Madison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible?
Continuación de "You we...
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La mañana pasó rápido. Nos habíamos levantado temprano porque habíamos adelantado la sesión de terapia, un cambio de horario que nos permitió tener la mañana libre. La sesión fue intensa, pero productiva. Hubo momentos difíciles, de esos que cuestan sacar a la luz, pero al final se sintió como un alivio, un paso adelante. Harry estuvo allí, atento, escuchando, dando espacio para que todo saliera. No hacía falta que dijera mucho; su presencia lo decía todo. Después de la sesión, nos tomamos un tiempo para ordenar la casa. Max, agotado por el paseo, se acomodó cerca de nosotros mientras trabajábamos en silencio, disfrutando de la compañía.
Nuestra relación ha mejorado mucho últimamente. Al principio, las conversaciones eran difíciles, y a veces las tensiones se acumulaban. Pero con el tiempo, hemos aprendido a escucharnos mejor, a darnos el espacio que necesitamos sin miedo. La terapia nos ha ayudado a soltar lo que guardábamos, y aunque no siempre es fácil, siento que hemos avanzado. Ya no necesitamos tantas palabras para entendernos; con solo estar cerca, nos sentimos más conectados.
Ya era mediodía cuando entramos en la cocina. El sol entraba por la ventana abierta, caldeando el ambiente, pero el olor de la comida cocinándose lo hacía todo más agradable. Harry estaba de pie frente a la mesa, picando ingredientes con esa concentración que me resulta tan familiar. Me acerqué y le di un beso en la mejilla mientras removía lo que estaba en la sartén.
— ¿Todo bien? — Lepregunté, viendo cómo trabajaba sin dejar de moverse con precisión.
— Todo perfecto, solo un poco de hambre —Sonrió y se giró para besarme en la frente — Pero esto huele increíble.
Me reí, un poco avergonzada por lo que estábamos preparando, pero la sonrisa en su rostro me hizo olvidar cualquier duda. Lo miré mientras continuaba cortando con rapidez, sus movimientos tan seguros. Me sentía a gusto, como si todo estuviera en su lugar. En ese momento, nos sentíamos cercanos, como si la mañana difícil hubiera dejado más espacio para nosotros.
— ¿Te ayudo con algo? — Le pregunté, buscando una excusa para estar más cerca.
Harry me dio una mirada suave y, sin dejar de cortar, dijo: — Solo si me das un beso cada vez que pides ayuda.
Sonreí y, en lugar de responder, me acerqué y lo besé suavemente en los labios, disfrutando del contacto. La cocina, el calor del verano, las tareas simples, todo parecía detenerse un momento. Estábamos bien, juntos, y eso lo hacía todo más fácil.
El almuerzo fue tranquilo. Decidimos preparar algo sencillo, pero reconfortante: una pasta con pesto y tomates asados. Mientras cocinábamos, las conversaciones eran ligeras, como si el día ya estuviera pidiendo una pausa.
— ¿Cómo va Abby? — Me preguntó Harry mientras removía la salsa con la cuchara — No he oído mucho de ella últimamente.
— Bien, me mandó un mensaje ayer. Dice que el confinamiento con Ben está siendo… interesante. — Respondí, riendo ligeramente mientras ponía la pasta en los platos.