Capítulo 27: Misión 2

10 1 1
                                    

Media hora...

A lo largo de mis dos vidas he llegado a tener la oportunidad de conocer a varias personas, pero en este caso me gustaría enfatizar a dos, ambas de mundos distintos.

El primero era Charlie, mi compañero de cuarto el cual parecía tener una necesidad sobrenatural de demorarse exactamente media hora en el baño, lo sé porque en los años que estudié nunca alteró ese patrón. Sería el mejor compañero si no fuera por eso.

Ahora tenemos a Khota, el cual parece estar queriendo cumplir el legado de mi antiguo compañero, pues ha logrado llegar en treinta minutos exactos, casi lo cuestionaría si no fuera porque los sistemas de reloj de cuarzo todavía no se han creado.

- Bueno, ya tengo la información. - dijo mientras abría un polvoriento rollo - Tenemos que ir a una tribu cercana a Pico Serpenteante, hay un grupo de zorros-nutria atacando a las personas y recolectores. El jefe nos pagará si le traemos las pruebas de la cacería junto a veinte cuerpos.

Al instante noté algo importante, la cantidad estaba por fuera de los trofeos. Se supone que los trofeos son partes del cadáver que demuestran que los eliminaste, mientras que los animales de cacería deben estar lo suficientemente "puros" y en condiciones para comer, algo relacionado con absorber su fuerza. Yo mismo he realizado estas misiones antes, por lo que puedo decir que no es frecuente que alguien realice esta petición.

- Es raro, nadie pide la cacería por fuera de los trofeos. - comenté - ¿Deberíamos hacer algo jefe?

Khota pareció sonreírme con los ojos mientras guardaba el pergamino.

- Bien hecho Aratak, estás en lo cierto. Escuchen, puede que seamos la tribu principal, pero eso no significa que por eso las otras tribus no intentarán mermar nuestro poder. Hace siglos, un gran grupo de tribus pequeñas se unieron para destruirnos, pero todo se solucionó gracias a la intervención del avatar. Ahora es nuestra responsabilidad no solo mantener la paz en el polo norte, sino preservar el legado de aquellos que nos dejaron. Ahora vamos, el camino hacia el noreste es largo.

Todos ya estábamos listos, incluso Junko tuvo que carraspear ligeramente para señalar que nosotros habíamos estado esperando, gesto el cual no logró llegar a su destino. Atravesar el acantilado fue un juego de niños con Hanta ayudándome a crear un ascensor para los seis.

- Sus habilidades son notablemente avanzadas y útiles. - comentó Junko con su extenso vocabulario - Nunca habíamos conocido a maestros que usaran el agua en cosas tan... "elocuentes".

- ¿Han tenido otros maestros agua de compañeros? - preguntó Hanta, recibiendo un suspiro por parte de Kotar.

- No somos precisamente novatos. Koi y yo conocimos a Junko luego de completar nuestra prueba, pero los tres hemos pasado por más de siete maestros.

- Somos inútiles. - sentenció Koi - Solo pasamos gracias a que nuestros compañeros en la prueba se sacrificaron.

Pese a lo lúgubre que se tornó el ambiente, noté cómo Khota parecía acumular coraje mientras subíamos por el acantilado.

- ¡Tonterías! - arremetió de repente mientras llamaba nuestra atención - ¡No importa lo que otros digan! ¡Deben escupirle a la cara a aquellos que los menosprecien! ¡Sé que lo va a ser increíblemente en esta misión! ¡Creo en ustedes!

La montaña de músculos finalizó extendiendo su enorme puño frente a nosotros, acción la cual pareció despertarlo del pequeño espectáculo que acababa de hacer, provocando que un sentimiento de vergüenza apareciera en su cara. Sin embargo, sus palabras fueron más inspiradoras que muchos discursos de Arnook, por lo que, mientras mantenía mi control, respondí a su gesto.

BalanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora