Capítulo 20

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El Ministerio de Magia parecía mantener una vigilancia constante sobre las parejas casadas bajo la Ley de Matrimonios Concertados. Aunque Harry y Hermione ya habían asumido su nuevo rol como matrimonio y futuros padres, las otras parejas también estaban lidiando con sus propios retos, adaptándose a sus nuevas realidades.

Ginny y Neville: El Comienzo de Algo Inesperado

Ginny Longbottom antes Weasley, siempre tan decidida y fuerte, había asumido su matrimonio con Neville Longbottom con una mezcla de resignación y determinación. Aunque en un principio la idea de casarse con su viejo amigo había sido incómoda, con el tiempo ambos comenzaron a encontrar un ritmo propio. A pesar de las expectativas impuestas por la ley, habían decidido que querían conocerse de nuevo antes de apresurarse a formar una familia.

Sin embargo, un día, mientras Ginny practicaba con su equipo de Quidditch, una repentina sensación de mareo la hizo detenerse en pleno vuelo. Sus compañeros la observaron con preocupación mientras ella se deslizaba con cuidado al suelo. Más tarde, después de una visita al San Mungo, Ginny y Neville recibieron una noticia que los tomó por sorpresa: Ginny estaba embarazada de dos meses.

-¿Cómo te sientes con esto?- preguntó Neville, su voz entrelazada con nerviosismo y emoción.

Ginny lo miró, su habitual seguridad ahora acompañada de una sonrisa serena.

-Bueno, parece que estamos adelantando nuestros planes... pero estoy lista para lo que venga. Estamos en esto juntos.

Ron y Daphne: Tensiones No Resueltas

Por otro lado, Ron y Daphne Weasley, quien antes era Greengrass estaban teniendo una experiencia muy diferente. Su matrimonio, desde el principio, había sido uno de conveniencia, con poca conexión emocional. Aunque ambos estaban comprometidos a hacer que funcionara, las tensiones no tardaron en aparecer.

Ron, todavía lidiando con los sentimientos no resueltos sobre Hermione y su abrupto matrimonio, tenía dificultades para acercarse a Daphne. Y aunque Daphne trataba de mantener una fachada fría y distante, había momentos en los que su frustración se hacía evidente.

-No somos como los demás- comentó Daphne una noche, mientras se sentaba junto a la ventana de su casa. -No tenemos esa historia de amistad ni de amor. Esto... no se siente natural.

Ron, con su habitual torpeza emocional, intentó reconfortarla.

-Lo sé. Pero... tal vez con el tiempo las cosas cambien. No quiero que esto sea sólo una obligación.

Ambos estaban atrapados en un matrimonio que no habían deseado, y aunque todavía no había señales de un embarazo, las expectativas del Ministerio los rodeaban. Sabían que tarde o temprano, tendrían que enfrentar esa realidad, pero por ahora, ambos seguían navegando por aguas inciertas.

Blaise y Pansy: Una Sorpresa Inminente

En contraste, Blaise Zabini y Pansy Parkinson Zabini, a quienes muchos consideraban una pareja inesperada, parecían estar adaptándose sorprendentemente bien a su nueva vida juntos. Aunque ambos compartían un pasado oscuro, también había una comprensión tácita entre ellos.

Pansy, siempre pragmática, había abordado su matrimonio con una mentalidad de conveniencia, pero con el tiempo, comenzó a notar que Blaise era más atento y comprensivo de lo que había imaginado. Los dos se encontraban en un punto en el que, aunque no había amor, sí había respeto mutuo.

Un día, mientras compartían una cena tranquila en su casa, Pansy lanzó una mirada significativa a Blaise.

-Creo que nuestra vida está a punto de volverse mucho más interesante- comentó, su mano descansando suavemente sobre su vientre.

Blaise levantó una ceja, entendiendo al instante lo que ella quería decir.

-¿Estás diciendo que...?

Pansy asintió con una leve sonrisa. -Sí. Estoy embarazada.

Aunque su relación no había comenzado con grandes expectativas emocionales, ambos sabían que estaban a punto de embarcarse en una nueva etapa que los cambiaría para siempre.

Reflexiones Colectivas

El anuncio del embarazo de Ginny y Pansy se extendió rápidamente entre los amigos y las parejas. El impacto de la Ley de Matrimonios Concertados comenzaba a sentirse más profundamente, no solo en el plano social, sino en las vidas de cada uno de ellos.

Durante una reunión en la casa de Harry y Hermione, todos compartieron sus experiencias recientes. Ginny, con su habitual entusiasmo, no tardó en bromear sobre lo rápido que había pasado del Quidditch a los pañales, mientras Neville la observaba con una mezcla de orgullo y nerviosismo.

Ron, aunque todavía lidiando con sus propios sentimientos, felicitó a su hermana y a Blaise, intentando mantener una actitud positiva. Pero la tensión entre él y Daphne era palpable, y más de uno lo notó.

Harry y Hermione, por su parte, observaron a sus amigos, dándose cuenta de que, al igual que ellos, todos estaban lidiando con las consecuencias de la ley a su manera. La comunidad mágica estaba cambiando, y sus vidas también.

Hermione, en especial, se sintió reconfortada al ver que, a pesar de las dificultades y las tensiones, todos estaban tratando de encontrar su propio camino en medio de las imposiciones del Ministerio.

Al final de la noche, mientras las parejas se despedían, Harry y Hermione se quedaron de pie junto a la ventana, observando cómo la luna iluminaba el cielo. Ambos sabían que el futuro aún estaba lleno de incertidumbre, pero por primera vez, había una sensación de esperanza tangible en el aire.

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