NARRA KEVIN.
No paraba de buscarla, le mandaba millones de mensajes al día, no estaba bromeando, de verdad le mandaba mensajes durante todo el día, llamadas ni se diga.
No podía comprender cómo ella me estaba olvidando tan pronto.
¿Cómo era posible que siguiera su vida sin mi?.
¿Ella estaría como yo?, ¿sin comer, ni dormir, sin ánimos de nada?.
Mi cabeza era un desastre en estos momentos, no dejaba de pensar en ella, de recordar cada momento vivido a su lado, no saben lo que daría por volver a verla, por estar ahora mismo besándola.
Tocaron el timbre.
¿Ahora quién chingados es?.
Brian o alguno de mis demás amigos no era, ellos habían venido a verme esta mañana.
¿Podría ser ella?.
Al menos una ligera chispa de esperanza habitaba en mi corazón.
Cómo pude me levanté de mi mejor aliada de estos días, mi cama.
-¡No mames!, que cara traes wey.- abrió la boca.
-Hijo, ¿qué tienes?, ¿estás enfermo?.- me tocó la frente mi mamá.
-No, no estoy, pasen.- avancé para dejarlos pasar.
-¿Dónde está mi cuñadita?.- preguntó Felipe.
Esa pregunta por favor ahora no, porque ni siquiera yo tenía respuesta, no tenía la más mínima idea de donde estaba mi pelicastaña.
Me recosté sobre la sala, mis hermanos se sentaron frente a mí, mi mamá se fue a la cocina.
-Te estoy hablando idiota.- me aventó un cojín.-¿Dónde está Fati?.- preguntó de nuevo.
-No estés chingando cabron.- bufé.
-Listo, puse a calentar agua para hacerte un té, aunque por la cara que traes, necesitas mejor medicina, un té no creo que te arregle, pero igual por lo mientras te lo tomaras.- llegó mi mamá a la sala.-
-Ma, no estoy enfermo.- rodeé los ojos.
-Ay Nahín, como eres de necio.- regañó.
Nahín.
Mi mamá y mi pelicastaña solo me llamaban por mi segundo nombre.
Como amaba escucharla llamarme así, se escuchaba tan dulce su voz, era como música para mis oídos escuchar su tierna y delicada voz cada mañana.
Lo arruinaste.
-Ya te aguanté muchos años tus necedades y ahora le toca a mi niña, pero igual, bájale con eso.- rió.- Por cierto, ¿dónde está?.-
Eso mismo me pregunto yo mamá, créeme.
-¿Se pelearon? o ¿a qué hora pues vas a contestar cabron?.- reclamó Óscar.
Los tres me miraban, yo ni siquiera podía mantener mis ojos en su dirección, me daba terror contarles lo que había pasado, no sabía cómo explicar que había cagado lo más precioso que mi vida había tenido.
Siempre fui de guardarme mis cosas, mi pensamiento en todo momento era que yo podía arreglarlo, pero, esta vez no podía, quería contarle a mi mamá y que me abrazará, quería volver a ser un niño recostado en sus brazos.
Pero me daba vergüenza de pensarlo, porque ella no había educado a su hijo para que fuera el malo con su novia, siempre nos había inculcado valores, desde niño siempre me hizo incapie en que debía honrarle y guardarle respeto a la mujer que decidiera estar conmigo.

ESTÁS LEYENDO
𝒲𝒽𝒶𝓉 ℐ 𝒻𝑒𝓁𝓉, 𝒽𝑒 𝒽𝒶𝒹 𝒶𝓁𝓇𝑒𝒶𝒹𝓎 𝒻𝑒𝓁𝓉 𝒻𝒾𝓇𝓈𝓉.
Fanfiction-La única persona que faltaba por saber en qué parte del mundo estaba, ya me había encontrado.- hablé hacia mi subconsciente. Una ola de emociones y sentimientos llegan a tu corazón, no salen de tu cabeza por ninguna razón, pero eso es lo que hace e...