Madison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible?
Continuación de "You we...
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HARRY'S POV
El aeropuerto de París estaba más concurrido de lo que esperaba para ser tan temprano. La voz del altavoz anunciaba llegadas y salidas en un francés que apenas entendía, mientras caminaba junto a William hacia la zona de equipaje. Tenía la gorra bien ajustada, los lentes oscuros y la bufanda subida hasta la nariz. Sabía que, si alguien me reconocía y salía una foto mía en París, Maddy se enojaría. No porque estuviera aquí, sino porque le mentí sobre dónde estaba.
Pero tenía mis razones.
— Sigues viéndote famoso, amigo — Dijo William en voz baja, con una media sonrisa.
— Gracias por el apoyo — Murmuré, ajustándome los lentes.
William soltó una risa breve mientras nos deteníamos cerca de la cinta transportadora. Las valijas aún no habían salido, y eso me daba tiempo para calmar mis nervios. Aunque era inútil.
Porque no se trataba solo de estar aquí sin que Madison lo supiera.
Se trataba de lo que venía después.
Respiré hondo y miré de reojo a William. Había pensado mucho en esto. Sabía que Maddy no tenía una relación con su padre, que él nunca había sido una figura presente en su vida. Pero William sí. Él había estado ahí, cuidándola, guiándola de alguna forma. Y aunque Maddy podía tomar sus propias decisiones, me pareció lo correcto hablar primero con él.
— ¿Vas a seguir con cara de funeral o me vas a decir qué pasa? — Preguntó William, cruzándose de brazos.
Tragué saliva — Solo… quiero hacer esto bien.
— Hermano, ya tienes a mi aprobación desde hace años.
Eso me hizo reír, aunque la ansiedad no desapareció del todo.
— Sí, pero quiero encontrar el anillo perfecto.
William asintió despacio, sin sorpresa, como si lo hubiera visto venir.
— ¿Por eso París?
—Sí, dicen que las mejores joyerías están aquí...
Hubo una pausa. William se pasó una mano por la nuca y sonrió de lado.
— Bueno, si me hubieras traído para pedirme permiso como su hermano mayor, estás en el camino correcto.
— ¿Eso es un sí?
— Es un "más te vale no romperle el corazón o te mato" — Reí, aunque la amenaza se sintió real.
Las valijas empezaron a aparecer en la cinta. Tomé la mía, todavía con el estómago revuelto. Estaba seguro de querer casarme con Maddy. Lo había sabido desde hace años. Pero esto lo hacía real.
Y ahora, solo quedaba encontrar el anillo perfecto para ella.
El taxi avanzaba por las calles de París con calma, dejándonos tiempo para observar la ciudad a través de las ventanas. Apenas era media mañana, pero el tráfico ya comenzaba a aumentar. William estaba entretenido mirando su teléfono, mientras yo me esforzaba en no parecer tan nervioso como me sentía.