Rusia, 1991.
Lejos, en las montañas del norte de Rusia, en medio de la soledad y del frío, se levanta una pequeña cabaña de madera. No supone una cabaña familiar donde vivir y resguardarse del frío. No. Supone una cabaña militar de operaciones.
Dos personas, en medio de esa ventisca se adentran en su interior. Después de acceder a través de una trampilla al sótano, se encuentran con una enorme compuerta de metal acorazado. Presenta dos líneas amarillas como decoración. No hay ningún elemento más en ese lugar desolador. Después de introducir un código de 4 dígitos, las puertas de metal se abren y dejan a la vista un pequeño ascensor. Esos sujetos se suben, sin compartir palabra alguna. 20 metros más abajo, las puertas se abren y aparecen en un laboratorio. Sorprende las condiciones de trabajo en que se encuentran cuatro científicos estadounidenses, secuestrados y privados de su libertad.
- Buenas noches, ¿tenéis preparado todo para proceder al amanecer con nuestro cometido? – preguntó uno de los sujetos a uno de los científicos.
- Así es, cuando quieran pueden proceder.
Los dos soldados se miraron a los ojos y asintieron a la vez. Era el momento. Caminaron hacia un lado de ese laboratorio y sacaron dos llaves, uno introdujo una de sus llaves en una pequeña ranura y el otro procedió a hacer lo mismo que su compañero. A la vez, giraron las llaves hacia la derecha. Un ruido mecánico sonó y las puertas se abrieron. Ante ellos, apareció un cuaderno rojo con una gran estrella negra de cinco puntas en medio. Lo cogieron y regresaron al lado de los científicos.
- Adelante – murmuró un soldado.
Los científicos tomaron cada uno su lugar e accionaron un botón. De repente, dos columnas de humo emergieron de dos cilindros de cristal. Dos sujetos se encontraban monitorizados en distintas máquinas, con cables colgando y unas mascaras de metal para controlar la respiración. Eran un hombre y una mujer.
De repente, se empezaron a oír gritos y las luces empezaron a parpadear sin control. Uno de los ayudantes de los científicos se acercó a la mujer que permanecía atada por las extremidades y le inyectaron un suero, controlado el impulso incontrolable que emanaba de su cuerpo ara controlar la electricidad que le rodeaba.
Uno de los dos sujetos misteriosos que vestían ropas de soldado se acercó a ellos dos con el libro rojo en mano.
- Anhelo. Oxidado. Diecisiete. Amanecer. Horno. Nueve. Benigno. Bienvenida. Uno. Ejercito. Vagón de carga. Avión.
Los gritos de los dos sujetos cesaron. El silencio reino en la habitación. Era el momento.
- Buenos días soldado -susurró el soldado que sostenía el libro.
- ¿Cual es la misión? -preguntó el hombre con una voz metalizada.
- Tengo algo para los dos -susurró acercándose a ellos, quienes respiraban fuertemente por lo sucedido anteriormente- Sin testigos.
El ascensor del laboratorio se volvió a abrir. De su interior salieron 5 soldados cargando armamento para vestir y preparar a esos dos misteriosos sujetos.
Dos soldados atendieron a la muchacha, a quién le recogieron el cabello en una larga trenza. Su cuerpo estaba sudoroso, sucio y maloliente pero, aún y esas condiciones, los soldados le colocaron un chaleco y unos pantalones para después colgarse una arma en la espalda. Finalmente, le dieron una pequeña pistola la cual escondió en el cartucho derecho del cinturón que le habían entregado para el pantalón.
Para el muchacho, tuvieron que intervenir unos 3 soldados para que se tranquilizara y se armara para la misión. Tuvieron que sacudirlo varias veces para que obedeciera las ordenes de cambiarse. Cuando todo estaba listo, le quitaron la mascarilla de la respiración y le entregaron un arma que colgó en la espalda y distintos cuchillos que escondió en sus altas y negras botas. Cogieron su cabello y con un cuchillo, le cortaron todo aquel que le perjudicaría para la misión, dejándole el cabello sucio y mojado por los hombros.
Estaba todo listo.
En una solitaria carretera de lugar desconocido circulaba un automóvil con dos personas en su interior. La carretera se encontraba en el interior del bosque con la única iluminación de los faros delanteros del automóvil y alguna que otra línea de luz que se colaba entre los arboles de la luna. Eran una pareja que circulaba reglamentariamente, pero desconocedora de la maldad que les acechaba.
De repente, el rugido del motor de una moto empezó a sonar por esa solitaria y oscura carretera. En ella, viajaban dos viajeros. Viajaban de manera poco reglamentaria, cada vez estaban más cerca del automóvil, ocasionando una situación tensa e incomoda al conductor del vehículo, el cual no sabía como reaccionar. La moto, se situó al lado del vehículo, por el lado del copiloto y el viajero que viajaba en la parte trasera de la motocicleta, sacó una pequeña arma y una luz iluminó la carretera.
Un disparo.
El vehículo, se desvió violentamente al arcén chocándose finalmente contra un muro de hormigón. Se levantó el capó del coche y empezó a salir humo de su interior. La moto, giró derrapando y se acercó al coche. El fuego empezó a aparecer en el interior del vehículo. Los dos viajeros de su interior aún no se movían. El conductor de la motocicleta se bajó y se acercó andando lentamente a la puerta del piloto, la cual se encontraba destrozada por el impacto de la parte delantera contra el muro. Mientras tanto, el segundo viajero que se encontraba en la motocicleta se acercó al maletero, abriéndolo de un golpe y encontrándose una caja de metal de grandes dimensiones. La abrió y se encontró en su interior 5 bolsas de color azul.
El piloto acabó con el trabajo sucio y el copiloto se subió a la motocicleta, guardando el contenido de la caja en uno de los compartimentos de viaje que tenia el vehículo.
- Bien hecho soldados -dijo uno de los soldados ya en el laboratorio, los dos soldados que habían acudido a la misión permanecían quietos a su lado- Usted, preparé a la chica, nos tenemos que ir -dijo señalando a uno de los soldados.
El soldado que había cumplido con su misión se acercó a la muchacha y la protegió detrás de él. Querían llevarse a su compañera y no podía permitirlo. Los soldados se acercaron a él y empezaron a electrocutarlo con distintas armas preparadas y acondicionadas para someterlo. No podía hacer nada. Durmieron a la muchacha con una jeringuilla y la montaron en un contenedor, el cual cerraron y accionaron un botón para que todo aquello que se encontrara en su interior se congelara. Tenian que desplazarla a la nueva base secreta en Rumania.
Durante el desplazamiento del cuerpo de la mujer, algo inexplicable sucedió. El avión, perdió el control debido a la manipulación por parte de una infiltrada. Era una agente de S.H.I.E.L.D. Lo que sucedió después, ha sido clasificado como seguridad nacional por el señor Nick Furia. Nadie sabe el que y el como.
Buenas tardes!! Después de muchos años, estoy de vuelta. La historia no se ha acabado aquí, tengo mucho material de MARVEL que traer a esta novela que aún no ha llegado a su fin.
Actualizaré poco a poco pero con capítulos llenos de acción, aventura, romance, amor...
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Never Let Me Go (Steve Rogers/Capitán América)
FanfictionPara todas aquellas personas que aman a Capitán América; para todas aquellas personas que aman a Chris Evans; para todas aquellas personas que creen que el amor tarde o pronto llegará... Si todo lo anterior es cierto, esta es tu novela. EDITANDO.