Venganza

42 3 0
                                    

¡Advertencia!: contenido violento explicito, se recomienda saltarse el capitulo si eres sensible a los actos violentos.

POV: Meena Chatamonchai

A llegar lo primero que hice fue encorvar ligeramente mis hombros sintiendo los malestares propios del constante uso de los pergaminos haciendo estragos en el interior de mi cuerpo, esto puede ser peligroso, pensé siendo más que consciente de los problemas que tendría si es que mi maná llegaba a descontrolarse. Antes de siquiera poder respirar con tranquilidad, mi cuerpo por completo se echó hacia adelante tras comenzar a toser, instintivamente presioné mi palma contra mis labios sintiendo el liquido caliente chocando contra mi piel, pude pensar mientras que giraba mi mano para limpiar con el dorso de esta los rastros de sangre que pudiese quedar en mis comisuras; había pasado mucho tiempo desde la última vez que vomité este contenido. Fingí desinterés. Netamente porque no tenía tiempo para pensar en el estado que debía estar mi núcleo. Con calma comencé a caminar en dirección de las grandes puertas que daban directamente hacia el interior del anexo. Con los labios sellados y manteniendo en todo momento la misma expresión indiferente saqué mi espada manteniendo firmemente mi húmeda palma sobre el mango de mi arma. No veía con disposición de hablar.

Caminé y caminé hasta que logré divisar la presencia de dos guardias quienes se encargaban de proteger la entrada. Estos, tras notar mi presencia no dudaron en alzar sus armas dispuestos en atacar si es que yo realizaba un movimiento extraño. Era más que evidente el hecho de que no me habían identificado, pero yo si que los había reconocido, eran los perros que Preeda había amaestrado durante los últimos diez años.

-¡Identifícate!- bramó uno de los chicos mientras que yo simplemente arrastraba la punta de mi espada contra el suelo, logrando crear una pequeña chisca causada por la fricción entre la roca y el metal -¡Atacaremos si no nos dice su nombre!

No dejé de caminar aun cuando claramente había oído de sus amenazas.

-E-Espera... Kyunsa- rápidamente su compañero actuó -¡Baja eso!- y con fuerza golpeó la muñeca de su amigo logrando desarmarlo. El contrario tras sentir el impacto, simplemente lo observó, parecía desconcertado, pero ni siquiera tuvo tiempo de poder reaccionar cuando sus ojos ya habían quedado enfocados en la nuca de su amigo quién rápidamente había dado un paso hacia su dirección usando su cuerpo como escudo -Lo lamento Duquesa- se disculpó haciendo una suave reverencia.

Me detuve frente a él. En un completo silencio observé la manera en que su castaño cabello había comenzado a caer sobre su frente ante la reverencia que continuaba manteniendo. Era más que evidente su nerviosismo, pero en vez de sentir lastima por él, eso solo me hacía enfurecer, aun más de lo que ya estaba, así que solo di un paso más, quedando justo a su lado, y con la mirada fija en su acompañante realicé mi siguiente movimiento.

-No vine buscando una disculpa- aclaré mientras que movía mi espada cortando limpiamente su cuello.

El silencio no tardó en rodearnos. Con los labios completamente sellados observé como su cabeza lentamente había sido desprendida de su cuerpo rebotando cerca de mis pies. El resto de su anatomía se deslizó a un costado de mi torso sonando de la misma forma en que lo haría una bolsa de papa tras chocar con el suelo. Deberías de estar agradecido... te he matado con rapidez, pensé mientras que regresaba mi atención hacia su compañero, este se había paralizado, con sus orbes fijas en el cuerpo inerte de su amigo, como si simplemente no pudiese creer lo que claramente sus ojos estaban siendo testigos.

-Acompáñalo- ordené al mismo tiempo en que movía mi brazo atravesando su garganta.

La sangre violentamente comenzó a chorrear ante la rapidez con la que había contraído mi brazo. Este, a diferencia de su compañero, dio un torpe paso hacia mi dirección, aunque no tardó en tambalearse desplomándose sobre el cuerpo ajeno. Ni siquiera me molesté en limpiar mi espada, manteniendo en todo momento la tranquilidad decidí nuevamente caminar adentrándome el enorme lugar.

La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora