Madison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible?
Continuación de "You we...
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(...)
Me desperté tarde. El sol apenas entraba por las cortinas, pero no hacía mucho por calentarme. Max estaba pegado a mí, respirando tranquilo, y por un momento pensé en quedarme ahí todo el día. Agarré el teléfono de la mesita, más por costumbre que por necesidad, y lo primero que hice fue buscar algo de Harry. Nada. Solo la llamada de anoche.
Suspiré, dejando el teléfono a un lado. La distancia era más real en días como este, y aunque me alegraba que él no se olvidara de mi cumpleaños, no podía evitar sentir ese huequito incómodo en el pecho. Un mensaje especial, algo más... no sé. Quizás estaba siendo injusta.
La puerta del departamento se abrió de golpe, y aunque Max levantó la cabeza alertado, yo no me moví. Sabía perfectamente quién era; Abby era la única persona, además de mí, que tenía una copia de la llave.
— ¡Feliz cumpleaños! — Gritó, entrando con una bandeja en las manos. El aroma a café y pastelitos llenó el aire antes de que la viera aparecer en la sala.
Sonreí a medias, girándome sobre la almohada — ¿Es necesario gritar?
— ¡Sí, porque es tu día! — Canturreó, dejando las cosas en la mesa antes de dirigirse hacia mí. Max ya había corrido a saludarla, moviendo la cola como loco.