Semana tras semana, estuve vigilando a Billy y Sarah. En cierto sentido, fue... complicado. Con el tiempo, llegué a tomarle cariño a Sarah, lo cual hacía que todo esto se sintiera un poco extraño. Pero no importaba. Para mantener mi vida a salvo, debía cumplir mi objetivo. Ya había pasado un mes, y finalmente, el primero de mayo, me sentí lo suficientemente segura como para decirle a Winifred el día y la hora en que tendría que acompañarme para presenciar la situación.
Era viernes, normalmente, Billy terminaba sus actividades diarias bastante temprano: ir al mercado, trabajar un poco y luego regresar a casa. Su vida siempre había sido bastante solitaria, pero desde que comenzó a encontrarse con Sarah, su rutina cambió. Ahora duerme toda la tarde y se despierta alrededor de la 1:00 a.m. para salir hacia el bosque. El trayecto le toma entre 20 y 30 minutos, dependiendo de circunstancias como la de esta noche, cuando tuvo que detenerse un momento para amarrarse los cordones de los zapatos. Todo esto lo tengo meticulosamente calculado.
Después de retomar su paso, llegó al mismo punto a la 1:28 a.m., justo como anticipé, considerando su andar lento y la breve pausa. Poco después, apareció Sarah. Espero unos quince minutos de interacción; usualmente ese es el tiempo que pasan juntos, ya que a veces los compromisos de Sarah o la salud de Billy limitan sus encuentros. Sin embargo, hoy será diferente. Winifred no le ha encargado nada a Sarah, y Billy tuvo su consulta semanal con el doctor ayer por la tarde, así que hoy debería estar en plena forma.
Mi predicción es correcta. Eventualmente, ambos se sientan en unas piedras, dándome la espalda. Sonrío. Esta noche es especial; tienden a pasar más tiempo juntos, alrededor de una hora y 40 minutos, aunque en ocasiones varía entre dos y cinco minutos. Aún estamos en el rango esperado. Salgo corriendo hacia la cabaña de las Sanderson, mi respiración acelerada con la emoción del momento. Al entrar, veo a Winifred al lado del caldero. Levanta la vista y me observa en silencio, para luego volver a concentrarse en sus pociones, supongo que ya se ha acostumbrado a mis visitas.
—Winnie, no quiero molestar, pero necesito que veas algo —digo, poniéndole una expresión seria, aunque en el fondo estoy disfrutando cada segundo de esto.
Winifred me observa con intriga, aunque responde con frialdad:
—Estoy ocupada. Si es importante, dímelo de una vez. No voy a dejar esto solo por una tontería —dice, rodando los ojos mientras vuelve a concentrarse en su tarea.
—Me encantaría solo contártelo, pero no me creerías. Lo único que puedo decirte es que se trata de Billy... y del motivo por el cual sale todas las noches —respondo, enfatizando el nombre de Billy.
Ella detiene sus manos, pausando por un momento su trabajo, y me mira con una mezcla de cautela y curiosidad.
—Bien, vamos. Espero que realmente valga la pena, porque si no... te mataré —me lanza una mirada con su habitual frialdad.
Winifred se incorpora de inmediato y grita:
—¡Mary!
Mary baja apresurada. Me saluda con la mano y luego fija su mirada nerviosa en Winifred.
—Te encargo la poción, voy a salir —ordena, sin dar lugar a preguntas. Se vuelve hacia mí con una expresión impaciente, claramente deseando respuestas.
Nos dirigimos hacia el bosque. Afortunadamente, la cabaña de las Sanderson está a solo quince minutos del lugar donde se encuentran, y avanzamos en silencio. Yo camino algo despacio, esperando que Winifred pueda seguir el ritmo; aunque está ansiosa, no deja de mirarme con irritación.
Finalmente, me detengo a una distancia prudente antes de llegar. Winifred me lanza una mirada desesperada.
—¿Por qué te detienes, tonta? —me increpa. Hace mucho que no me insulta así, lo cual me indica que está realmente ansiosa por ver lo que tengo que mostrarle.
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Bajo la Luna de Salem (Sarah Sanderson X Lectora)
RandomSalem guarda más secretos de los que cualquiera imagina. En medio de un romance inesperado y una maldición permanente, una joven se encuentra atrapada en este juego peligroso. Hay mucho en riesgo y llegó tu amor en el peor momento. ¿Podrás sobrevivi...