Madison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible?
Continuación de "You we...
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Harry's pov
Me desperté con el sonido suave de la lluvia golpeando los ventanales. Durante unos segundos, permanecí quieto, la cabeza todavía hundida en la almohada, saboreando la calidez de las sábanas. Al estirar el brazo buscando a Maddy, solo encontré espacio vacío. La sábana estaba todavía un poco tibia, así que no debía haberse ido hace mucho.
Bostecé y me senté en la cama, pasándome una mano por el pelo. El aroma sutil de su jabón favorito flotaba en el aire, guiándome casi sin pensarlo hacia el baño.
Me apoyé en el umbral de la puerta sin hacer ruido. La luz suave de la mañana iluminaba a Maddy, de pie frente al espejo, envuelta en el vapor tibio de la ducha recién usada. Tenía puesta solo una toalla alrededor del cuerpo, y otra secaba el desorden de su pelo oscuro. No se había dado cuenta de que estaba allí.
Vi cómo bajaba la mirada hacia su vientre, sus manos descansando con delicadeza sobre una curva apenas visible. Era casi imperceptible, pero ahora, con doce semanas, empezaba a notarse... o tal vez solo nosotros podíamos verla.
Maddy sonrió apenas, una de esas sonrisas íntimas que parecían guardadas para cuando estaba sola. No dije nada. No quise romper ese momento. Solo me quedé ahí, observándola, sintiendo cómo algo dentro de mí se apretaba de la manera más extraña, como si mi corazón quisiera acercarse a ella antes que el resto de mi cuerpo.
Finalmente, Maddy levantó la vista y nuestras miradas se encontraron en el espejo. Se sobresaltó un poco, pero enseguida sonrió de nuevo, esta vez para mí.
— ¿Qué miras? — Murmuró, con esa voz suya que siempre sonaba a casa.
Me encogí de hombros, sonriendo también.
— A ti — Dije, sincero.
Ella giró un poco, aún sujetando la toalla contra su pecho.
— ¿Ves algo diferente? — Preguntó, bajando otra vez la vista hacia su vientre.
Di un paso hacia ella, acercándome despacio, como si tuviera miedo de romper algo.
— Veo todo — Le contesté, bajando la mano para rozar apenas la curva que estaba empezando a formarse — Y no puedo creer lo mucho que te quiero.
Maddy soltó una risa bajita, esa risa que siempre me hacía querer quedarme en el mismo lugar para siempre.
— ¿Incluso así, medio despeinada y empapada? — Bromeó, alzando una ceja.
Me acerqué un poco más.
— Especialmente así — Susurré, rozando mi nariz con la suya.
Ella suspiró, cerrando los ojos por un segundo, como si guardara ese momento en algún rincón secreto.