El sol se filtraba a través de las ventanas de la casa de Harry y Hermione, iluminando el cálido ambiente que habían creado para celebrar los recientes nacimientos. La pequeña Lily Jean, con su cabello rizado y ojos curiosos, jugaba en la alfombra, ajena a las complejidades del mundo mágico que la rodeaba. La casa estaba llena de risas y charlas animadas mientras los amigos se reunían para compartir sus experiencias de paternidad.
Harry, con una sonrisa en el rostro, se encargaba de preparar bocados y refrescos en la cocina, mientras Hermione organizaba los asientos en la sala de estar. Se notaba en el aire una mezcla de emoción y nerviosismo; este sería el primer encuentro de todos desde que las familias habían crecido.
-Espero que hayan traído suficientes pañales- bromeó Ron, entrando en la casa con una caja repleta de ellos. -No quiero que me falten cuando llegue mi turno de cambiar uno.
-Creo que nos hemos preparado para eso- respondió Hermione con una risa, mientras levantaba una ceja hacia él. -Nunca está de más tener un poco más de suministros.
La puerta se abrió nuevamente, y Draco y Luna entraron, llevando a su pequeño Scorpius en un acogedor portabebés. Luna sonreía, radiante como siempre, mientras Draco lucía un poco más relajado que antes. El tiempo que habían pasado juntos en la reciente aventura de la paternidad había estrechado su vínculo.
-¿Listos para conocer a los nuevos miembros de la familia?- preguntó Draco, un brillo de orgullo en sus ojos.
-¡Por supuesto- exclamó Ginny, quien entró justo detrás de ellos, sosteniendo a su propio hijo, Frank Longbottom, en brazos. -Espero que todos estén listos para una maratón de bebés, porque Frank es un experto en hacer ruido.
-Eso significa que está haciendo su trabajo correctamente- bromeó Harry, mientras miraba a Frank, quien dormía plácidamente.
La tarde avanzó entre risas, juegos y anécdotas sobre las primeras noches sin dormir y las sorpresas de ser padres. Cada pareja compartía sus experiencias, desde el primer llanto hasta los cambios en sus rutinas. Sin embargo, a pesar de la alegría del reencuentro, una nube de preocupación flotaba sobre ellos.
Después de un rato, Harry se aclaró la garganta, atrayendo la atención de todos.
-Chicos, antes de continuar, quiero que hablemos de algo importante- comenzó, la seriedad en su voz contrastando con el ambiente festivo.
Hermione asintió, sabiendo que el momento había llegado.
-Hemos estado hablando sobre el Ministerio y la manera en que están controlando a nuestras familias- agregó. -No podemos ignorar lo que está sucediendo. Necesitamos estar alerta.
La atmósfera cambió drásticamente, y las sonrisas se desvanecieron mientras todos se miraban entre sí, reconociendo el peligro que acechaba.
-Sí, he notado que hacen chequeos más frecuentes- comentó Ron, frunciendo el ceño. -No creo que estén solo interesados en la salud de los bebés.
-Exactamente- dijo Draco, cruzando los brazos. -Esto no es solo una cuestión de bienestar. Siento que están buscando algo más. Tal vez quieren observar cómo se desarrollan nuestros hijos.
-Pero, ¿qué podrían querer?- preguntó Ginny, visiblemente preocupada. -No podemos dejar que nos controlen de esa manera.
Hermione tomó la mano de Harry, apretándola con fuerza.
-Lo que podemos hacer es mantenernos unidos. Si trabajamos juntos, podemos proteger a nuestras familias y descubrir qué está pasando.
-Podemos hacer una lista de preguntas y posibles lugares donde investigar- sugirió Luna, su mirada soñadora brillando con determinación. -No podemos permitir que nos asusten.
Con la resolución firmada entre ellos, el grupo se reunió en círculo, cada uno contribuyendo con ideas y recursos. La unidad que habían formado se fortaleció, y se sintieron más como una familia que nunca.
Al final de la reunión, mientras la noche se cernía sobre ellos y las estrellas brillaban en el cielo, Harry se dio cuenta de que, aunque los tiempos eran difíciles, el amor y la amistad que compartían eran más fuertes que cualquier amenaza. A medida que cada familia se preparaba para regresar a casa, llevaban consigo la promesa de protegerse mutuamente y la certeza de que, juntos, enfrentarían cualquier desafío que el futuro les deparara.
Y así, con un renovado sentido de unidad y propósito, cerraron la puerta de la casa de Harry y Hermione, listos para afrontar el próximo capítulo de sus vidas, juntos.
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Unidos Por la Magia
RomanceLuego de la guerra, dos años exactamente, el ministro de magia lanzó una nueva ley, ley que se basa en "Matrimonios Concertados" por la magia. Nunguna persona que tenga de 18 a 35 años que no esté casado queda exento de esta ley. Todos tienen el deb...