El viento otoñal barría suavemente los terrenos de Mansión Malfoy, trayendo consigo una sensación de renovación. La casa, imponente y solemne, había comenzado a cambiar desde que Draco y Luna se habían establecido allí como pareja. La influencia de Luna había traído vida al lugar, suavizando la atmósfera oscura que una vez había predominado. Las paredes frías ahora estaban adornadas con flores, dibujos mágicos y pequeños detalles que reflejaban el espíritu libre y único de Luna.A pesar de que su matrimonio había comenzado como una obligación impuesta por la ley, Draco y Luna habían encontrado una forma de adaptarse, en gran parte gracias a la actitud despreocupada de ella. Draco había esperado un matrimonio frío y formal, pero Luna lo sorprendió con su manera de ver la vida. A medida que el embarazo avanzaba, su relación también lo hacía, lentamente transformándose en una verdadera sociedad.
Preparativos para la Llegada
Con Luna en las últimas semanas de su embarazo, Draco había asumido un papel protector. Siempre había alguien dispuesto a cuidarla, pero Draco, de manera inesperada, se encontró supervisando personalmente todos los detalles para asegurarse de que Luna estuviera cómoda y segura.
-Draco, no necesitas preocuparte tanto- dijo Luna con su característico tono calmado, mientras se acariciaba el vientre prominente. -El bebé y yo estamos bien.
-Es mi deber- respondió Draco, aunque su tono era más suave de lo habitual. -No quiero que nada salga mal.
A lo largo de los meses, Draco había aprendido a escuchar a Luna, a confiar en su instinto, aunque sus métodos fueran inusuales. Había momentos en los que se preguntaba cómo alguien tan peculiar como ella había podido encontrar un lugar en su corazón. Pero cuando la miraba, especialmente cuando ella hablaba con una dulzura casi mágica sobre su futuro hijo, todas las dudas desaparecían.
Un Amor Creciendo
A pesar de las diferencias en sus personalidades, Draco y Luna habían desarrollado una conexión única. Donde Draco encontraba lógica y estructura, Luna encontraba magia y emoción. Y, de alguna manera, esas diferencias se complementaban perfectamente.
En las tardes, Draco solía sentarse en el sofá del salón mientras Luna, recostada con los pies en alto, le hablaba del mundo mágico de una manera que sólo ella podía. Describía criaturas que él no podía ver, colores y sonidos que parecían existir solo en su imaginación. Al principio, él la había escuchado con escepticismo, pero con el tiempo, se había permitido disfrutar de esos momentos, e incluso aprender de ellos.
-¿Cómo crees que será nuestro hijo?- le preguntó Draco una tarde, observando cómo Luna jugaba distraídamente con una pequeña criatura luminosa que flotaba sobre su vientre.
Luna sonrió, sus ojos brillando.
-Será alguien que verá más allá de lo evidente. Como tú, Draco. Solo que aprenderá a volar un poco más alto.
Draco no pudo evitar sonreír ante la extraña, pero encantadora, descripción. Aunque su relación con Luna había sido impredecible, cada día sentía que estaba descubriendo una nueva parte de sí mismo. Una parte que había estado oculta bajo la capa de orgullo y prejuicios que había llevado durante tanto tiempo.
El Momento del Nacimiento
La última semana de embarazo pasó en una mezcla de anticipación y nervios. El día llegó de manera inesperada, como si el bebé hubiera decidido que era el momento adecuado para entrar al mundo. Luna, siempre tranquila, fue la primera en en despertar al darse cuenta de que las contracciones habían comenzado.
-Draco, creo que es hora- le dijo una mañana, con la misma calma que usaría para anunciar la llegada de una carta.
Draco, por otro lado, entró en pánico inmediato. Había preparado todo, por supuesto: los mejores medimagos, pociones y el entorno más seguro posible. Pero nada podía prepararlo para el torbellino de emociones que sintió al darse cuenta de que estaba a punto de convertirse en padre.
El parto fue más rápido de lo que esperaban, pero no menos intenso. Draco no dejó el lado de Luna en ningún momento, sosteniendo su mano mientras ella, con una serenidad que solo ella podría tener en ese momento, lo miraba con una sonrisa suave.
Horas después, los llantos del primer bebé nacido bajo la Ley de Matrimonios Concertados llenaron la habitación.
El niño era perfecto. Draco lo sostuvo en sus brazos con una mezcla de asombro y miedo. Nunca había sentido algo tan frágil y, al mismo tiempo, tan poderoso. Luna, agotada pero radiante, lo observaba con una sonrisa tranquila.
-Lo logramos- susurró Draco, con lágrimas en los ojos.
Luna asintió, tomando su mano.
-Sí. Y no sólo por la ley. Lo logramos porque queríamos. Porque esto es lo que somos ahora. Una familia.
El Futuro de la Comunidad Mágica
El nacimiento de su hijo no solo cambió sus vidas personales, sino que también resonó en la comunidad mágica. Fue un símbolo de que la Ley de Matrimonios Concertados, aunque controvertida, estaba cumpliendo su propósito: asegurar la continuidad de la magia.
Los medios mágicos comenzaron a cubrir la noticia del nacimiento, destacando a la familia Malfoy-Lovegood como pioneros de esta nueva era. Pero para Draco y Luna, lo que más importaba no era el peso de las expectativas del mundo exterior, sino la pequeña vida que ahora ocupaba el centro de su mundo.
Con el paso de los días, Draco y Luna se adaptaron rápidamente a su nuevo papel como padres. Luna, con su naturaleza gentil, parecía estar en perfecta sintonía con el bebé, mientras que Draco, aunque más reservado, mostraba una dedicación feroz a su pequeño hijo.
Una noche, mientras observaban al bebé dormir en su cuna, Draco tomó la mano de Luna y susurró: -Nunca pensé que estaría tan feliz.
Luna lo miró, sus ojos brillando en la penumbra.
-Es porque hemos encontrado nuestro propio camino, Draco. No importa cómo comenzó, lo importante es lo que hemos construido.
Y así, en medio de los desafíos de una ley impuesta y el caos que rodeaba a la comunidad mágica, Draco y Luna encontraron una verdad simple: el amor y la familia eran lo que realmente importaba.
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Unidos Por la Magia
RomanceLuego de la guerra, dos años exactamente, el ministro de magia lanzó una nueva ley, ley que se basa en "Matrimonios Concertados" por la magia. Nunguna persona que tenga de 18 a 35 años que no esté casado queda exento de esta ley. Todos tienen el deb...