernas de forma ansiosa, mi mundo se paraliza cuando escucho la melodía de la música nupcial empieza a llenar cada puta esquina del salón, me levantó en automático junto a mis hermanos y los demás invitados, trago grueso cuando veo a ese hermoso ángel caminar hacia el altar con una enorme sonrisa en su bello rostro mientras no aparta su vista de la de mi hermano, sus padres la llevan a paso seguro y firme hacia dónde Zyan y le entregan su mano, nos regalan una mirada de reojo antes de decir algunas palabras que no logro escuchar por el pitido en mis oídos, pestañeo un par de veces espantando las lágrimas cuando la mirada de los novios se posa en nosotros, forzó una sonrisa no queriendo arruinar su momento.
No seas un puto egoísta, ellos se aman.
Desvío mi mirada de las suyas y tomó asiento, la ceremonia inicia y yo solo me pierdo en mis tormentosos y autodestructivos pensamientos; pienso en él hubiera, en todo lo que nos perdimos por ese maldito desgraciado. No tengo el valor suficiente para mirar hacia el altar así que me distraigo viendo mis zapatos.
Sacerdote: ¿Se aceptan ustedes el uno al otro como esposo y esposa? ¿Prometen amarse y respetarse mutuamente en los días buenos y en los malos?
Sus palabras detienen mi mundo, sin quererlo mi vista vuelve hacia el altar topándome con sus intensos ojos bicolor.
Se ve tan jodidamente hermosa con ese vestido de novia.
El corpiño de su vestido es ajustado y está adornado con encaje y pedrería, tiene un escote corazón con tirantes finos, posiblemente transparentes. La falda se ensancha desde la cintura, marcando su perfecta silueta, y está decorada con el mismo encaje y pedrería que el corpiño, lo que le da un toque elegante y extravagante. El velo es largo y se extiende desde la cabeza, con bordados florales que complementan el diseño del vestido.
La imagen que proyecta nunca la olvidaré, en mis sueños seré yo quien la espera en el altar, seré yo a quien le regala esa hermosa sonrisa, seré yo a quien ama.
Unísono: Si, aceptó.
Siento mi mundo derrumbarse ante mis pies cuando escucho esas sincronizadas palabras, mi corazón termina de romperse y una solitaria lágrima hace un recorrido lento y tortuoso por una de mis mejillas demostrándome lo miserable y solo que estoy ahora, nunca nada en mi jodida vida había dolido tanto como esto.
El amor de mi vida acaba de casarse con el amor de su vida.
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Dulce Deseo [+21]
RomanceEs frágil dicen. Puede salir lastimada afirman. Porque sí, Perséfone De Luca es la personificación de un Ángel, lo que ellos no saben es que ese Ángel oculta secretos. ¿Podrán mantenerse alejados de su cuñada a pesar de la evidente tensión entre ell...