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Aika repasaba las notas del proyecto mientras Suwa le enviaba mensajes. La conversación era una mezcla de distracción y un intento de darle ánimos para enfrentar a Rikako.

Suwa: Dale, Aika, pregúntale y ya. ¿Qué te cuesta?

Aika: ¿Preguntarle qué? ¿Si estuvo comprometida o si sigue con el tipo?

Suwa: Eso o cualquier cosa. Pero sácatelo de la cabeza de una vez. Mírala, tal vez siga soltera, como tú.

Aika: ¿Rikako? ¿Soltera? Quién sabe...

Suwa: Puede que sí, puede que no. Pero tú no vas a estar en paz hasta saberlo. Te conozco y ante todo eres bien chismosa

Suspirando, Aika dejó el celular a un lado. Tenía razón, no podía dejar de pensar en ese momento incómodo, cuando vio a Rikako discutiendo con aquel hombre. ¿Qué había pasado con ese compromiso que parecía tan serio?

Levantó la vista y vio a Rikako frente a su computadora, completamente centrada en los detalles del proyecto. El silencio entre ambas era pesado, y las cosas no habían avanzado del todo bien. Hubo pequeños roces, pero nada definitivo, lo que solo acrecentaba la frustración de Aika.

–Deberíamos revisar los plazos de entrega –dijo Aika, rompiendo el silencio.

–Ya lo hice. La propuesta de evaluación ambiental que envié cumple con todos los plazos –respondió Rikako sin levantar la mirada. Su voz era tranquila, serena, como siempre.

–Bueno, sí, pero creo que hay un malentendido aquí. La implementación necesita ajustes en las fechas para coordinar mejor con el área de impacto tecnológico. –Aika trató de mantener la calma, pero notaba que su tono estaba un poco más agudo de lo normal.

Rikako finalmente levantó la vista, observando a Aika como si analizara cada palabra antes de responder.

–No hay ningún malentendido. Solo estás viendo esto desde otra perspectiva. Podemos ajustarlo, pero no creo que sea necesario.

Aika frunció el ceño. Esa tranquilidad que siempre había caracterizado a Rikako empezaba a exasperarla. ¿Por qué todo con ella era tan simple, tan bajo control? Decidió que era momento de confrontarla, aunque no sabía exactamente cómo llevar la conversación.

–Rikako –comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras–, ¿puedo hacerte una pregunta?

Rikako la miró de reojo, manteniendo la misma expresión serena.

–Claro, pregunta.

–El otro día... te vi hablando con un hombre –Aika dudó un segundo antes de continuar–. Parecía que estaban discutiendo algo serio. ¿Tiene algo que ver con tu vida personal? No es que sea asunto mío, pero...

Rikako no parecía sorprendida, pero su expresión se volvió más cautelosa.

–Ah, ¿te refieres a ese encuentro? –Sus ojos se desviaron hacia su pantalla, como si fuera una distracción momentánea–. No es nada de lo que tengas que preocuparte.

–¿Segura? –Aika notó cómo el tema se alejaba del centro de la conversación–. Es que me hizo pensar... si las cosas... si estuviste comprometida o algo así.

Rikako soltó un suspiro apenas audible.

–La verdad es que no quiero hablar de eso –Aunque sus palabras eran suaves, cerraron la conversación de manera abrupta.

Aika se quedó callada por un momento. La manera en que Rikako había esquivado la pregunta solo la dejó con más dudas. Podía sentir cómo la distancia entre ellas se extendía aún más, un abismo lleno de palabras no dichas y emociones que no entendía del todo. Pero justo cuando iba a dejar el tema, Rikako añadió algo inesperado.

–Y por cierto, Aika, no te preocupes por cosas que ya no son relevantes. No afectará nuestro trabajo.

Aika forzó una sonrisa irónica.

–Claro, solo me preocupaba que esa tranquilidad tuya afectara el progreso.

Rikako no contestó inmediatamente. La miró por un segundo, como si estuviera evaluando si valía la pena discutir o simplemente dejarlo pasar. Finalmente, optó por la segunda opción, y volvió a su pantalla sin más.

Frustrada, Aika bajó la mirada a los papeles frente a ella, sin poder concentrarse del todo. Cada palabra de Rikako, cada gesto indiferente, solo reforzaban la sensación de que nunca entendería lo que pasaba por la cabeza de aquella mujer. Y la verdad era que, en el fondo, no sabía si realmente quería entenderlo.

El malentendido sobre las fechas seguía allí, flotando en el aire como una nube de tensión no resuelta. Y Aika no podía evitar sentir que no solo el proyecto estaba fuera de sincronía, sino también cualquier intento de resolver lo que había quedado atrás entre ellas.

Disturbia - KyanRikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora