Wonder─Hermione Granger

[𝟮𝟲] She's homofobic, ironic

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𝖬𝖾𝗂𝗌𝗌𝖺’𝗌 𝖯𝗈𝗏:

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¿Nacimos para estar atados a la forma de vida que se nos asignó, es que acaso no podemos ser simples personas las cuales deberían vivir como ellos crean que es correcto? Quisiera equivocarme y aprender de ello, no preocuparme por los regaños que esto me traerí. Mi único deseo en la vida era ser yo misma.

Solamente deseaba ser una chica de quince años a la cual solo le interesara vivir, disfrutar de las buenas cosas de la vida y ser simplemente ella. Anhelaba salir a las calles con alegría y que todos los que me vieran lo notaran. Quería amar sin importar lo que terceros opinaran. Quería sentirme liberada por alguna vez en mi vida.

Esas semanas me había cuestionado lo extraño que era el odio a las personas que eran como yo; a mujeres que aman otras mujeres. No lograba entender, ¿cómo es que odias a una persona que solamente está amando a otra, era alguna clase de pecado? Yo no lo veía de esa forma.

En muchas ocasiones a lo largo de mi vida, había creído que las personas homosexuales no estaban en lo correcto y que simplemente estaban confundidas, mi manera de crianza fue esa y supongo que trataba de cegarme a mí misma respecto a lo que yo realmente era. Mi familia y bueno, en realidad todas las personas que conocía mantenían una postura en contra de la comunidad que luchaba por sus derechos únicamente por no seguir lo que supuestamente estaba dictado. Nunca lo había pensado con claridad, pero últimamente me había estado cuestionando que si yo anunciaba mi verdadera personalidad, ¿ellos me rechazarían, cómo es que reaccionarían ante la noticia?

Toda mi vida había creído que era defectuosa, y de hecho, muchas personas me lo habían dicho; pero desde que tenía memoria, ningún chico me había llamado la atención, en cambio… las chicas sí y era tan extraño sentirlo incluso cuando yo pensaba que eso era malo. Toda mi vida había pensado que, no lo sé, que era alguna clase de admiración hacia ellas, pero definitivamente no lo era; me gustaban las mujeres y me sentía orgullosa de ello.

Aunque tenía muchísimo miedo expresar eso a alguien de mi familia, ya fuese mi padre, mi madre o Draco; tenía la teoría de que no reaccionarán muy bien, mucho menos recibiría un abrazo por ello o un “te apoyo” de su parte. Estaba consciente de ello y también estaba preparada, o eso quería creer.

—Es hora de levantarse, Meissa— dijo mi madre, llegando a mi cuarto y dirigiéndose directamente a la ventana de mi habitación para dejar entrar la luz al cuarto, logrando que entrecerrara mis ojos ante la iluminación repentina.

—Si digo que quiero dormir hasta tarde, no me dejarás, ¿cierto?— pregunté con un tono perezoso.

—Estás en lo correcto— respondió, pude ver que me regaló una sonrisa; resoplé ante su respuesta y me dediqué a hundir mi rostro en la almohada —. Quiero que estés lista antes de que tu padre y yo salgamos.

—¿A dónde irán?— pregunté a la vez que me levantaba de mi cama y caminé hasta el armario que había en mi cuarto para poder seleccionar algún atuendo decente.

—Deberías remodelar tu armario, esa ropa no es para que alguien como tú la vista— mencionó junto con una mueca de disgusto y desaprobación en cuanto hice el intento por elegir un pantalón de mezclilla con un corte ancho. Analicé la ropa que había dentro, y antes de poder reclamar ante su comentario, ella me interrumpió: —. Iremos al Ministerio.