What I felt, he had already felt first.

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NARRA KEVIN.

Han pasado tres días.

Tres malditos días sin ella.

No sabía cómo lo estaba sacando adelante, pero lo estaba haciendo, simplemente me dedicaba a ir a entrenar, regresaba a casa, me hundía en mis pensamientos hasta quedarme dormido, así había sido hasta hoy.

Hablaba lo normal con mi mamá, me preguntaba por mi pelicastaña, yo solo me d limitaba a responderle que estaba bien, que tenía mucho trabajo y que por eso no habíamos ido a visitarla.

La segunda parte era verdad, Fati tenía mucho trabajo, a lo que me había contado Brian, había tenido muchas campañas en estos días, me encantaba saber que le estaba yendo excelente, pero me causaba conflicto que yo no pudiera estar ahí aplaudiéndole.

El Uruguayo me decía día tras día, que la buscara, que no la dejara ir, ¿cómo le explico que la busco todos los días?, pero, no obtengo respuesta, no me atrevía a llegar de la nada a su casa, ¿qué haría si no me abriera la puerta?, la conocía, sabía que no lo haría, porque nada le costaría contestar mis tantos mensajes o mis mil llamadas, menos abrir y recibirme en su casa.

Así que la primera respuesta que le di a mi madre, esa era totalmente mentira, mi pelicastaña y yo no estábamos bien.

Ni siquiera lo estábamos.

Ni siquiera estábamos juntos.

No había un nosotros por el momento.

Ojalá que sea solo por un momento.

Será inexplicable lo duro que me estaba pegando no estar junto a ella, no poder sentirla, tocarla, besarla, abrazarla.

Se estaba convirtiendo en un infierno.

Uno en el que yo mismo lo provoque.

Desearía estar completamente bien para poder estar junto a ella, que nada de mis estupideces nos hubieran separado, desearía tenerla junto a mi, que nada ni nadie me la arrebatara.

El entrenamiento de hoy estuvo algo leve, ya que por la noche teníamos partido, estos días en los entrenamientos el entrenador me colocó en el mismo equipo con Richard, mencionó que tenía que arreglar lo que había pasado días atrás, al igual que como mejore mi relación con Lara.

Era verdad, el pelón ya no me caía tan mal.

Nomás que no se me le acercará a mi pelicastaña.

Había funcionado, le pedí disculpas a Richard por lo sucedido, el de igual manera me lo pidió, mencionó que el lo había dicho de joda, que nunca lo hizo con intención de ofenderme, lo entendimos los dos, era obvio que teníamos que tener una buena actitud dentro y fuera de cancha, éramos compañeros de equipo, nos veíamos a diario, viajábamos juntos, tenía que haber buena relación de por medio entre todos.

Estaba recostado en mi cama, mirando hacia el techo, solo pensaba en una sola cosa, mejor dicho, en una persona.

Mi pelicastaña.

Tenía tantas ganas de verla, se me habían hecho eternos estos días sin ella.

Quería que hoy fuera a verme de nuevo jugar, como lo hacía en cada partido, ahí siempre estaba ella apoyándome, motívandome, quería verla con mi dorsal puesto.

El profe en Coapa nos indicó la alineación, sería titular en el partido de hoy, quería que aún más estuviera ella presente.

𝒲𝒽𝒶𝓉 ℐ 𝒻𝑒𝓁𝓉, 𝒽𝑒 𝒽𝒶𝒹 𝒶𝓁𝓇𝑒𝒶𝒹𝓎 𝒻𝑒𝓁𝓉 𝒻𝒾𝓇𝓈𝓉.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora