Wonder─Hermione Granger

[𝟰𝟯] Sirius Black

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

𝖬𝖾𝗂𝗌𝗌𝖺'𝗌 𝖯𝗈𝗏:

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Días atrás, los gemelos Weasley habían tomado la decisión de arriesgar por completo el ámbito académico de su vida para poder fastidiar un día a Dolores Umbridge, nuestra directora para ese entonces. En resumen, ambos habían planeado con precisión y llevaron a la ejecución su broma estelar durante toda su estadía en Hogwarts.

No había estado muy involucrada en ello, simplemente aporté un poco de la información que tenía en mente y cooperé un poco de manera monetaria para que todo se llevara a cabo, sin embargo, no tenía idea absoluta respecto a lo que conllevaba, ya que, los gemelos no querían que corriera el mismo riesgo que ellos al involucrarme de más.

Como era de esperarse, ambos fueron inmediatamente expulsados del colegio, imposibilitando que lograran completar sus estudios en Hogwarts. Ninguno de los dos lucía afectado ante la noticia, ambos siempre mencionaban que lo académico y ellos no congeniaban al cien por ciento.

Cerraron su ciclo escolar con broche de oro, manteniéndose plasmados en la historia de Hogwarts.

Ante aquello, Dolores Umbridge había adoptado una actitud aún más explosiva y a la defensiva, especialmente con Harry y los que lo rodeaban; es decir, a mí también se me incluía dentro de esos últimos.

Un ejemplo de ello era el momento en el que me encontraba. Harry se encontraba dentro de la oficina de Umbridge, ya que, el chico había visto como Sirius estaba siendo torturado, aquella visión se había presentado gracias a la conexión que mantenía con el innombrable; decidió ir hasta la oficina de la directora con el fin de utilizar la chimenea y verificar el estado de su padrino, aunque no pudo realizarse como él deseaba.

Hermione caminaba de un costado a otro, dejando ver su nerviosismo, mientras que Ron fijaba su mirada en el material de la puerta, como si quisiera traspasarla y poder encontrarse con su mejor amigo; Avril se encontraba con la vista fija en Draco y sus amigos, los cuales se encargaban de custodiarnos; Lizzie estaba sentada en una pequeña barda que se hallaba frente a la oficina, esperando impacientemente cualquier noticia del Potter, y por último Neville, él trataba de pasar desapercibido por los Slytherin presentes, aunque hacía su mayor esfuerzo por mostrarse decidido.

—Tenemos que entrar desapercibido alguna u otra forma— murmuró Hermione entre la paranoia.

—¿Cómo hacerlo si tenemos a cuatro idiotas vigilando?— habló Avril en voz alta, clavando sus ojos como dagas en Draco, Kenneth Windsor, Crabbe y Goyle.

—Muy graciosa, Avril— masculló Kenneth, dándole una mala mirada a su prima.

—Dolores ha dado indicaciones precisas— fue el turno de mi mellizo para hablar, dejando en claro el tono lleno de arrogancia que llevaba consigo desde que Umbridge le había asignado como su espía personal dentro del castillo —, no vamos a dejar que se salgan con la suya.

Crabbe y Goyle asintieron con la cabeza para después formar una especie de barrera entre la puerta y nosotros.

—Es injusto— exclamó Hermione a la vez que bufaba —. No puede estar sola con él, podría lastimarlo.

Los Slytherin rieron.

—Pareces su madre, Granger— comentó Kenneth con una mueca de pena —. Afortunadamente, tu amigo sí que necesita esa figura en su día a día.