Capítulo 3

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El sonido del reloj de péndulo resonaba suavemente en el rincón de la sala, mientras la tensión se extendía como un manto sobre todos los presentes. Draco Malfoy permanecía de pie junto a la puerta, observando con su habitual mezcla de superioridad y desprecio, aunque esta vez, sus ojos traicionaban algo más: cansancio, o quizás resignación. Harry lo miró, reconociendo la expresión. Era el mismo agotamiento que sentía él mismo, y que estaba seguro de que también estaba presente en Hermione.

-¿A ti también te han asignado a alguien?- preguntó Ginny con incredulidad, rompiendo el silencio.

Draco asintió lentamente, pero mantuvo su mirada fija en Harry.

-Así es. Al parecer, no es suficiente haber sobrevivido a la guerra. Ahora, el Ministerio tiene que asegurarse de que 'contribuyamos' a la comunidad de formas... más permanentes.

-¿Y quién es la desafortunada?- soltó Ron con sarcasmo, cruzándose de brazos.

Draco frunció el ceño, pero no mordió el anzuelo de la provocación. -Luna Lovegood- Sus palabras fueron cortantes y precisas, sin un ápice de emoción. Hermione notó la forma en que su mandíbula se tensaba, como si la idea misma del matrimonio forzado le repugnara tanto como a ellos.

-Así que esto es real para todos nosotros- dijo Harry, bajando la cabeza. Las palabras parecían cobrar más peso en ese instante. No era solo él, ni Hermione. Draco Malfoy, una persona con quien jamás hubiera imaginado compartir una situación similar, estaba también atrapado en este decreto, y eso lo hacía sentir aún más fuera de control.

Hermione, siempre la más racional, dio un paso adelante, con una chispa de determinación en los ojos.

-No podemos simplemente aceptarlo sin cuestionar nada. Tiene que haber una razón más profunda detrás de esto. No es solo una ley absurda del Ministerio. Si la magia está involucrada, como dice Kingsley, necesitamos entender cómo y por qué.

-¿Entender qué, exactamente?- interrumpió Draco, su voz teñida de escepticismo. -¿Que la magia está forzándonos a... reproducirnos? Porque eso es exactamente lo que está haciendo.

Hermione le lanzó una mirada fulminante.

-No es solo eso, Malfoy. Hay algo más en juego. Si la magia misma está de alguna manera afectada, necesitamos descubrir el origen de este decreto. No solo podemos obedecer ciegamente y esperar lo mejor.

-¿Y cómo sugieres que hagamos eso?- replicó Draco, cruzando los brazos. -El Ministerio no va a soltar ninguna información sensible. Están tan asustados como todos nosotros.

Antes de que Hermione pudiera responder, Harry intervino.

-Podemos empezar por investigar las áreas donde la magia se ha vuelto inestable. Sabemos que después de la guerra, hubo lugares donde la magia parecía más débil. Si hay una conexión entre eso y este decreto, podríamos encontrar alguna pista.

Hermione asintió, agradecida de que Harry estuviera en la misma página. -Exacto. Podemos comenzar con las zonas afectadas. Si algo o alguien está manipulando la magia, lo sabremos.

-Esto es una pérdida de tiempo- murmuró Ron, todavía cruzado de brazos, pero con menos convicción que antes. -¿Realmente crees que podemos cambiar algo?

-No lo sé, pero debemos intentarlo- respondió Harry. -No me siento cómodo simplemente aceptando que la magia está decidiendo por nosotros sin entender por qué.

Ginny miró a Harry, su rostro suavizándose. -Si hay una manera de evitar esto, lo apoyaremos. Pero, ¿y si no hay salida? ¿Y si esto es lo que la magia necesita?

Esa última pregunta quedó flotando en el aire, sin respuesta. Ninguno de ellos quería enfrentarse a la posibilidad de que no hubiera solución. Pero tanto Harry como Hermione sabían que no podían quedarse de brazos cruzados sin al menos intentar buscar respuestas.

-Lo investigaré- dijo Hermione con firmeza. -Hay registros antiguos, textos que hablan sobre la relación entre la magia y los magos. Tal vez podamos encontrar algo allí.

-Yo también ayudaré- dijo Ginny, dando un paso hacia delante. -Iré contigo, Hermione. No dejaremos que el Ministerio nos controle de esta manera.

Harry miró a Ron, esperando su reacción. Ron, quien había estado mirando al suelo, finalmente levantó la vista, su expresión más cansada que furiosa.

-Está bien, lo haré también- murmuró. -Pero no me pidas que esté contento con esto.

Hermione sonrió ligeramente. Sabía que Ron necesitaba tiempo, pero lo conocía lo suficiente como para saber que, a pesar de todo, siempre estaría a su lado.

-Entonces, supongo que estamos todos juntos en esto- dijo Draco con un tono neutral. -Aunque, honestamente, no espero que encontremos nada útil. La magia tiene su propio camino, y nosotros somos solo sus peones.

-Eso es lo que intentaremos cambiar- respondió Harry. -Nadie debería ser un peón de algo que ni siquiera entendemos.

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Esa misma noche, Hermione y Ginny se encontraban en la Biblioteca del Ministerio, rodeadas de tomos polvorientos que parecían no haber sido tocados en siglos. Las estanterías estaban abarrotadas de libros sobre hechizos antiguos, profecías, y leyes mágicas, pero ninguno de ellos parecía ofrecer una respuesta clara. Hermione, sin embargo, no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente.

-¿Sabes?- dijo Ginny, hojeando uno de los libros. -Esto me recuerda cuando buscábamos los horrocruxes. Solo que ahora no estamos luchando contra un oscuro mago tenebroso, sino contra... la magia misma.

Hermione, sumida en sus pensamientos, levantó la vista.

-Tal vez no estemos tan lejos de eso. Si algo o alguien está manipulando la magia, podríamos estar enfrentándonos a una amenaza que ni siquiera hemos considerado.

Ginny la miró con preocupación.
-¿Crees que hay algo más detrás de todo esto?

-Siempre lo he creído- respondió Hermione. -Nada en el mundo mágico ocurre sin una razón, y si la magia está tomando decisiones por nosotros, quiero saber quién está detrás de eso.

Ginny asintió. -Y si hay una manera de detenerlo, la encontraremos.

Mientras continuaban buscando en los textos antiguos, Hermione no podía quitarse la sensación de que estaban en el umbral de algo grande. Algo que no solo afectaría a su vida y la de Harry, sino a todo el mundo mágico.

Había demasiadas preguntas sin respuesta, y hasta que no las encontraran, no podría aceptar lo que la magia intentaba imponerles.

Unidos Por la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora