Never Let Me Go (Steve Rogers/Capitán América)

Capítulo 31.

Cerré el agua de la regadera y salí. Empecé a secar mi cabello con suavidad y una vez listo lo envolví con la toalla. Me puse ropa interior limpia, una camiseta por encima del ombligo de Laura, unas mallas oscuras ajustadas y unos calcetines blancos, todo me cabía a la perfección. Al salir allí estaba Steve haciendo malabares con el traje, ¿tan difícil le resultaba desabotonar y bajar cremallera?

- ¿Te ayudo? -pregunté dejando mi cosas en la cama.

- Por favor -suspiró cansado de luchar consigo mismo.

Le obligué a sentarse en la cama. Le quité los trapos que le cubrían el cuello y después fui bajando hasta que finalmente logré quitarle la parte de arriba del traje, no llevaba camiseta y mi cuerpo empezó a calentarse. La clave es respirar, la clave es respirar Allie, susurraba constantemente. Una vez listo él se levantó y me besó en los labios. Se separó y se encerró en el baño. Yo me quedé allí de pie y aproveché para acabar de secar mi cabello.

- ¿Cómo tienes la herida de la espalda?

- Steve -dije sorprendida al verlo salir del baño- supongo que bien.

- ¿Puedo verla? -preguntó acercándose para sentarse a mi lado.

- No creo que sea tan importante, es sólo un rasguño -dije recordando la gran cantidad de cicatrices que tenía en mi espalda.

- ¿Y si se infecta?

- No pasa nada...

La puerta se abrió de golpe y apareció Clint cargando un botiquín de primeros auxilios. Sonrió y me lo entregó para desaparecer de la habitación, no sin antes decir que debíamos desinfectar todas las heridas. Parecía como si me hubiera leído la mente, ahora que lo pienso, últimamente no estoy utilizando mis poderes y el Soldado X no da señales de vida...

- Déjeme curarte -dijo viéndome con sus ojos azules.

- ¿Prometes no comentar nada?

- Lo prometo.

Sonrió y abrió el botiquín. Sacó algodón y desinfectante, yo en cambio subí un poco la camiseta para que no se manchara, no era de mi propiedad así que debía cuidarlo. Sentía el algodón en mi piel desnuda, escocía un poco pero nada que no se pudiera soportar. Solté un gemido cuándo presionó el algodón con fuerza, Steve rápidamente se disculpó y empezó a soplar para calmar el dolor.

- Steve, ¿quieres que te cure alguna herida? -pregunté acomodando la camisa.

- No, estoy bien -sonrió.

- Voy a ver a Clint, quiero preguntarle una cosa...

- ¿Que cosa? ¿Es relacionado con ese tal Danny? -preguntó gruñendo.

- Después te lo cuento -dije caminando hacia la puerta- Primero necesito hablar con Clint.

Al salir de la habitación le oí maldecir por lo bajo. Caminé por el largo pasillo y bajé las escaleras. Una vez abajo miré a todos sitios, hasta que oí ruidos en la cocina. Me acerqué lentamente y ahí estaban Clint, Banner, Natasha y Laura cenando. Sonreí y me acerqué.

- Clint -interrumpí la conversación que había entre ellos.

- Hola Allie, ¿quieres cenar? Te preparo un plato en seguida... -saltó Laura de la mesa, dispuesta a ir a la cocina.

- No hace falta -hablé rápido- No tengo hambre... ¿Clint me preguntaba si tienes una moto? -este asintió observándome fijamente- ¿Podrías dejármelo? Es que me gustaría hacer unas visitas... Si no te importa.

- Supongo que no -susurró- aunque me gustaría que te vistieras con discreción, aquí en casa estamos a salvo pero a fuera no estoy seguro...

- Estamos en casa -sonreí- este lugar nunca me a fallado, excepto una vez, así que no debes preocuparte. ¿Laura mañana podrías dejarme ropa un poco discreta?