Capítulo 33

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La mansión Malfoy estaba en silencio, el eco de la celebración todavía flotando en el aire mientras Draco y Luna se sentaban en su sala, acompañados de Lucius y Narcissa. La visita inesperada de los padres de Draco había sido un giro inesperado en lo que había sido un día lleno de felicidad y risas. Scorpius, ya dormido en su cuna, no sabía que sus abuelos lo habían conocido por primera vez, ni entendía las complicadas emociones que sus padres sentían en ese momento.

Lucius y Narcissa estaban sentados en el lujoso sofá de la sala de estar, mirando alrededor de la habitación como si estuvieran tratando de recordar lo que una vez fue su hogar. Aunque el ambiente estaba cargado de tensiones no resueltas, había un esfuerzo claro por parte de los dos mayores Malfoy de mostrar arrepentimiento y buena voluntad.

Draco, aún desconfiado, rompió el incómodo silencio. -No esperaba verlos hoy. O... en absoluto, en realidad.

Narcissa levantó la mirada, sus ojos cargados de una tristeza que había acumulado durante años.

-No teníamos la intención de aparecer sin aviso, Draco. Pero después de tanto tiempo... después de todo lo que hemos perdido, queríamos empezar a sanar, y hoy, con el cumpleaños de Scorpius, parecía el momento adecuado.

Luna, siempre sensible a las emociones de los demás, sonrió suavemente.

-Fue un día lleno de magia y alegría. Tal vez sea un buen momento para comenzar de nuevo.

Lucius, con un tono más moderado que el de sus días de arrogancia, agregó: -Sabemos que no podemos simplemente volver y esperar que todo sea como antes. Pero también sabemos que las familias no deben permanecer rotas para siempre. No si podemos evitarlo.

Draco se recostó en su asiento, todavía con la mandíbula tensa.

-Aún así, no es tan simple. No después de todo lo que pasó.

Narcissa asintió. -Lo sé. No te pido que olvides, pero... quiero que sepas que estoy aquí, y que siempre estuve pensando en ti. En tu felicidad, en Scorpius. Aunque estamos... lejos, siempre estuvimos la tanto de todo le que hacias.

El silencio entre ellos fue profundo, pero no incómodo. Todos estaban procesando sus pensamientos, midiendo las palabras antes de hablar. La historia de los Malfoy había sido de lealtades complejas, traiciones, y de seguir un camino que los había conducido a la destrucción. Pero ahora, con una nueva generación en juego, parecía haber una oportunidad de redención.

-Quizás- sugirió Luna con su tono sereno, -debemos concentrarnos en lo que Scorpius necesita. Es, después de todo, el futuro de esta familia.

Draco suspiró. -No estoy seguro de cómo manejar esto, pero sé que no quiero que Scorpius crezca rodeado del odio o las sombras de nuestro pasado.

Lucius se inclinó hacia adelante, hablando con una intensidad que no se veía desde sus días como líder de los mortífagos.

-Y no lo hará. Este es un nuevo comienzo para todos nosotros, Draco. Yo... he cometido errores terribles. Y he pagado por ellos, de una manera u otra. Pero no quiero que esos errores definan el futuro de nuestro nieto. Quiero ser mejor. Para él.

Narcissa tomó la mano de Lucius, sus dedos temblorosos.

-Y para ti. Hemos pasado años en Azkaban reflexionando sobre nuestras decisiones. Perdimos mucho, pero no estamos dispuestos a perder más.

Draco los miró en silencio, considerando sus palabras. Siempre había sido difícil para él separar a sus padres de los ideales que habían seguido ciegamente durante la guerra, pero aquí estaban, pidiendo una oportunidad para ser parte de su vida, y la de su hijo. Era una decisión que no podía tomar a la ligera.

-Está bien- dijo finalmente. -No sé cómo será esto, pero podemos intentarlo. Por Scorpius.

Narcissa sonrió con una mezcla de alivio y emoción. -Eso es todo lo que pedimos, Draco. Una oportunidad.

Lucius asintió en silencio, su mirada suave pero firme, mostrando que las palabras de Draco significaban más de lo que podía expresar.

Luna, con su sabiduría calmada, se levantó del sofá y se dirigió hacia la ventana, observando la luz de la luna iluminando los vastos jardines de la mansión.

-La luna llena esta noche es especialmente brillante- comentó, mirando a su esposo. -Es como si el mundo nos estuviera dando una señal para dejar atrás las sombras del pasado.

Draco se levantó y caminó hacia ella, observando cómo la luz plateada caía sobre la hierba.

-Tal vez tengas razón, Luna. Tal vez este sea el momento adecuado para empezar de nuevo.

La velada terminó con una sensación de renovación en el aire. Lucius y Narcissa se despidieron con promesas de regresar pronto para continuar reconstruyendo los lazos familiares. Cuando finalmente se fueron, la mansión Malfoy quedó en un silencio que, por primera vez en mucho tiempo, no estaba cargado de tensiones o secretos oscuros. Era un silencio de esperanza.

Luna se acercó a Draco, apoyando su cabeza en su hombro mientras ambos miraban la luna desde la ventana.

-Creo que hoy ha sido el primer paso hacia algo bueno, Draco.

Draco asintió, envolviendo a Luna en un suave abrazo.

-Sí. Y por Scorpius, haremos que funcione. No importa lo que cueste.

Unidos Por la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora