[𝟰𝟬] New year

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𝖬𝖾𝗂𝗌𝗌𝖺’𝗌 𝖯𝗈𝗏:

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La tarde llevaba consigo un ambiente pesado aquel día en la mansión Malfoy, a pesar de la festividad que se caracterizaba por su calidez, mi familia se sentía cada vez más quebrantada. Los días habían pasado con suma rapidez y las vacaciones de navidad ya habían llegado, por lo que los estudiantes nos vimos en la necesidad de abandonar el castillo para ir a nuestros hogares.

Había insistido a mis padres en pasar la navidad en el castillo, pero ellos se negaron a tal idea y me obligaron a estar en aquella, grande y solitaria mansión perteneciente a la familia.

Lo más irónico de aquello era que mis padres se habían visto en la necesidad de viajar a un lugar que no se me había informado por unos inconvenientes con la profesión que mi padre mantenía en ese momento. No me dijeron el paradero, pero podía darme una idea de lo que se trataba al saber las costumbres que mi padre tenía y todo lo relacionado a los ideales que cargaba en su cabeza.

Mi madre lo había acompañado, pero Draco y yo nos mantuvimos en la mansión, completamente solos y sin la necesidad de convivir con el otro por el simple hecho de que no nos llevábamos para nada bien.

Desde que Draco me había interceptado en aquel pasillo hacía unas semanas atrás, donde me exigió dejar de frecuentar a Hermione y me hizo saber que estaba decepcionado de mí por todas las decisiones que yo había tomado para mi vida, no nos hablábamos en lo absoluto. Era extraño perder la comunicación con alguien con el cual habías crecido y formado tu personalidad en conjunto; era como si me arrancaran a mi otra mitad.

Draco era mi mellizo, y su rechazo era el que más me dolía. ¿Cómo era que tu propio hermano te decía la repulsión que le causabas?

En realidad, cualquier rechazo proveniente de mi familia me dolía demasiado. Siempre había tratado de tener su validación y una simple elección les generaba asco hacía mí; era doloroso, pero no podía cambiar su pensamiento por más que intentara, así que ya no trataría de cambiar su opinión respecto a mí, porque yo no iba a cambiar absolutamente nada de mis gustos o siquiera de mis pensamientos y a ellos jamás les pasaría por la cabeza el tener que abrir sus mentes para aceptarme.

Ya me había resignado a ello. Mi familia nunca iba a aceptarme en su totalidad, pero aún tenía la esperanza de que ellos tolerarían lo que realmente yo era.

Aquella noche era víspera de navidad, y mi mellizo y yo estábamos completamente solos. En otra ocasión habría intentado pasar tiempo con él para poder arreglar disputas, pero esa vez me negué totalmente al aún sentir ese resentimiento hacia el chico, hacia la persona que me había dañado tanto con sus palabras no mucho tiempo atrás.

Cada vez que esas fechas llegaban, lo único en lo que podía pensar eran los años anteriores; aunque no había mucha diferencia de aquella navidad, todas se resumían en momentos tensos entre los integrantes de mi familia, comentarios llenos de agresividad escondida, silencios incómodos, cenas monótonas o en ocasiones extrañas, solíamos pasar las fiestas junto con otras familias de sangre pura, aunque eso era inusual.

Para ese momento me encontraba sentada en mi habitación de la mansión, viendo como la noche caía ante mis ojos y sintiendo como la tristeza inundaba en mi cuerpo; era la navidad más extraña que había vivido a pesar de que todas eran prácticamente igual, simplemente existía algo que me decía en mi mente que nada era igual para ese entonces y que ya nada sería parecido en un futuro.

Wonder─Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora