La tarde era fría cuando Harry entró en la pequeña librería en el Callejón Knockturn, un lugar sombrío y mal iluminado donde las sombras parecían moverse solas. No era un sitio en el que quisiera estar, pero las circunstancias lo exigían. Después de la advertencia que recibió de Kingsley, no había opción de ignorar las crecientes sospechas sobre el Ministerio y la Ley de Matrimonios Concertados.
El aire estaba cargado de polvo, y solo un par de brujas mayores husmeaban entre estanterías repletas de libros mágicos antiguos. Harry se quedó en la esquina más apartada, como había acordado, esperando con la capucha de su capa levantada. Cada segundo que pasaba aumentaba su nerviosismo. Había aprendido a confiar en Kingsley, pero sabía que si el Ministro estaba preocupado, era porque algo grave ocurría.
Finalmente, Kingsley apareció. Su presencia imponente y su habitual calma ahora tenían un matiz más oscuro. Aunque siempre había sido un hombre reservado, su expresión esa tarde era de puro agotamiento y preocupación. Se movió rápido, lanzando discretamente hechizos protectores alrededor para asegurarse de que nadie pudiera escucharlos.
-Gracias por venir- dijo en voz baja, su mirada recorriendo el lugar para asegurarse de que estaban solos. -Lo que estoy a punto de decirte no debe salir de este lugar. Ni siquiera los más cercanos al Ministerio están al tanto.
Harry asintió, sabiendo que lo que estaba a punto de escuchar cambiaría el rumbo de todo.
Descubriendo la Oscuridad
-Todo lo que creíamos sobre la Ley de Matrimonios Concertados... es solo la superficie- comenzó Kingsley, sus ojos fijos en Harry. -El verdadero objetivo no es solo asegurar el linaje mágico. Eso es lo que nos han hecho creer, pero en realidad, hay algo mucho más oscuro detrás.
Harry sintió un nudo formarse en su estómago.
-¿Más oscuro? ¿Qué es lo que realmente está sucediendo?
Kingsley respiró profundamente antes de continuar.
-El Departamento de Misterios ha estado involucrado en un proyecto durante décadas, incluso antes de la caída de Voldemort. Su objetivo es manipular la magia misma, crear una nueva generación de magos con habilidades específicas y controladas. La Ley de Matrimonios Concertados fue implementada no solo para garantizar que los magos tengan hijos, sino para seleccionar qué tipo de descendencia podría surgir de esos matrimonios. Están jugando con la genética mágica.
Harry se quedó en silencio, procesando las palabras.
-¿Eso significa que... nuestros hijos... Lily... Scorpius...? ¿Están bajo observación?
Kingsley asintió solemnemente.
-Sí. Y no solo ellos. Todos los niños nacidos bajo esta ley están siendo monitoreados. El Ministerio está tomando nota de sus desarrollos mágicos, sus habilidades, y cualquier signo de un poder inusual. Quieren asegurarse de que estos niños tengan características que puedan ser aprovechadas en el futuro.
Harry sintió un frío recorrerle el cuerpo. La idea de que Lily y los otros niños fueran tratados como experimentos le revolvía el estómago.
-¿Qué quieren de ellos? ¿Qué esperan lograr con todo esto?
-Controlar el futuro de la magia- respondió Kingsley en voz baja. -Están intentando asegurar que la próxima generación de magos sea no solo poderosa, sino también... predecible, manipulable. Creen que si pueden controlar la crianza y el desarrollo mágico de estos niños, podrán tener más poder sobre el mundo mágico en el futuro.
Un Impacto Devastador
Harry se quedó en silencio, las palabras de Kingsley resonando en su mente. El Ministerio estaba experimentando con sus vidas, con sus hijos. Todo lo que habían pasado, el sacrificio, la lucha para sobrevivir a Voldemort, y ahora esto. Se levantó, paseando nerviosamente entre las estanterías de libros antiguos, intentando contener su ira.
-Esto es... no lo puedo creer. Pensé que estábamos luchando por un mundo mejor, por la libertad, pero parece que nada ha cambiado- dijo finalmente, su voz cargada de frustración. -No podemos permitir que sigan con esto.
Kingsley asintió.
-Lo sé. Pero tienes que ser cuidadoso, Harry. Esto es más grande de lo que imaginamos. Si el Ministerio sospecha que estamos investigando, las consecuencias podrían ser devastadoras. No solo para ti, sino para todos los involucrados.
