Capítulo 19

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El eco de la noticia sobre el nacimiento del hijo de Draco y Luna resonó en cada rincón del mundo mágico. El nombre Malfoy había estado en las portadas por mucho tiempo, pero esta vez, las miradas no estaban llenas de miedo o desprecio, sino de esperanza. La llegada del primer bebé bajo la Ley de Matrimonios Concertados se convirtió en un símbolo de que, pese a la controversia, la magia estaba asegurada para las futuras generaciones.

Para Harry y Hermione, la noticia llegó como un recordatorio ineludible de lo que les esperaba. Aunque su matrimonio había sido consumado y su vínculo como pareja se había fortalecido, el peso de las expectativas del Ministerio y de la sociedad comenzaba a sentirse más presente que nunca. Ambos sabían que el tiempo para simplemente adaptarse estaba acabando. Ahora, más que nunca, se esperaba de ellos cumplir con su "deber" como los héroes del mundo mágico.

Reacciones encontradas

La casa de los Potter se llenaba de silencios largos y reflexivos. Aunque la relación entre Harry y Hermione había crecido enormemente, había una carga que los seguía persiguiendo: el Ministerio continuaba recordándoles que no podían detenerse en su "misión" de expandir su familia. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, Harry no se sentía impulsado a cumplir con lo que se le exigía sin cuestionar.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó Hermione una noche, mientras se abrazaban en el sofá. Su mano descansaba suavemente sobre su vientre, aún apenas mostrando los primeros signos de embarazo en su segundo trimestre.

Harry la miró a los ojos, sabiendo que su respuesta tendría más peso que ninguna otra vez.

-Lo que sea mejor para nosotros- respondió con calma. -Ya no estamos luchando contra la ley, Hermione. Ya no tenemos que demostrarle nada a nadie.

Hermione dejó escapar un suspiro profundo. A veces se sentía como si, aunque estuvieran juntos, aún llevara una parte del peso sola. Las expectativas del Ministerio, la constante vigilancia de la sociedad mágica... Pero al escuchar las palabras de Harry, sintió que algo dentro de ella se relajaba.

-Creo que tienes razón- murmuró, apoyando su cabeza en su hombro. -Siempre nos hemos sentido como si estuviéramos en una misión, incluso después de la guerra. Tal vez es hora de que empecemos a pensar en nosotros.

Visitas inesperadas

A la mañana siguiente, Draco y Luna llegaron a la casa de los Potter. Draco, ahora con una serenidad que nadie hubiera anticipado años atrás, saludó a Harry con una leve inclinación de cabeza. Luna, con su característico brillo en los ojos, cargaba al recién nacido en sus brazos, su rostro iluminado con una paz que reflejaba su satisfacción con la vida que habían creado.

-Venimos a presentarles formalmente a nuestro hijo- anunció Draco, como si se tratara de una presentación en la alta sociedad, pero con un toque de orgullo genuino en su voz. -Se llama Scorpius Orion Malfoy-Lovegood.

Harry y Hermione recibieron a la pareja con calidez, aunque no podían evitar sentir una mezcla de emociones ante la presencia del bebé. Era un recordatorio viviente del cambio que se avecinaba para ellos. Mientras Luna hablaba en su habitual tono soñador, describiendo cómo el bebé ya había mostrado signos de una magia sorprendentemente avanzada, Harry y Hermione compartían miradas silenciosas, comprendiendo que su propio futuro estaba empezando a cristalizar frente a ellos.

-Es hermoso- comentó Hermione, su mirada fija en el pequeño Scorpius.

Luna sonrió. -Sabíamos que, a pesar de todo, seríamos una familia. Y lo mismo será para ustedes.

Draco, más pragmático que nunca, intervino.

-No podemos escapar de lo que nos ha sido impuesto. Pero eso no significa que tengamos que perder quiénes somos.

Las Expectativas del Ministerio

A pesar de la aparente paz que los rodeaba, las visitas al Ministerio continuaban. Cada vez que Harry y Hermione acudían, los funcionarios les recordaban que debían continuar cumpliendo con su "deber" para asegurar el futuro de la magia. Las insinuaciones sobre tener más hijos comenzaron a surgir, y aunque ambos trataban de no dejarse presionar, el peso de la expectativa empezaba a caer sobre ellos.

El Ministro de Magia, Kingsley Shacklebolt, los llamó a su oficina después de la noticia del primer nacimiento. Su tono era formal, pero su mirada, siempre cálida, mostraba una preocupación subyacente.

-Sé que no es fácil- comenzó Kingsley, mientras se sentaba frente a ellos. -Pero la comunidad mágica está poniendo mucha esperanza en ustedes. No puedo negar que el nacimiento del hijo de Draco y Luna ha sido un hito importante. Ahora, todos los ojos están puestos en el siguiente paso.

Harry cruzó los brazos, su ceño fruncido en desaprobación.

-¿Y cuál es ese siguiente paso, Kingsley?

Kingsley suspiró.

-Nadie espera que todo suceda de inmediato, pero no pueden ignorar la realidad de la situación. Su matrimonio, su familia, son símbolos para muchos. No sólo del futuro, sino de lo que significa la supervivencia de nuestra comunidad.

Hermione, más consciente que nunca de las tensiones políticas que rodeaban la ley, intervino: -Pero también somos personas, Kingsley. No sólo peones en este juego del Ministerio.

El Ministro asintió lentamente, pero sus palabras, aunque compasivas, fueron claras.

-Lo sé. Pero, desgraciadamente, este no es sólo un juego. Es el futuro de nuestro mundo. Todos estamos haciendo sacrificios.

Una Familia en Formación

De camino a casa, Harry y Hermione se mantuvieron en silencio, procesando las palabras de Kingsley. A pesar de la presión, ambos sabían que no podían seguir viéndose simplemente como los "elegidos" del Ministerio. Ya no era una cuestión de deber, sino de entender que, de alguna forma, ya eran una familia.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó Harry, mientras caminaban de la mano.

Hermione apretó suavemente su mano, mirando hacia el horizonte.

-Vamos a seguir adelante, Harry. Tal vez no como el Ministerio quiere, pero vamos a encontrar nuestro propio camino. Después de todo, ya somos el Sr. y la Sra. Potter.

El sonido de esas palabras hizo que Harry se detuviera por un segundo, y luego sonrió. No eran sólo un equipo obligado por una ley mágica. Eran algo mucho más profundo. Y por primera vez en mucho tiempo, ambos comenzaron a ver la posibilidad de que, a pesar de todo, podrían encontrar su propia felicidad.

Unidos Por la MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora