POV: Meena Chatamonchai
Tras rasgar el pergamino bruscamente fui trasportada a la entrada de la santa iglesia con todo mi cuerpo intacto. En un completo silencio sostuve el mango de mi espada aun empapada por la sangre de los sacerdotes, por primera vez en mi vida sentía asco por el fétido hedor de la sangre, así que tan solo hice una mueca para luego comenzar a caminar en dirección de la entrada del templo, tengo que salvarlos, pensé mientras que arrastraba mis pies sobre la tierra. No tardé en encontrarme con los primeros caballeros santos que custodiaban la entrada, realmente no tenía intenciones de querer luchar, lo que menos deseaba era el retrasarme, pero estos no dudaron en alzar sus armas dispuestos en luchar al ver el estado en que yo me encontraba; es sangre de mi esposa... solo tengo sangre de mi familia, pensé a la vez que balanceaba mi espada cortando fácilmente parte de sus muslos, sin tener una intención real de querer acabar con sus vidas, no estorben, pensé al mismo tiempo que veía como ellos perdían el equilibrio cayendo al suelo. Siendo incapaz de poder alzar mi voz continuó con mi camino viendo con mis ojos caídos y cansados como los pocos sacerdotes que se encontraban a nuestro alrededor no dudaban en comenzar a huir tratando de salvar sus miserables vidas, solo quiero a la Santa... solo dame a la Santa, supliqué mientras que continuaba abriéndome paso con el amargo sabor de mis lágrimas envolviendo el paladar de mi boca.
Me las arreglé para ingresar en el interior del templo notando como los caballeros santos comenzaban a rodearme.
-No quiero matarlos- confesé mientras que uno de los idiotas se abalanzaba contra mi cuerpo. Yo realmente podría acabar con todas las personas que me estaban rodeando, pero era consciente que sería un malgasto de tiempo y energía, así que con fuerza elevé mi pierna enterrando la suela de mi zapato contra la boca de su estómago -Solo quiero hablar con la Santa- admití a la vez que movía mi brazo enterrando el mango de mi espada en el hombro del imbécil que se atrevió a atacarme por la espalda -Si siguen estorbando, no dudaré en matarlos- aclaré pateando el muslo de otro de los guardias, consiguiendo que este perdiera el equilibrio.
Realmente estaba dispuesta en matarlos a todos si no fuese por los suaves pasos que atrajeron mi atención.
-¡Es suficiente!- una voz femenina resonó en el lugar consiguiendo que los guardias rápidamente se alejaran de mi para ir hacía su dirección. Sin siquiera dudarlos, ellos rodearon su delgado cuerpo asegurándose el ser una barrera de protección, pero si yo en verdad quería atravesarla, no sería realmente complicado -...- en silencio caminó hacia mi dirección con un largo vestido blanco que cubría prácticamente todo su cuerpo -¿Por qué hiciste todo este escándalo?- cuestionó mientras que veía por sobre el hombro de unos de sus caballeros el estado deplorable en el que yo me encontraba.
-Mi familia está muriendo, necesito tu poder- confesé a la vez que veía a mi alrededor notando como los guardias parecían estar completamente dispuestos en luchar contra mi si es que yo me atrevía a tocar a su querida Santa -No he matado a nadie- admití al ver sus ojos desconfiados -No tengo intenciones de luchar, solo quiero tu ayuda.
-Tengo entendido que la Gran Duquesa del Norte no poseía familia- confesó la Santa como si de alguna manera me conociera. Yo, al escucharla no pude evitar el apretar mi quijada mientras que trataba calmarme con el pensamiento de que realmente necesitaba de su ayuda -Veo que las cosas han cambiado tras mi salida del Norte- comentó a la vez que yo podía escuchar el murmullo en el lugar. Al parecer, no me habían reconocido en un principio, pero gracias a ella, ya todos sabían quién realmente yo era -¿De verdad te casaste? Porque la iglesia no me ha notificado nada.
-¿Importa?- pregunté mientras que daba un paso hacia su dirección consiguiendo que los guardias elevaran sus espadas contra mi rostro -No sean arrogantes- me quejé a la vez que estiraba mi mano golpeando con la suficiente fuerza el borde de la espada de unos de los guardias para conseguir que este la soltara -Ustedes no están a mi nivel- aclaré dándoles una fría mirada para luego regresar a la Santa quién simplemente me veía en silencio -Vamos, te llevaré al Norte.
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La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabe
RandomElla era una mujer fría como el clima de sus tierras. No tenía emociones, y el desapego emocional era lo suficientemente grande para ser considerado un problema. Los rumores dicen que estaba maldita, era de conocimiento público que nació con una mal...