So close but so far.

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📍Ibiza.

No podía creer en dónde estaba en estos momentos.

Estaba en una maravillosa playa, junto a la persona más importante de mi vida.

La pelicastaña.

Era nuestro segundo día en Ibiza, el primer día no logramos disfrutar del todo, ya que habíamos estado en el aeropuerto algún tiempo más de lo calculado, el trayecto para acá era de cuatro horas, pero nos entretuvieron en la terminal, algo había pasado que nuestro vuelo se había retrasado, cuando logramos llegar por la tarde, nos instalamos en el hotel, bajamos a cenar y conocer un poco de la playa que teníamos frente a nosotros.

Por eso no habíamos podido disfrutar al máximo el primer día, pero estaríamos aquí una semana, suficiente para poder conocer.

Al igual tenía suficiente tiempo para poder estar junto a la modelo, el haberla vuelto a ver, resurgió los miles de sentimientos que yo tenía por ella, nunca se habían ido del todo, pero habían estado escondidos por varios meses, mi corazón y alma estaban bajo llave.

Y se abrirían hasta que ella volviera.

La pelicastaña tenía la llave.

Y no voy a mentir, no me cabía a la cabeza que solo iba a poder estar con ella un día, el día que pasamos en Nueva York, para mí había sido lo mejor, agradecía que ella me hubiese dado la oportunidad de volver a pasar tiempo de calidad con ella, sin embargo, cuando ese día estaba terminando, para mí era lo peor que me pudiera estar pasando, cuando me ofreció volar para Italia con ella y pasar días juntos, me cayó como anillo al dedo.

Para mí, esa semana sería la mejor que pudiera tener en meses, ahora el estar disfrutando el gran detalle que había tenido la pelicastaña hacia a mi, me hacía sentir en una parte bien y por el otro lado mal.

¿Por qué?.

Por la simple razón de pensar, que este viaje lo pudimos haber tenido desde el año pasado, si habríamos venido a Ibiza por segunda ocasión pero porque quedamos maravillados con la primera, sin embargo ese viaje por mi culpa no se realizó, como bien ahora sabía la modelo, yo no le había sido infiel, yo jamás me hubiera atrevido a tan siquiera tocarle un cabello a otra mujer, ese Kevin Álvarez, ya no existía.

Si tan solo la hubiera alcanzado antes de ella marcharse, no hubiéramos perdido un año entero sin el otro.

Un año sin nuestro amor.

La pelicastaña mencionaba que no le importaba haberlo perdido, que las cosas pasaban por algo, tal vez en Ibiza nos esperaba algo de lo que después nos pudiéramos arrepentir, por eso o algún otro percance, no pudimos venir, ella siempre le trataba de sacar el lado bueno a las cosas, pero, en el fondo sabía que le había dolido la razón del porque no se había realizado el viaje.

Y por el otro lado, me sentía bien, porque de ser que no pudimos hacer el viaje en mi cumpleaños pasado, hoy, para este año nos encontrábamos aquí, cada uno tuvo la oportunidad de conocer Ibiza con otra persona, pero, ninguno de los dos la tomó.

¿Quién diría que nos esperaríamos para conocerlo juntos?.

¿Creímos en el destino?.

¿Creímos que volveríamos a estar juntos?.

Yo estaba seguro que nos volveríamos encontrar.

Nunca dejé de saber de la pelicastaña.

Aunque siempre supe dónde estaba, yo había decidido no ir a buscarla, quería que fuera feliz, que cumpliera su sueño, pero, eso no quería decir que no estuviera pendiente de ella, siempre le preguntaba al Uruguayo por la pelicastaña, no deje de preocuparme o ver por ella jamás, no podía ser capaz.

𝒲𝒽𝒶𝓉 ℐ 𝒻𝑒𝓁𝓉, 𝒽𝑒 𝒽𝒶𝒹 𝒶𝓁𝓇𝑒𝒶𝒹𝓎 𝒻𝑒𝓁𝓉 𝒻𝒾𝓇𝓈𝓉.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora