11.

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Suwa y Aina llegaron a su pequeño departamento después de un largo día. Aina dejó caer su bolso en el sofá y se dirigió directamente a la cocina. Suwa, por otro lado, se quedó un momento observándola con una sonrisa, divertida por lo enérgica que aún parecía su novia.

— ¿Ya vas a cocinar? Apenas hemos llegado, amor — comentó Suwa, sentándose en una de las sillas del comedor.

Aina, sin dejar de buscar algo en el refrigerador, respondió con su típico tono burlón.

— Ay, honey, you are so lazy, ¿uh? ¿No ves que si no cocino, te me mueres de hambre? — dijo mientras sacaba ingredientes, hoy cenarían omelet.

— No exageres — Suwa hizo una mueca, riéndose un poco. — Y no empieces con el Spanglish. Ya sabes que me pierdo.

— It's not my fault, babe — Aina le guiñó un ojo, divertida por la frustración que causaba en Suwa. — ¿No te enseñaron inglés en la escuela?

— Sí, pero nunca le entendí. Y lo sabes perfectamente.

— ¡Qué mal! Y yo que quería hablar en inglés toda nuestra vida... — bromeó Aina, haciendo un pequeño puchero antes de soltar una risa melosa.

Suwa se levantó y se acercó a la cocina, abrazándola por detrás mientras Aina preparaba la comida.

— Bueno, al menos entiendo cuando me dices honey, eso cuenta, ¿no? — respondió Suwa, apretándola ligeramente, sintiendo la calidez de su cuerpo.

Aina se giró en sus brazos, mirándola con una sonrisa.

— Ay, qué melosa te me has puesto, Suwa. ¿Será porque alguien me extrañó?

— Tal vez un poquito. — Suwa la besó en la frente antes de separarse y apoyarse en la barra de la cocina. — Oye, por cierto, ¿cómo va el chisme de tu amiga esa? Me da curiosidad

— Ah, ella está bien, ya sabes, siempre ocupada. Lo último que supe es que pronto se va a casar, ¿te imaginas?

— ¿En serio? Pues felicidades para ella. — Suwa la miraba con curiosidad. — ¿Y qué tal tú? ¿Te ves casada?

Aina hizo una pausa dramática, sin dejar de sonreír.

— Mmm... Who knows, babe. Tal vez, si alguien me lo pide así bien bonito, yo diría que sí. — La burla en su voz era obvia, pero había un toque de cariño que suavizaba cada palabra.

Suwa rio y agitó la cabeza, aunque sentía cómo el corazón se le aceleraba un poco.

— La verdad es que... yo todavía no me lo imagino. — Sonrió, pero el tono de voz de Suwa había bajado un poco, mostrando la parte de ella que aún sentía una ligera inseguridad sobre ese tipo de temas. Solo temía no ser lo suficiente para alguien tan bella y energética como su novia.

Aina, percibiendo el cambio, la tomó de la mano y la jaló suavemente hacia ella.

— Tranquila, babe, era una broma. Pero cuando estés lista para pensar en eso... ya sabes dónde encontrarme.

Suwa dejó escapar un suspiro y le dio un rápido beso en los labios antes de volver a dejarse caer en la silla del comedor, observando cómo Aina seguía cortando los vegetales.

— Lo bueno de todo esto es que, aunque me tortures con tu Spanglish y tus bromas, al menos siempre cocinas delicioso.

— Of course, babe, soy una mujer multitasking. Todo sea por mi noviecita linda — Aina sonrió, claramente complacida con su propio comentario.

— Ay, cállate, estás muy cursi hoy. — Ambas rieron y Suwa le dio un beso en la mejilla.

Aquellas conversaciones nunca faltaban en su día a día. Las bromas ligeras, los comentarios melosos y que Aina insistiera en hablar en un idioma que Suwa apenas entendía.

Disturbia - KyanRikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora