Capítulo 18.

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Allie.
Golpeaba la cadena, estiraba mi mano tratando de librarme de esta... Pero nada. Me encontraba en una oscura habitación amarrada a una tubería, sin a penas comida ni agua. Barón von Strucker se había cabreado mucho conmigo, me golpeó el mismo día en que llegamos a Sokovia, dejándome en muy mal estado y encerrándome en esta mugrienta celda. No podía valorar el daño que me había hecho pues todo era oscuro, pero algo de lo que estaba segura era que horribles moratones adornaban cada parte de mi cuerpo y alguna que otra herida también.

Dos días aquí abajo, rodeada de ratas, arañas, mierda... No había ninguna ventana por dónde pudiera filtrase un poco de luz o un poco de aire. Necesitaba respirar aire fresco. Parecía una habitación de un manicomio.
De pronto todo empezó a temblar y unos restos del techo cayeron a mi lado. Me levanté inquieta, nos estaban atacando. La puerta se abrió y apareció la persona que menos quería ver en ese momento, Jason Jefferson. Jason dejó en el suelo un vestido blanco y una caperuza roja. Después se acercó a mi y adivinad que hizo, activar el chip.

(Poner canción y esperar a que empiece, tarda unos segundos)

- Te propongo un trato -habló esa voz.

- ¿Que trato?

- Tú controlarás tu ser en todo momento pero cuándo nos ataquen o estemos en peligro, yo saldré -dijo rápidamente- y hasta que no termine con todo aquél que se meta con nosotras, no pararé.

- Trato hecho -contesté después de un tiempo.

- Manos a la obra, es mi turno.

Narrador externo.
Jason Jefferson se la quedó viendo y después la soltó lentamente vigilando cada uno de sus movimientos. El Soldado le propinó un golpe dejándolo al suelo inconsciente, eso no lo había visto venir. Se acercó dónde se encontraba el blanco vestido. Se cambió el rasgado vestido negro por ese nuevo. Se ató la caperuza al cuello y respiró profundamente.

Caminó lentamente hacia la puerta y salió de la habitación dónde recibió sus armas con cuchillos y granadas. Las tomó y después mató a sus guardias. Una vez fuera sintió el frió en sus pies desnudos y cómo la nieve que caía despacio le cubría estos. Sonrió cómo una niña pequeña y suspiró formando una enorme nube de vaho. Los agentes se la quedaron viendo sorprendidos, traía un pequeño vestido blanco, tenía el maquillaje corrido y vestía una caperuza roja que le cubría el rostro. Parecía sacada de una película de terror. Esta miró a cada uno de sus lados y levantó los brazos despacio al cielo hasta que llegó a lo más arriba, para después dejarlos caer rapidamente. Los agentes cayeron uno a uno y el blanco suelo fué tiñéndose de color rojo, el color de la muerte. Continuó andando, hasta que estuvo bien lejos. Se dió la vuelta y con sus fríos ojos miró ese edificio, su cárcel. Era un lugar muy siniestro y antiguo. Se oían gritos lejanos en el interior del bosque y diversas explosiones acompañadas de disparos.

Des de lejos vió a un grupo de hombres y una única mujer luchando contra los agentes de H.Y.D.R.A., eran Los Vengadores. El Soldado los analizaba, eran una amenaza y había prometido que no pararía hasta que todos aquellos que fueran enemigos estuvieran muertos. Allie no podía hacer nada, ahora no mandaba ella aquí.

El Capitán América y Iron Man habían ido al edificio a tratar de tomar el cetro mientras los demás se quedarían aquí. Cuándo terminaron con todos lo que estaban allí, entre los árboles vieron salir una caperuza roja que a medida que avanzaba dejaba un rastro de sangre.

- ¿Ahora nos tenemos que enfrentar a la caperucita roja? ¿Es una broma? -preguntó la Viuda Negra riéndose mientras cargaba su arma, dispuesta a dispararle sin corazón.

- Nat sigue adelante, yo me quedo con esta -dijo Ojo de Halcón mientras agarraba con firmeza su arco.

- De acuerdo. Vamos -dijo desapareciendo con Thor y Hulk.

Clint se iba acercando lentamente a la muchacha. Diez metros los separaban, no lograba ver sus ojos pues estaban cubiertos por la caperuza. Agarró con fuerza su arco y preparó una flecha apuntándola.

- No quiero dispararte -dijo viéndola-

Esta no respondió permaneció allí en su sitio. Lanzó la flecha y esta se detuvo a escasos centímetros de la chica. La joven sonrió maléficamente mostrando unos blancos dientes y Clint la vió horrorizado.

I've got no strings
to hold me down
To make me fret,
or make me frown
I had strings
but now I'm free

Mientras entonaba esa canción, la flecha giraba lentamente y quedó apuntando a Clint. Este trató de correr pero una corriente de aire le tumbó quedándo de rodillas y la flecha salió disparada hacia él, incrustándose en su abdomen.

- ¿No lo habías visto venir? -preguntó Pietro burlándose de Clint, que se encontraba en el suelo.

- ¿Cómo? -preguntó en susurros y cayó de espaldas herido.

- ¿Que haces aquí? Allie deberías estar en otro sitio, a salvo de toda esta gente -dijo acariciando su rostro dulcemente, la miraba analizando, mirando que su fino rostro no tuviera herida alguna.

Pietro se acercó y besó su frente dulcemente para después depositar un beso en los fríos labios de la chica. Se separaron y se vieron a los ojos entonces se oyó crujir unas ramas y se separó de ella empujándola. Un martillo apareció entre ellos dos y después regresó al sitio de dónde había salido.

- ¿Que le has hecho? -preguntó el asgardiano consternado al ver a su amigo en el suelo con una de sus flechas incrustadas en el pecho.

Le dió una vuelta al martillo y después lo lanzó hacia ella. La chica giró un poco la cabeza y el martillo pasó rozandole la mejilla. Pietro, vete ahora dijo Allie en la cabeza del rubio. Este no tuvo más remedio y se fué dejándola sola. Por detrás de esta se le acercó Natasha y trató de reducirla pero la chica era mucho más veloz. Natasha mientras peleaban la agarró de la caperuza mostrando el rostro de su contrincante. La chica miraba el suelo para después posar sus fríos ojos azules en la peliroja. Esta ahogó un grito para después salir disparada y caer en los brazos de Thor.

- ¿Que demonios? -preguntó entre confundida y asustada.

- Pelirroja, Capipaleta y yo estamos volviendo -dijo una voz por el intercomunicador, era Tony.

- ¡Venid ahora! -gritó Natasha alarmada.

El Soldado veía detenidamente a la chica y al asgardiano, los dos estaban pálidos. Clint que se encontraba en el suelo agonizando de dolor vió a sus compañeros quietos y creyó que estaban en peligro, pues estaban demasiado pálidos. Agarró el arco y preparó una nueva flecha para la caperuza roja que se encontraba de espaldas. Soltó la cuerda del arco y la flecha salió volando.

- ¡No! -gritó Natasha.

La flecha se incrustó en la espalda de la chica travesando sus costillas. Oía en su interior cómo se rompían los huesos, uno a uno. Natasha miró a Clint con los ojos llorosos hasta que vió el rostro de la chica, Allie.
El silencio en el bosque era sepulcral. Ella estaba tumbada en el suelo, sentía como su vestido se hiba manchando de sangre poco a poco. Antes de cerrar los ojos le pareció ver a lo lejos a un tipo vistiendo un mono azul y en su brazo cargaba un escudo con la bandera americana. Era él. Después todo se volvió oscuro.

Nuevo capítulo.
Tardaré un tiempo en actualizar, espero me perdonéis.
Me gustaría daros las gracias a todos los que estáis siguiendo la novela y votáis y comentáis y todo. Son muchos ya.
Muchas graciaaaas.

Never Let Me Go (Steve Rogers/Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora