La noche en Grimmauld Place era tranquila, pero la atmósfera estaba cargada de emociones no resueltas. Harry y Hermione habían pasado la tarde reflexionando sobre su nueva realidad, cuando de repente, un golpe en la puerta interrumpió el silencio. Era Draco Malfoy, que llegó con una botella de whisky de fuego en la mano.-Vengo en son de paz- dijo Draco con una ligera sonrisa, aunque su tono era serio. -Pensé que podríamos usar algo para relajarnos.
Harry lo miró con sorpresa, pero aceptó la oferta. A pesar de las tensiones pasadas, había un deseo de dejar de lado las diferencias, al menos por esa noche. Después de un par de copas y unas risas incómodas, Draco se despidió, dejando a Harry y Hermione a solas.
Una vez que Draco se marchó, Harry tomó la botella y sirvió dos copas, ofreciendo una a Hermione.
-Por nosotros- dijo, levantando su vaso.
-Por nosotros- respondió Hermione, sonriendo tímidamente mientras chocaban las copas. El whisky de fuego ardía suavemente en su garganta, y con cada sorbo, se sentía un poco más relajada.
Mientras charlaban, la conversación se tornó más personal, y la tensión que había estado presente entre ellos comenzó a disiparse. Harry sentía que algo había cambiado en la manera en que veía a Hermione, y mientras se reían, ese cambio se hizo aún más evidente.
El tropiezo
En un momento de risa, Hermione, distraída, perdió el equilibrio. Tropieza y, antes de darse cuenta, se cayó hacia atrás, aterrizando en el regazo de Harry. Sus ojos se encontraron en un instante que parecía eterno. El corazón de Harry latía con fuerza mientras su mirada se centraba en el rostro de Hermione.
Ella se sonrojó al darse cuenta de la posición en la que se encontraba, pero en lugar de separarse, sintió una atracción abrumadora. Harry, aún sorprendido, la miró fijamente y, en un impulso, dijo: -Me gustan mucho tus pecas.
Hermione lo miró con sorpresa y un atisbo de alegría, su corazón latiendo rápidamente. Antes de que pudiera responder, Harry se inclinó y la besó suavemente. Al principio, el beso fue tierno, lleno de curiosidad, pero rápidamente se volvió más intenso. La necesidad que ambos habían estado reprimiendo comenzó a desbordarse.
El beso se intensifica
Los labios de Harry se movieron con firmeza sobre los de Hermione, y ella respondió con fervor, dejándose llevar por la corriente de emociones. El mundo exterior se desvaneció mientras se sumergían en ese momento, como si todo lo demás no importara. Ella aún en medio del beso se acomodó mejor sentándose a horcajada encima de Harry.
Harry la sostuvo más cerca, sus manos en su cintura, sintiendo la calidez de su cuerpo. Hermione, sintiendo una oleada de valentía, se inclinó más cerca, buscando más de él. Su aliento se entrelazaba, y la chispa que había estado latente entre ellos ardía con fuerza.
Sin pensarlo, Harry la levantó y ella entrelazó sus piernas en la cadera de su esposo y así él la llevó hacia la habitación que compartían desde el día que se casaron. La puerta se cerró detrás de ellos, y el espacio se sintió lleno de una mezcla de ansiedad y anticipación. La habitación, iluminada tenuemente por la luz de la luna, parecía un refugio donde podían dejar atrás las expectativas del mundo exterior.
Una vez dentro, Harry la apoyó suavemente contra la puerta, sus labios nunca alejándose de los de ella. La intensidad del momento los envolvía, y Hermione sintió que cada parte de su ser respondía a Harry. Sus manos recorrían su espalda, mientras que él exploraba la curva de su cuello y su mandíbula con suaves besos.
El aire se volvió denso con deseo. Hermione, temblando de anticipación, se separó un poco de Harry y lo miró a los ojos.
-¿Estás seguro de esto?- preguntó, su voz apenas un susurro.
Harry asintió, su mirada llena de determinación.
-Nunca he estado más seguro de algo en mi vida.
Con un movimiento delicado, Harry tomó su rostro entre sus manos y la besó nuevamente, pero esta vez con una mezcla de urgencia y ternura. Hermione sintió un calor intenso fluir por su cuerpo, cada caricia y cada beso encendiendo una chispa que había estado oculta.
La conexión
A medida que se movían hacia la cama, Harry la guió suavemente, la atrajo hacia él, y la recostó sobre las sábanas suaves. La conexión entre ellos era palpable, un hilo invisible que los unía más allá de las palabras.
Hermione se sintió vulnerable, pero también poderosa en su deseo. Cuando Harry se inclinó sobre ella, su corazón latía con fuerza. Sus manos se deslizaron por su cuerpo, y cada toque enviaba ondas de electricidad a través de ella.
Los besos se volvieron más apasionados y profundos, y Harry, sintiendo su confianza, comenzó a desabrochar la blusa de Hermione, cada prenda que caía era como una barrera que se desvanecía entre ellos. Hermione, a su vez, lo desnudó con la misma delicadeza, sintiendo la piel caliente de Harry contra la suya.
La entrega
La intimidad entre ellos se hizo más profunda y auténtica. Cada roce, cada beso, les recordaba lo que realmente eran el uno para el otro. En ese momento, todo lo demás se desvaneció. No eran el señor y la señora Potter por un decreto, sino dos almas que finalmente se encontraban.
Harry se detuvo por un momento, mirándola a los ojos, buscando su consentimiento.
-¿Estás lista?- preguntó suavemente.
Hermione, sintiendo el amor y la conexión que compartían, asintió, y con esa confirmación, Harry finalmente la penetró suavemente, sacando suspiros y gemidos a los dos, él se detuvo un momento, dándole tiempo a que ella se adaptara a él.
Luego de los que les pareció una eternidad Hermione habló -Harry.. por favor.
Al entender su pedido silencioso, comenzó a moverse dando inicio a una nueva etapa para ellos, donde se entregaron el uno al otro en un acto de vulnerabilidad y amor genuino.
El mundo exterior desapareció por completo mientras exploraban su nueva realidad juntos. En la calidez de su habitación, encontraron no solo placer, sino una conexión que trascendía la magia y las expectativas. Eran, finalmente, el uno para el otro.
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Unidos Por la Magia
RomanceLuego de la guerra, dos años exactamente, el ministro de magia lanzó una nueva ley, ley que se basa en "Matrimonios Concertados" por la magia. Nunguna persona que tenga de 18 a 35 años que no esté casado queda exento de esta ley. Todos tienen el deb...