Capítulo 7: Alumnas

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Esto no tiene sentido.

Todo comandante de flota es una leyenda con nombre propio, elegidos a través de las grandes casas nobles a lo largo de la nación del fuego, solo por debajo de vicealmirantes, almirantes y generales.

Sin embargo, ante mi hay un comandante de flota, arrodillado mientras me agradece por algo que ni siquiera puedo recordar.

Espera... ¿Sabe que lo curé?

Antes de poder hablar el propio Iroh interviene.

- ¡Compórtese comandante de flota Ranma! - ordena mientras el susodicho se levanta - Ahora explíquese, ¿Por qué reacciona así con el primer teniente Aratak?

Wow, primer teniente, el mismo rango militar que Rangi, me siento alagado. Pero las mentiras que tuvo que especificar Iroh en el informe no son relevantes, sino la capacidad del general para calmar al hombre.

- Perdóneme general Iroh. - dijo mientras se inclinaba y giraba hacia mi de nuevo - Pero su discípulo me salvó la vida, me curó y permitió pasar más tiempo con la persona que amo. Le debo mi vida tanto a él como al general y al vicealmirante.

Ohhh... Ya entiendo. En mi antiguo mundo, había ciertos casos donde la actividad cerebral se estancaba, llamado popularmente "coma", pero en ocasiones había personas que decían poder escuchar a otros mientras estaban en cama. Eso no debería ser posible con un veneno tan potente como la adelfa, pero de alguna forma él logró resistir lo suficiente como para estar semi-consciente.

No noté ninguna anomalía con su cuerpo, por lo que solo hay una respuesta, ser maestro fuego permite eliminar y resistir toxinas con mayor facilidad. Desafortunadamente no pude analizar por completo sus canales de chi, pero por lo menos me permitió saber la forma en la que funcionan.

Aún mejor, si juego bien mis cartas, tendré al comandante de flota en la palma de mi mano. Se nota que es alguien fiel y agradecido, por lo que tengo espacio para maniobrar.

- Por favor comandante Ranma, no me agradezca. - hablo por primera vez mientras realizo un ademán para que se levante - Si bien estoy feliz por su recuperación, no sería nada si mi padre no me hubiera enseñado las artes de la sanación, que Agni lo tenga en sus flamas. Es posible que me quiera recompensar, pero mi deseo ya se cumplió al poder permitirle ser feliz. No dude que el general Iroh y el vicealmirante Lu Ten ya se encargaron de los conspiradores. Y no se preocupe, la información de su compañera permanecerá en esta habitación.

Mis palabras son lentas, suaves y tan calmadas como el oleaje nocturno, diseñadas específicamente para aliviar todas sus preocupaciones. No soy idiota, nadie aquí lo es, él no quiere que revelemos su relación con una simple soldado. También tuve cuidado al mencionar a mi difunto padre, responsabilizando su imagen como mi fuente de conocimiento y tachándolo del panorama al decir que está muerto.

Puedo notar un leve suspiro salir de Ranma, parece que funcionó, pues se está levantando.

- Muchas gracias. - mientras se inclina ligeramente - Si en algún momento necesitan de mi ayuda, pueden contar conmigo.

Y así como entró, se despidió rápidamente de Iroh y Lu Ten y se fue, muy probablemente a tener un momento más íntimo con la chica de antes.

Fue solo cuando me aseguré de que no había nadie más cerca que pude relajarme. Lu Ten y Iroh tenía una mirada codiciosa al saber que ahora yo tenía un muy buen aliado.

- Aratak-

- Ahora no Iroh. - lo interrumpí mientras me sentaba en el sillón - Puede que quiera ayudarte, pero tendré que hundirme en la política cuando obtenga mi título de noble, por lo que, hasta entonces, solo seré una estrella en ascenso.

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