Me desperté con el sol filtrándose entre las cortinas del cuarto de nuestra casa en Londres. Max, como siempre, ya estaba en la puerta con su pelota, mirándome como si no tuviera panza ni excusas para no jugar.
Bajé a la cocina con una mano en la barriga, ese gesto tan ridículo que hago aunque no haya gran cosa todavía, y me preparé un desayuno rápido: tostadas, fruta y un té sin cafeína que, si soy sincera, no me convence del todo, pero al menos me hace sentir que estoy tomando las decisiones correctas.
Hoy tenía la tercera cita con Evelyn. Estaba más emocionada de lo que quería admitir, y más nerviosa de lo que mostraba. Aunque estoy en la semanas 12, el miedo de que algo no esté bien sigue rondando. Evelyn es muy buena calmándome, pero a veces me dan ganas de que me imprima el latido del corazón en una hoja y me la firme como garantía de que todo sigue bien.
Me vestí con un pantalón suelto y un top holgado que no dejaba ver lo poco que había crecido mi barriga. Aún era más hinchazón que otra cosa, como después de comer pizza, pero igual me hacía ilusión. Me quedé mirándome al espejo un rato, dándome palmaditas suaves en la pequeña barriga como si le hablara, aunque no se lo dijera.
Cuando estaba por agarrar las llaves del coche, sonó mi celular. Era Abby.
— ¿Estás viva? — Dije, aceptando la videollamada mientras me dirigía a la entrada.
— Viva, hormonal y con hambre — Respondió ella, recostada sobre un montón de almohadas — ¿Hoy te toca Evelyn?
— Sí, en camino. Pero tenía que verte la cara primero.
— Oh, qué romántica. ¿Y Harry? ¿Sigue trabajando?
— Está en Barcelona, en la otra punta del continente. Justo cuando más cachonda estoy, mal timing.
Abby soltó una carcajada.
— Ben me rozó la mano ayer y casi me le tiro encima en la cocina. Me siento como una adolescente descontrolada.
— ¿Cómo haces? Yo me baño y termino frustrada.
— Bueno, al menos puedes consolarte sabiendo que a mí ya se me nota la panza y no me puedo poner mis jeans favoritos.
— Sí, sí, hablame más de tus desgracias — Bufé mientras subía al coche — ¿Quieres comparar barrigas?
— Obvio. Esperá.
Acomodé el celular en el tablero antes de arrancar el coche y me subí la camiseta. La luz del sol me daba justo, haciendo que el bultito de mi barriga se notara un poco más. No mucho, pero lo suficiente para saber que algo estaba ahí.
— ¡Aww, está creciendo! — Dijo mi mejor amiga emocionada — Mirá la mía.
Se bajó el pantalón de pijama y levantó la camiseta. La diferencia era clara. La suya ya era una panza redondita, no tan visible pero definitivamente estaba embarazada. Me emocioné.
— ¡Está hermosa!
— La tuya también. Es como una mini promesa.
Tragué saliva. Era raro emocionarme por algo tan visual, tan simple, como una barriga. Pero ahí estábamos, las dos mostrando las pancitas al aire, en videollamada, como si fuera lo más importante del mundo en ese momento.
— Odiábamos esas fotos de maternidad con moños y carteles de “loading…” — Dije — Miranos ahora, llorando por panza, igualmente no haré ese tipo de fotos...
— No llores, que yo ya estoy llorando. Y no puedo parar una vez que empiezo.
— Voy conduciendo, así que me aguanto. Pero sabes que te quiero mucho.
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INVISIBLE STRING [H.S]
FanfictionMadison y Harry le habían puesto fin a su relación, ninguno de ellos pensaba que las casualidades de la vida los haría reencontrarse más de una vez... ¿Que sucedera cuando se den cuenta que están atados por un hilo invisible? Continuación de "You we...
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