Harry asintió, pero en su mente ya estaba trazando un plan.
De regreso en Grimmauld Place, Harry encontró a Hermione esperando ansiosa en la sala. Había estado preocupada desde que se fue, pero la gravedad en el rostro de Harry al entrar le dijo que la situación era peor de lo que imaginaba.
-¿Qué pasó?- preguntó de inmediato, levantándose del sofá para encontrarse con él.
Harry tomó su mano, conduciéndola a sentarse nuevamente, y le explicó todo lo que Kingsley le había dicho. A medida que avanzaba en su relato, vio cómo la preocupación y la incredulidad crecían en el rostro de Hermione.
-No puedo creer que el Ministerio haya llegado tan lejos- murmuró Hermione cuando Harry terminó. -Esto es peor de lo que habíamos pensado. Están tratando de controlar a toda una generación. ¡Nuestros hijos no son sus juguetes!
-Lo sé- respondió Harry, la preocupación reflejada en su voz. -Pero no sé qué podemos hacer. Si nos movemos demasiado rápido, el Ministerio sabrá que estamos en contra, y podrían arremeter. Pero si no hacemos nada...
-Perderemos el control sobre nuestras vidas y las de nuestros hijos- terminó Hermione, con una expresión de decisión. -No podemos quedarnos de brazos cruzados, Harry. Necesitamos reunir a los demás. Esto es demasiado grande para manejarlo solos.
La Reunión de los Aliados
Esa misma noche, convocaron una reunión urgente con Draco, Luna, Ron, Daphne, Ginny y Neville. Todos llegaron con expresiones serias, sabiendo que algo importante estaba ocurriendo. Draco y Luna, en particular, parecían inquietos. No era común que Harry pidiera una reunión de emergencia, y la tensión en el ambiente era palpable.
-¿Qué está pasando, Potter?- preguntó Draco en cuanto entró. -¿Es algo sobre el Ministerio?
Harry les explicó lo que Kingsley le había revelado. Al terminar, el silencio reinó en la habitación, cada uno procesando la información de manera diferente.
Draco fue el primero en reaccionar, golpeando la mesa con el puño.
-Esto es una maldita locura. Si creen que pueden usar a Scorpius para sus experimentos, están muy equivocados.
Luna, aunque con su habitual calma, tenía el ceño fruncido.
-Sabía que había algo más detrás de todo esto. Sentía que la magia estaba desequilibrada, pero nunca imaginé que fuera tan oscuro.
Ginny y Neville se miraron, ambos visiblemente afectados.
-No podemos permitir que esto continúe- dijo Ginny, su voz firme pero con un toque de miedo. -Tenemos que proteger a nuestros hijos.
Ron, aunque inicialmente callado, finalmente habló.
-No queremos volver a pelear otra guerra, pero no podemos ignorar esto. Si el Ministerio está jugando con el futuro de nuestros hijos, tenemos que actuar.
Hermione asintió, mirando a cada uno de sus amigos.
-Lo sé. Es un riesgo. Pero si no hacemos nada, estaríamos cediendo todo el control sobre nuestras familias. Debemos luchar, por nuestros hijos y por nuestra libertad.
Una Alianza Secreta
Después de horas de deliberación, el grupo decidió formar una alianza secreta. El primer paso sería proteger a sus familias. Draco y Harry se encargarían de crear hechizos de protección avanzados alrededor de las casas de todos, para evitar cualquier vigilancia mágica. Hermione y Luna se adentrarían en los archivos del Ministerio para encontrar más información sobre los experimentos con los niños, mientras que Ginny, Neville, Ron y Daphne intentarían mantener las apariencias para evitar sospechas.
-No será fácil- advirtió Harry mientras la reunión llegaba a su fin. -Pero esta vez no peleamos solos.
Draco asintió.
-Esta vez, luchamos por nuestras familias. Y no permitiré que el Ministerio controle el futuro de mi hijo.
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Unidos Por la Magia
RomanceLuego de la guerra, dos años exactamente, el ministro de magia lanzó una nueva ley, ley que se basa en "Matrimonios Concertados" por la magia. Nunguna persona que tenga de 18 a 35 años que no esté casado queda exento de esta ley. Todos tienen el deb...