Capítulo 34

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La casa de Harry y Hermione estaba llena de risas y colores mientras todos se preparaban para celebrar el primer cumpleaños de Lily. Tres meses habían pasado desde la celebración del primer cumpleaños de Scorpius en la mansión Malfoy, y aunque las tensiones con Lucius y Narcissa no se habían desvanecido por completo, algo parecido a la reconciliación comenzaba a tomar forma.

Harry observaba cómo Hermione organizaba los últimos detalles. Las decoraciones llenaban el salón con tonos suaves de morado y plata, colores que Lily había aprendido a señalar emocionada. Su pequeña hija estaba en una fase curiosa, gateando rápidamente, dando pequeños pasos y comenzando a balbucear sus primeras palabras. Todos los días con ella eran una nueva aventura.

Los primeros en llegar a la fiesta fueron Ginny y Neville, con su hijo Frank, que ya empezaba a dar sus primeros pasos. Detrás de ellos, Ron y Daphne entraron, con Ron sosteniendo con orgullo una mano sobre el vientre abultado de Daphne, que mostraba ya los cinco meses de embarazo.

-¡Ey, Harry!- saludó Ron con una sonrisa amplia. -Parece que fue ayer cuando estábamos celebrando el cumpleaños de Scorpius. Ahora es el turno de Lily. El tiempo vuela, ¿verdad?

Harry sonrió, sosteniendo a Lily en sus brazos. -Lo sé. A veces me parece increíble que haya pasado un año ya. Cada día me sorprende más.

La casa poco a poco se llenó con el resto de sus amigos. Blaise y Pansy llegaron juntos, Blaise sosteniendo a Casiopeia en sus brazos con una ternura que, según bromeaba Pansy, nunca hubiera esperado de él. Draco y Luna llegaron poco después, con Scorpius en brazos, ambos saludando cálidamente a los presentes. La mirada de Draco cruzó brevemente con la de Harry, y ambos se dieron una pequeña sonrisa, una señal del respeto y amistad que habían ido construyendo en los últimos meses.

Los niños jugaban en una alfombra en el centro de la sala, rodeados de juguetes y libros mientras los adultos compartían anécdotas y carcajadas. Frank y Scorpius parecían competir por quién podía caminar más rápido, mientras Lily observaba a todos con curiosidad, moviendo sus pequeñas manos hacia los colores brillantes que colgaban del techo.

Hermione, siempre la organizadora perfecta, trajo el pastel al centro de la sala. Era una creación mágica, con pequeñas estrellas brillando sobre él y una figura de Lily en la cima, sonriendo alegremente. Harry sostenía a Lily en sus brazos, listo para ayudarla a soplar su primera vela.

-¡Feliz cumpleaños, Lily!- exclamaron todos a coro, justo cuando la vela comenzó a parpadear con pequeños fuegos artificiales que hicieron reír a la pequeña.

Harry y Hermione intercambiaron una mirada llena de ternura y orgullo, sabiendo lo lejos que habían llegado desde aquel momento en que la Ley de Matrimonios Concertados cambió sus vidas para siempre. A pesar de todas las dificultades, allí estaban, rodeados de sus amigos y con su pequeña hija celebrando su primer año de vida.

Con el pastel servido y los niños felices jugando, la tarde se alargó entre bromas y conversaciones. Las parejas se ponían al día, compartiendo sus experiencias como padres y las sorpresas que cada día les traía.

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El Momento de Reflexión

Ya caída la tarde, mientras los invitados comenzaban a despedirse, Harry se quedó mirando el jardín desde la ventana, con Lily dormida en sus brazos. Hermione se le acercó y apoyó su cabeza en su hombro.

-¿Estás pensando en algo?- preguntó Hermione en voz baja.

Harry asintió lentamente.

-A veces me pregunto cómo será su futuro. Lily y todos los demás... han nacido en un mundo que, a pesar de estar libre de la oscuridad que enfrentamos, aún tiene sus complicaciones.

Hermione asintió.

-Sí, el Ministerio, las leyes... todo eso sigue ahí. Pero nosotros estamos aquí para protegerlos, para asegurarnos de que crezcan en un lugar mejor.

Harry la miró, sonriendo. -Tienes razón. A veces me olvido de que no estamos solos en esto.

En ese momento, Draco y Luna se acercaron a ellos para despedirse. Draco miró a Harry, compartiendo un sentimiento similar. -Lily se ve feliz. Has hecho un buen trabajo, Potter.

Harry sonrió. -Lo mismo puedo decir de Scorpius. Los dos van a crecer rodeados de buenos amigos, estoy seguro de eso.

Luna, siempre con su aire soñador, añadió: -La luz de la luna brilla más fuerte esta noche, como si estuviera bendiciendo este momento. Es un buen augurio para el futuro.

Hermione la miró con una sonrisa cálida. -Esperemos que así sea.

Con los últimos invitados marchándose y la casa en silencio, Harry y Hermione llevaron a Lily a su cuna, la pequeña aún profundamente dormida. Mientras la arropaban, se quedaron un momento observando cómo respiraba tranquila, completamente ajena al mundo exterior.

-Un año ya- susurró Harry, casi incrédulo.

-Un año, y muchos más por venir- añadió Hermione, abrazándolo suavemente.

Se quedaron allí un rato más, en la quietud de la noche, con el reflejo de la luna iluminando la habitación. Aunque el futuro era incierto, por primera vez en mucho tiempo, ambos sentían que podían enfrentarlo juntos, más fuertes que nunca.

Unidos Por la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora