Cien.

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NARRA FA.

Volvía para Italia.

Mi visita a México había durado muy poco, quería ir a visitar de sorpresa a mi familia, pero por más que quisiera no podía, tenía mi agenda llena, Jeremiah había podido cancelar los eventos que tenía programados este sábado, pero no pudo aplazarlos más días, tenía que llegar para mañana domingo, para así poder estar a tiempo en dichos eventos el primer día de la semana, tendría que hacerme un espacio para poder visitar mi ciudad y en conjunto con mi familia.

También habían sido cinco meses sin ellos, hacía llamada con mi mamá todos los días, más que nada cuando era de día allá y acá era de noche, el confuso cambio de horario entre los dos continentes, pero era algo que ya nos habíamos acostumbrado, aún me faltaba medio año aquí.

Estaba abordando el avión, subía las escaleras con una lentitud, no tenía a ninguna persona detrás de mí, yo era la última que faltaba por subirse, mis pasos eran de tortuga, mis piernas me pesaban, mis manos las tenía demasiado frías, mi cuerpo no quería avanzar del todo, era obvio, yo no me quería ir, el estar al menos un día aquí en Cdmx, me hizo recordar lo feliz que era aquí con mis amigos, las grandes personas que me entrego dicha ciudad, los eventos, los proyectos, de todo un poco había conseguido en este lugar.

Lo más importante, a él.

Esa suponía, más bien no, estaba más que claro que él era la razón principal del porque no me quería ir.

No me atreví a entrar a su cuarto en el hospital, no pude, cuando estaba por hacerlo, estaba a nada de entrar, literalmente estaba a cuatro pasos de cruzar esa puerta, pero entonces, lo escuché reír, Dios mío, lo feliz que era yo cada que escuchaba su peculiar risa, siempre me había fascinado, escucharlo reír con sus amigos, me hizo sentir demasiadas cosas, por ejemplo, melancolía, ya que recordaba la infinidad de veces en las que yo había sido la causante de tan perfecto sonido como lo era su risa.

Decidí que lo dejaría pasar más momentos con sus amigos, fue cuando la señora Norma y sus hijos se acercaron hacia a mi, yo aproveché para despedirme, tenía que salir lo más pronto posible para poder llegar al aeropuerto, duré pocos momentos hablando con ellos, incluso Felipe se había ofrecido a traerme hasta acá, yo encantada de poder seguí platicando con el hermano del medio de los Álvarez.

Cuando pude notar que estaba muy de frente de la puerta del cuarto de Kevin, me moví para adelante, dejando que si alguien, para ser exactos, Kevin, si se movía un poco más, habría podido verme en su totalidad, lo cual era evidente que yo no quería, me estaba escondiendo de él, solo esperaba a que no se hubiera dado cuenta, no tenía porque saber que viaje por el mundo para poder estar junto a él.

Mis mejores amigos me regañaron al inicio, no podían creer que no me atrevería entrar a ver  a Kevin, era algo que nos les cuadraba, pero, después lo entendieron, me hicieron sentir bien, estar tranquila con mis pensamientos, hacerme ver que no estaba mal que no quería entrar a verlo, solo se les había hecho raro.

Yo me moría por verlo, las ganas de estar nuevamente frente a él, eran inmensas, pero, me las iba a guardar, porque de entrar a su cuarto, no solo implicaba "verlo" sino también, hablar con él, ya que conocía perfectamente lo preguntón que es Kevin, me haría un cuestionamiento profundo, uno donde las preguntas se enfocarán en el porqué me había ido.

Y aún no estaba lista para dar dicha respuesta, o sea, estaban claras las razones del porque me había ido, él las conocía perfectamente, pero, quería creer que él deseaba las respuestas por parte mía.

Y no se las iba a dar.

No tenía fuerzas, ni valentía para hacerlo, no le tendría una respuesta clara a cada una de sus dudas, había pensado en tan solo entrar y no decir nada, solo vernos fijamente y listo, pero, tampoco podía, no podía verlo a los ojos y simplemente hacer como que no pasaba nada, que no pasó el tiempo, fingir que no sentía las ganas de en cuanto mi mirar se cruzará con el de él, correr hasta sus brazos, así como solía hacerlo cada que alguno llegaba a la casa.

𝒲𝒽𝒶𝓉 ℐ 𝒻𝑒𝓁𝓉, 𝒽𝑒 𝒽𝒶𝒹 𝒶𝓁𝓇𝑒𝒶𝒹𝓎 𝒻𝑒𝓁𝓉 𝒻𝒾𝓇𝓈𝓉.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora