Madison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible?
Continuación de "You we...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El aire frío de Holmes Chapel nos recibe al bajar del coche. El paisaje está cubierto por una capa blanca de nieve que hace que todo se vea aún más mágico, como si estuviéramos dentro de una postal navideña. Harry me toma de la mano con una sonrisa suave mientras caminamos hacia la casa, como si cada paso lo acercara más a un lugar que ha echado mucho de menos.
— ¿Estás bien? — Le pregunto, aunque sé que la respuesta es más que obvia.
— Nunca he estado mejor — Responde, apretando mi mano un poco más.
La puerta se abre y ahí está Anne, su madre, esperándonos. Cuando ve a Harry, su rostro se ilumina y no puede evitar lanzarse hacia él para abrazarlo. Harry la envuelve en un fuerte abrazo, y por un momento, la casa parece cobrar vida. Los dos se quedan ahí, como si el tiempo se hubiera detenido.
— Harry, estas muy flaco — Susurra Anne, y al separarse, la emoción es tan palpable que casi puedo sentirla en el aire.
— Mamá — Responde él, su voz quebrada por la emoción.
Cuando ella me ve, me recibe con una sonrisa tan cálida que me siento de inmediato bienvenida.
— ¡Maddy, querida! — Exclama, abriéndome los brazos — Es un placer tenerte aquí.
— Gracias, Anne — Le contesto, abrazándola con cariño — Me hace muy feliz estar aquí.
El bullicio de la familia se hace más evidente a medida que entramos a la casa. Gemma aparece casi de inmediato, con una gran sonrisa. Su abrazo es cálido y genuino, y es fácil ver el vínculo que tienen, como si nada hubiera cambiado a pesar del tiempo.
— ¡No puedo creer que finalmente estés aquí! — Dice su hermana, sin poder evitar mirarlo como si estuviera viendo a un fantasma.
— Yo tampoco lo creo — Responde Harry, riendo levemente. Hay algo especial en cómo se miran.
Michael, el novio de Gemma, se acerca también, bromeando sobre lo tarde que siempre llega Harry a las reuniones familiares. Todos nos reímos y, aunque los primos pequeños de Harry corren alrededor de nosotros, la calidez de la bienvenida es palpable.
— ¿Estás bien? — Le pregunta Gemma a Harry, mirando la forma en que observa a sus primos, muchos de ellos mucho más pequeños que él.
— Nunca pensé que extrañaría tanto a los niños — Responde él con una sonrisa nostálgica. Los niños no dejan de moverse, correteando de un lado a otro mientras juegan y se pelean de manera juguetona, creando un caos encantador.
Al verlos, no puedo evitar sonreír también. La casa está llena de ruido y movimiento, y aunque intento quedarme al margen, es difícil no sentirme parte de todo eso. Los niños se acercan a Harry en cuanto lo ven, algunos de ellos con los ojos grandes y curiosos, y empiezan a hablarle con emoción sobre sus juguetes, sus historias y todo lo que ha pasado desde la última vez que lo vieron.