Balance

Capítulo 29: Domador de alimañas

- Maldita sea, ¿Por qué están caminando hacia aquí?

Me retiré rápidamente de mi telescopio al notar cómo ese maldito equipo de monstruos se acercaban. El reflejo del hielo no miente, me deben haber descubierto por la luz. Se supone que esto sería fácil, solo tenía que causar problemas hasta que él llegara, eso dijo aquel tramposo.

No puedo escapar, si lo hago ese bastardo le avisará. Solo tengo que matarlos y todo habrá acabado.

Con rapidez tomé mi flauta de hueso mientras comenzaba a deslizarme a través de las grutas de hielo. Puede que sepan sobre el control de los animales, pero mientras no me vean, no podrán herirme. Acaban de matar a casi todas mis tropas, por lo que me tendré que valer de mis capacidades para ocultarme.

Cinco metros, no, solo tres metros con necesarios para acabar con ellos. Debo aprovechar mi entorno. Estas grutas de hielo, pese a parecer caóticas, forman caminos que toda persona debe cruzar para investigar, caminos que incluso un maestro agua tendría miedo de modificar. Solo debo ocultarme bajo la nieve y el hielo, por lo menos lo suficientemente cerca como para llevar a cabo mi plan.

Estarán aquí en media hora, no puedo fallar en mi misión.

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El Concejo de los Cinco, el mayor órgano militar del Reino Tierra, aquellos encargados de la protección de Ba Sing Se. Siempre presentes y dispuestos a asistir a la sala de reuniones, rectos y de carácter firme para afrontar cualquier ataque de la nación del fuego. Totalmente protegidos, fuera de la sala principal, por los Guardias del Rey Tierra.

El concejo estaba formado por cinco generales del reino tierra, siendo el general How el líder. Desafortunadamente, por primera vez en varias décadas, uno de sus integrantes no estaba presente.

- Camaradas, los reuní aquí debido a las noticias que han estado circulando a lo largo de la ciudad. - comenzó la cabeza del concejo mientras extendía un mapa y señalaba la zona sur de la ciudad - La Nación del Fuego ha atacado, pero sus métodos parecen haber cambiado en estos últimos tiempos. Normalmente, habrían enviado tropas en un intento de desgastarnos, pero no han tenido mayor iniciativa hasta el momento, casi como si esperaran nuestra reacción.

El siguiente en hablar fue el general Yiwen.

- ¿Cuál es el tamaño del ejército esta ocasión? - dijo el militar de cara alargada mientras se acariciaba su barba - Sé que eres el líder, pero normalmente es Sung el que nos notifica del enemigo. ¿Dónde está?

Pese a su pregunta directa y su voz calmada, la pregunta de Yiwen pareció generar un nudo en la garganta de How.

- El general Sung... ha caído en batalla

La noticia sorprendió a todos, sobretodo al general Duanmu.

- ¡Imposible! - respondió mientras arremetía contra la noticia - Puede que la Nación del Fuego sea poderosa, pero es imposible que alguna de sus máquinas pueda haber matado al general Sung.

El rechinar de sus dientes parecía haber despertado a todos de su trance, sin embargo, el líder del concejo simplemente pudo suspirar ante las acciones de sus enemigos.

- Esta vez no fuimos atacados por un ejército completo, ni siquiera por unos cuantos regimientos. - comentó mientras la sorpresa se comenzaba a mostrar en el rostro de los líderes - Según el reporte de varios soldados y agentes secretos, fue un solo batallón. Llegaron ocultos por una tormenta de arena, su líder, un hombre de máscara blanca, obligó al general Sung a presentarse mediante prisioneros de guerra. - sus palabras parecían rebotar de forma siniestra a lo largo de la sala de reuniones - Sin embargo, el canalla no intentó negociar, pues sus tropas comenzaron a disparar proyectiles con la ayuda de máquinas pequeñas, logrando herir al general Sung con una herida directamente en el cráneo.