Never Let Me Go (Steve Rogers/Capitán América)

Capítulo 24.

(Poner canción cuándo lo indique)

Allie.
- Lo lamento parejita pero hoy tenemos día de chicas.

¿Quién podía molestar a estas horas? Nada más y nada menos que la señorita Natasha Romanoff. Golpeó, perdón golpeó no, aporreó la puerta despertandonos a los dos. Me encontraba recostada en el pecho de Steve y sonreí. Le dí un besó en los labios y él me correspondió lentamente.

- No tengo todo el día así que Allie tienes diez minutos para sacar tu culo de la cama.

Me levanté sonriendo y empecé a arreglarme. Me hice una trenza de lado y me puse unos pantalones largos, unas deportivas y una sudadera. Entonces abrí la puerta y allí estaba la pelirroja.

- Agarra todas tus cosas para la fiesta, no te cambiarás aquí -dijo sonriendo.

Cerré la puerta y agarré la bolsa con el vestido, los tacones, joyas... Cortesía de Tony Stark señores, no quería que hiciera el ridículo en la fiesta.

- Nos vemos esta noche Steve -dije besándole en los labios.

- Te esperaré, pasalo bien hoy con Natasha -dijo besándome otra vez.

Me despedí de Steve y caminé junto a Natasha hacia su deportivo.

- ¿Esta noche os lo habéis pasado bien?

- Vaya forma de romper el hielo -dije riendo- y mi respuesta a tu pregunta es nos lo hemos pasado muy bien pero no de la forma en que tú crees.

- Que decepción... He perdido cincuenta dólares.

- ¿Habéis apostado por si Steve y yo lo hacíamos? -pregunté mientras me sonrojaba.

- Así es. Le vimos tan lanzado el día de la azotea que bueno... Tony y yo apostamos en que os lo pasaríais bien y en cambio Clint, Thor y Bruce que no haríais nada impuro.

- Que vergüenza, mis amigos hablando de mi relación con Steve.

- ¿Aún no te lo a pedido? -negué con la cabeza- Viniendo de Steve seguro que no tardará y encima lo hará bonito, espero.

Me reí y prendí la radio. Veía pasar los edificios por mi lado, era extraño estar de vuelta en casa. Natasha tomó una salida que conducía a las afueras de la ciudad y la miré curiosa, en cambio ella me sonrió juguetona.

- Aquí tienes nuestra primera parada de nuestro día de chicas -dijo aparcando en el estacionamiento.

- ¿Relax Spa? -pregunté confundida mientras leía el letrero.

- Le he robado dos entradas a Tony pero es nuestro secreto, ¿te a quedado claro? -dijo entrando por la puerta.

- Clarísimo.

Me llevó a los vestuarios dónde nos cambiamos y dejamos nuestras pertenencias, después de eso debo decir que dios mío... Increíble. Nos metimos en la sauna, después en el jacuzzi, en las piscinas, duchas de colores... Era alucinante ese sitio, una desgracia que en mi época no existiera de eso. Después cerca del mediodía fuimos a una habitación dónde había baños con leche y masajes. Al salir parecía drogada de lo feliz que estaba.

- Siguiente parada -dijo prendiendo el auto- comida. Hemos quedado con Maria Hill.

- Este día me está gustando -dije riendo.

Regresamos a la gran ciudad y en un cuarto de hora llegamos a un centro comercial. Natasha aparcó y caminamos hacia un restaurante italiano que había allí. Cuándo entramos, en una mesa en medio estaba Hill.