I Put A Spell on You

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Sin responder, cruzo el umbral, al entrar, me envuelve una mezcla de luces y risas; adultos disfrazados llenan el lugar, y una banda toca alegremente, creando un ambiente vibrante.

A medida que mis ojos recorren la multitud, busco a las Sanderson y, en su lugar, veo a Allison, de pie a un lado, esperando pacientemente a que Max termine su charla con su padre.

-¡Allison! - la llamo, y ella vuelve su mirada hacia mí, sorprendida.

-T/n, ¿cómo nos encontraste? - pregunta, su voz casi un susurro, aún procesando mi aparición.

-Creo que ya conoces mi naturaleza; no hay mucho que explicar - le respondo con un toque de ironía -Las Sanderson ya han de estar aquí. Necesito que me den el libro - Antes de que pueda reaccionar, veo a los señores Dennison acercándose, listos para iniciar una discusión con sus hijos.

Decido que no quiero involucrarme en su drama, por lo que me alejo lentamente de la escena. Pero en ese momento, alguien me toma del brazo y me jala hacia una esquina oscura. Me sobresalto y giro, encontrándome cara a cara con los ojos brillantes de Sarah, quien me sonríe con una expresión intrigante.

-Hola, pequeña vampira. ¿Encontraste a esos adolescentes? - pregunta, su voz un susurro cargado de curiosidad mientras sus ojos me estudian.

-Y-yo... hay mucha gente aquí, es difícil - respondo, aunque sé que no es la verdad, no puedo arriesgar a esos chicos.

Sarah no dice nada más y en su lugar, me arrincona contra la pared, acercándose de una manera que me quita el aliento.

¿Qué le sucede hoy? Su actitud es más atrevida a lo habitual.

Su mano se desliza suavemente detrás de mi cabeza, y de repente, sus labios se encuentran con los míos en un beso que me desarma completamente. Su otra mano descansa en mi estómago antes de descender lentamente hacia mi cadera, donde su agarre se vuelve firmemente posesivo, atrapándome con una intensidad que acelera mi corazón.

Me separo un poco, y al mirarla, veo una sonrisa radiante en su rostro, sus mejillas sonrojadas delatan la emoción que ambos compartimos. Sus manos ahora recorren mi cintura, subiendo y bajando con una delicadeza que me hace sentir viva. Su mirada se desliza hacia abajo, y su sonrisa se amplía aún más cuando una de sus manos se eleva y se posa en el borde de mi escote, un gesto que me deja sin aliento.

A pesar del ruido que hay en el lugar, el silencio entre nosotras es intenso, un espacio cargado de expectativa mientras esperamos la reacción de la otra. Pero antes de que Sarah pueda dar un paso más, un llamado familiar interrumpe nuestro momento: su hermana Winifred nos llama y luego silba, rompiendo la burbuja que habíamos creado.

El momento se detiene en el aire, Sarah se sorprende, sus ojos se abren un poco más al escuchar a su hermana. Su mano, que aún descansaba en el borde de mi escote, se queda suspendida por un instante, como si quisiera decidir entre quedarse o retirarse.

Con una mezcla de risa nerviosa y desilusión, Sarah se aparta un poco, su sonrisa aún presente, pero con un leve matiz de frustración -Tenemos que ir...- dice en voz baja, como si estuviera buscando las palabras correctas.

Finalmente, Sarah respira hondo y se retira un poco, siento la mano de Sarah en la mía y me arrastra con ella hasta llegar con su hermana.

-Ven aquí - ordena Winifred, su mirada pasando de mí a Sarah -¿Los encontraron? -

-¿Encontrar a qu...- empieza a decir Sarah, pero la interrumpo al apretar su cintura, enviándole una mirada que le pide silencio y Sarah me observa confundida. No quiero darle a Winifred otra razón para regañarnos, así que respondo rápidamente por ambas.

-Hay mucha gente, Winifred. No hemos tenido suerte. - Winifred suelta un suspiro de frustración, y me adelanto un paso, observando la escena. Max acaba de subir al escenario y le arrebata el micrófono al cantante, captando la atención de todos.

Bajo la Luna de Salem (Sarah Sanderson X Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora