En Busca De Tu Perdon

91 12 0
                                    


POV: Meena Chatamonchai

Al parecer mi esposa no había estado mintiendo en el momento que me amenazó con impedir que mis manos llegasen a tocarla, en un principio, sobre todo la primera noche creí que tan solo era un extraño berrinche causado por mi negación, pensé que, al día siguiente tras ver que Seungwang era capaz de terminar el entrenamiento necesitando tan solo cinco pociones de recuperación en vez de diez las cosas se podrían calmar entre las dos, pero me equivoqué y no tardé en notarlo ante la forma en que los días comenzaron a transcurrir y ella ya no estaba yendo a mi habitación, ni siquiera conseguía toparme con ella más allá cuando venía a recoger a Seungwang, para mi sorpresa cuando eso ocurría ella no dudaba en rechazar a cualquier tipo de interacción entre las dos, con palabras monótonas se aseguraba de saludarme para luego darme la espalda en señal de rechazo; sinceramente, era extrañamente doloroso su indiferencia. Al entender que las situación no mejoraría traté de toparme con ella a la hora de comer, a pesar de que sigo sin tener la más menor idea de como arreglar el desastre que yo misma cree, hice mi mejor esfuerzo para poder crear una situación que nos hiciera conversar, pero aun cuando ordene específicamente a los sirvientes el avisarme con cierta antelación el horario que tenía para comer, no fui capaz de interactuar con ella. No quería admitirlo, pero su evidente rechazo me estaba haciendo sentir inquieta.

Con fuerza solté un pesado suspiro a la vez que dejaba caer mi frente sobre mis nudillos, en estos momentos me encontraba en el interior de mi despacho, desde la mañana que había tratado de terminar todo el papeleo que aún seguía teniendo desde que regresé. Chai como siempre se mantuvo de pie, aún par de metros de donde se encontraba mi escritorio, esperando en un completo silencio de que yo diera algún tipo de orden que lo hiciese abandonar la habitación, pero francamente, en estos momentos él, era el menor de mis problemas. Mierda... pensé sintiéndome genuinamente irritada ante la falta de interacción entre yo y mi esposa. Me quedé quieta durante unos segundos tratando de dejar mi mente en blanco, pero fue un fracaso, de alguna manera Aoom se las arregló para meterse bajo mi piel haciendo una con mi mente, impidiendo de esa forma poder quitarla de mis pensamientos, lo odio, y no podía evitar el sentirme frustrada ante la pérdida de control, ¡Maldición! ¡Realmente lo detesto!, francamente, no tengo ni la menor idea de cómo aún mi instinto asesino seguía estando en mi interior. Visiblemente frustrada y siendo consciente de que no tendría ningún tipo de respuesta que satisficiera mis pensamientos, decidí alejar mi frente de mis manos para poder echar mi espalda contra el respaldo de mi asiento. En silencio eleve la mirada deslizando mis fríos ojos rojizos en dirección de Chai notando como este instintivamente tensaba sus hombros por culpa de mi repentino interés por su existencia.

-Chai- le llamé mientras que cruzaba mis brazos por debajo de mis pequeños pechos, a pesar de que era consciente de lo inquieto que se veía mantuve mi atención fija en sus facciones viendo atentamente como él daba un paso hacia mi dirección.

-¿Si? Gran Duquesa- fue todo lo que se atrevió a decirme provocando que yo apretara mi quijada -¿Necesita algo?- trató visiblemente aterrado de conseguir el satisfacerme, pero no había manera de que él pudiese hacerme sentir mejor.

-¿Cómo va la preparación de mi boda?- cuestioné observando como él me veía con sorpresa para luego mirar hacia otra dirección -Ni siquiera he visto sastres ingresando al Ducado- comenté dejando en claro que las cosas no se estaban llevando a cabo como yo lo había ordenado -¿Acaso no has sido capaz de llegar a un acuerdo con mi esposa?- pregunté queriendo una explicación mientras que mi vista seguía estando fija en como sus temblorosas manos se escondían detrás de su espalda, patético, pensé sintiendo mi mal humor empeorando -Chai.

-...La Duquesa me ordenó paralizar los preparativos- confesó haciendo que yo lo viera con sorpresa.

-¿Desde cuándo?- pregunté a la vez que, con cierto impulso me colocaba de pie provocando que el contrario tan solo diera un paso hacia atrás -Te he hecho una pregunta... ¿Desde cuándo lo sabes?- traté de formular mejor la pregunta queriendo una pronta respuesta, pero mi acompañante simplemente daba la impresión de estar demasiado asustado como para poder hablar con claridad -¡CHAI!

La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora