El Extraño Liquido

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Después de un tiempo, noté que Winifred tenía una idea en mente, una que no compartía con sus hermanas. Antes de que me fuera de su cabaña tras cada informe, comenzó a darme un extraño líquido. La situación me resultaba sospechosa, ya que me pidió que no mencionara nada al respecto frente a sus hermanas. Intrigada, intenté preguntarle en varias ocasiones qué era lo que me daba, pero sus respuestas siempre fueron evasivas. Solo me decía que era algo que me beneficiaría, aunque dudaba de su intención. Con Winifred, todo parece tener un propósito que siempre termina siendo en su beneficio.

No obstante, aunque nunca me sentí mal tras consumirlo, había algo diferente en mí. Después de unas semanas, mis poderes parecían haberse agudizado, y mi percepción se volvía más fina. No estaba seguro si esto era gracias a lo que me daba Winifred o si era un progreso natural gracias a la ayuda de Sarah.

Hoy me toca dar mi informe. Salgo de casa con discreción y me dirijo hacia la cabaña de las Sanderson. Al llegar, entro como de costumbre y veo a Mary, quien está ordenando algunos frascos. Parece ser la única en la cabaña, así que tendré que esperar a que llegue Winifred.

—Hola, Mary, ¿cómo estás? —le digo, cerrando la puerta detrás de mí.

Ella deja un frasco y me sonríe levemente.

—Hola, t/n. Estoy organizando los ingredientes para las pociones. Sarah fue por más, y necesito hacer espacio.

Ahora sé que Sarah no está en la cabaña, lo que me ahorra tener que preguntar.

—Oh, bueno, ten cuidado. No vayas a tropezar —le digo mientras me siento junto a una de las mesas.

—Esto es algo que hacemos día tras día, t/n. Nada que no pueda manejar —responde mientras coloca el último frasco en su lugar y me mira—. ¿Buscabas a Sarah?

—En realidad, no —admito—. Esta vez vine por Winifred.

—Oh —dice, visiblemente sorprendida—. No me lo esperaba.

—Sí, hoy tengo que darle mi informe —digo, soltando un suspiro.

—Ah, claro, ese hechizo —responde Mary con una carcajada, mientras yo frunzo el ceño.

—No tiene gracia... —digo, haciendo una pausa antes de continuar—. Oye, Mary, ¿sabes dónde está la bola de cristal con la que me hechizaron? Ya sabes, me interesa saber dónde está el objeto al que mi vida está atada.

Mary suelta una risita y deja lo que estaba haciendo para sentarse frente a mí.

—Es una historia breve, pero graciosa —comienza—. Verás, después de que te fuiste la noche en que Winnie te hechizó, Sarah intentó quedarse con la bola de cristal, argumentando que ella podía protegerla. Pero, antes de que pudiera tomarla, se tropezó y rompió un frasco —Mary suelta una carcajada, mientras yo sonrío nerviosa, pensando que estuve a punto de morir por la torpeza de Sarah.

Cuando Mary logra calmarse, continúa:

—En fin, Winnie regañó a Sarah, y la bola de cristal terminó guardándola en su cuarto, aunque no sé dónde la tiene exactamente. Yo suelo entrar a limpiar, pero no la he visto por ninguna parte. Seguro la tiene bien escondida.

—Solo espero que Sarah no haya intentado tomarla otra vez. Si no, estaré muerta —comento, un poco preocupada.

Antes de que Mary pueda responder, la puerta se abre de golpe. Winifred entra con su presencia habitual, anunciando su llegada, seguida de Sarah.

—¡Ya estamos aquí, hermana Mary! —dice Winifred, lanzando una rápida mirada hacia ella antes de notar mi presencia. Da un pequeño respingo y luego me dirige una sonrisa forzada—. ¡Hola, t/n, qué gusto verte!

Sin esperar respuesta, se gira y se dirige al lugar donde Mary estaba ordenando los frascos.

—Oh, t/n, para mí sí es un placer verte —dice Sarah, entrando para darme un fuerte abrazo—. Te extrañé mucho.

—Sí... supongo que yo también, Sarah —respondo mientras ella me suelta.

—¿Viniste a verme...? —pregunta de manera coqueta, mientras juega con un mechón de mi cabello entre sus dedos.

—Aunque te dijera que sí, te estaría mintiendo. En realidad, vengo a ver a Winifred.

Al escuchar el nombre de su hermana, Sarah se ve un poco decepcionada.

—Bueno... supongo que estaré en mi habitación —murmura antes de subir las escaleras.

Antes de que pueda decir algo más, Winifred se acerca y se dirige a mí con su habitual tono serio.

—Bien, t/n, supongo que vienes a darme el informe. Adelante.

Sin más preámbulos, empiezo a contarle a Winifred lo que he descubierto. Esta vez no tengo mucha información relevante, así que termino rápidamente. Ella parece satisfecha.

—Eso es todo —concluyo.

—Bien, puedes irte... y toma, tu dosis diaria —dice, extendiéndome el extraño líquido. Lo miro con cierta desconfianza y trato de objetar.

—Winnie, ¿cuándo me dirás para qué sirve esto? Llevo un tiempo tomándolo, y aún no sé qué efecto tiene en mí —le digo, cada vez más intrigada.

Ella suspira con frustración.

—T/n, es demasiado pronto para darte todos los detalles, pero puedo orientarte un poco —responde, dejando el frasco sobre la mesa—. Sé que sales con Sarah por las noches; te ayuda a desarrollar tus poderes porque... bueno, porque le gustas.

Intento ignorar ese comentario mientras ella continúa.

—Yo, en cambio, te estoy ayudando porque necesito que mi ayudante tenga suficiente poder para defendernos, si llegara a ser necesario.

Winifred toma nuevamente el frasco y me lo extiende.

—Ahora bébelo y márchate.

—¿En serio? ¿Quieres decir que esto ayudará a aumentar mis poderes? —pregunto, intrigado.

—No a aumentarlos, exactamente. Más bien, a mejorar los que ya tienes. Al perfeccionarlos, podrás avanzar en los poderes más complejos. Sarah ya te explicó algo de esto, ¿no?

—Sí, me lo dijo... Winnie, gracias por ayudarme —digo sinceramente, tomando el frasco.

Winifred no responde a mi agradecimiento; en su lugar, simplemente me extiende el frasco de nuevo, en silencio.

—Oh, cierto... —murmuro mientras lo tomo, eligiendo creerle una vez más. Bebo el extraño contenido, tratando de confiar en que no hay nada malo en ello.

—Ahora, vete. Tengo cosas que hacer —dice, con el tono seco de siempre.

Quisiera subir y ver cómo está Sarah, pero sé que Winifred no me permitirá quedarme. Así que, sin otra opción, salgo de la cabaña y me dirijo a casa, con una mezcla de inquietud y curiosidad sobre lo que realmente me está dando Winifred.

Bajo la Luna de Salem (Sarah Sanderson X Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora