No Te Resistas Mas

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POV: Narrador Omnisciente

Aoom se quedó quieta con su mejilla adherida al esternón de su acompañante sintiendo como su palma se deslizaba toscamente a través de su espalda. Sus dedos, tan largos, pero tensos se deslizaron sobre su columna logrando erizar los vellos de su nuca aun cuando su pesado vestido cubría su tersa piel. La castaña podía sentir como los falanges de su esposa se movían de arriba y hacia abajo tratando de cubrir todo el contorno de su anatomía, para luego simplemente dejar su palma descansando toscamente sobre su cabeza como si de esa manera le estuviese tratando de pedir que dejase de llorar. Impulsivamente una sonrisa se deslizó sobre los labios de la castaña al comprender que Meena, a pesar de tener cero conocimiento para consolar a las personas, sobre todo para tener interés en ellas, ahora mismo estaba haciendo todo lo posible para que las lágrimas no siguieran con su recorrido... eso realmente enterneció su ya enamorado corazón. En estos momentos ambas mujeres se encontraban sentadas sobre el colchón con la más alta ligeramente girada para cubrir con sus amplios brazos el frágil cuerpo de su esposa.

A Meena realmente no le había quedado de otra más que elevar la anatomía de Aoom al comprender que ella no dejaría de llorar por mucho que ella tratara de explicarle que no volvería a lastimarse. Con cuidado la mujer caminó hacia su cama sin siquiera prestarle atención al hecho que su torso estaba desnudo y que, de sus piernas aún a conservaba parte de su pesada armadura, aunque el mismo peso de este material comenzó a deslizarse por cada paso que ella daba así que ca al llegar a la cama realmente no quedaba pieza que extraer. La Gran Duquesa se quedó en un completo silencio sintiendo el calor que desprendía el pequeño cuerpo de su acompañante, una parte de ella no pudo evitar el nuevamente cuestionarse si estaba comiendo como correspondía, porque para ella no tenía sentido que Aoom fuese tan delgada.

Mientras que una inocente Meena seguía cuestionándose el estado de salud de su esposa, Aoom en cambio simplemente había sido incapaz de moverse de su sitio al percatarse del hecho de que tenía el torso completamente desnudo de la pelinegra adherido contra el suyo, está muy cerca... pensó sintiéndose ansiosa por la calidez que desprendía su lastimada anatomía. En un completo silencio la castaña hizo su mejor esfuerzo por mantener la calma mientras que sentía sus orejas caliente ante el pensamiento pecaminoso que golpeaba insistentemente su cabeza, el cual no parecía mejorar por culpa de esa pesada respiración que chocaba una y otra vez contra su hombro expuesto, ella... ella va a darse cuenta, pensó a la vez que cerraba los párpados sintiéndose verdaderamente agobiada por la posibilidad de que Meena fuese consciente de lo que estaba causando a su cuerpo. Impulsivamente Aoom presionó sus manos contra su pecho queriendo recuperar algo de espacio personal sin ser consciente de lo que conllevaría el estar tocando en esa parte.

Meena frunció el ceño confundida mientras que veía como su esposa se quedaba quieta con su cabeza agachada y sus manos firmemente puesta sobre sus pechos, el deseo por preguntar si estaba bien inundó su cabeza, pero por algún extraño motivo no fue capaz de decirlo a viva voz. Aoom en cambio quiso alejar sus palmas de lo que estaba tocando, pero sus maliciosas manos incapaces de quedarse quietas no dudaron en deslizarse alrededor del contorno de sus pechos sintiendo a través de las yemas como estos perfectamente se amoldaban alrededor de sus palmas como si hubiesen sido creados solo para ser tocados por ella. Fue cuestión de segundo para que su rostro se iluminara de un intenso tono carmesí provocando que su confundida acompañante en vez de preocuparse por el repentino tacto alrededor de su tórax, simplemente decidió inclinarse queriendo ver en mejor detalles el estado de su rostro.

-¿Esposa?- cuestionó la pelinegra provocando que Aoom simplemente continuara con su vista fija en sus muslos sintiendo la fuerza con la que estaba latiendo su corazón y como este empeoraba al comprender que Meena estaba usando un título para referirse hacia su persona, estúpida Meena vas a matarme, pensó a la vez que se mordía su labio inferior -Oye... ¿Te sientes bien?- cuestionó mientras que deslizaba su amplia palma contra su frente. A Aoom no le quedó de otra más que alzar su mentón permitiendo que sus inquietos ojos verde agua se encontraran directamente con aquella intensa mirada rojiza -¿Eh? estás ardiendo... quédate quieta iré por un sanador- aclaró a la vez que se levantaba dispuesta en ir en búsqueda de alguien capaz de curarla, pero antes de siquiera poder dar un pie lejos de la cama, su acompañante ya se había inclinado agarrando de su muñeca -¿Aoom? no tardaré, pero tengo que bus...

La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora