Capítulo 19.

2.4K 122 3
                                    

Steve.
Miré hacia abajo y Allie estaba encima de una superfície de cristal que cada vez se estaba quebrajando más.

- Allie -susurré alargando el brazo cómo si pudiera cogerla.

- ¡Steve! -gritó alargando el brazo- Te amo.

Desperté bañado en sudor y con la respiración acelerada. Tenía la sábana envuelta en mis piernas. Me levanté a duras penas y pasé mi mano por mi rostro furioso mientras maldecía por lo bajo. Ese recuerdo se repetía cada noche des de ese día... Un año de su muerte, un año sin mi Allie. Me sentía pésimo. Había perdido a las dos únicas personas que un día creyeron en mi... Si me hubiera dado cuenta antes de sus sentimientos, de quién realmente era, esto no hubiera sucedido. Si no hubiera participado en el proyecto soldado... Miré por la ventana tratando de tranquilizar mi ajetreada mente pero no había manera, así que decidí ir al gimnasio para liberar tensión. Preparé mi bolsa y me fuí.
Llevaba ya cinco sacos, todos rotos y los recuerdos junto a ella no cesaban. Cada golpe que daba al saco, un recuerdo venía a mi mente provocando que diera un golpe más fuerte que el anterior. Me estaba torturando a mi mismo. El ruido del teléfono me sacó de mis pensamientos y lancé mi sexto saco por los aires, el cuál se estreyó contra la pared del fondo.

- Steve -dijo esa conocida voz por el teléfono.

- Clint.

- Necesitamos que vayas lo antes posible a la Torre Stark o Vengadores, cómo le quieras decir...

- ¿Para que? -pregunté acomodando mis cosas dentro de la bolsa de deporte con el logo de Capitán América.

- Hemos encontrado el cetro.

- De acuerdo. En dos horas estoy allí.

Agarré mi bolsa y un saco el cuál cargué a mi espalda. Caminaba por las solitarias calles de la gran ciudad hacia mi apartamento. Quedaba a un cuarto de hora del gimnasio, estaba relativamente cerca. Llegué al departamento dónde lancé el saco al suelo y fuí al baño a asearme. Una vez me había lavado me vestí con unos pantalones marrón oscuro y una camisa a cuadros azul marino y blanco. Me pusé una chaqueta de cuero y fuí donde mi moto. La prendí y tomé el rumbo al edificio de Stark.

30 minutos después...
Apagué el motor y bajé de mi querida moto. Subí los pisos lentamente en ese aburrido ascensor dónde siempre se oía la misma canción. Tiempo después las puertas se abrieron y apareció Tony delante de mi.

- Mi querido Capipaleta -dijo sonriendo- ¿Cómo va la dieta?

- Buenos días Tony.

Evité a Tony y me dirigí veloz hacia el balcón, dónde permanecí allí contemplando las vistas. Se empezó a oír mucho ruido así que dicidí ir dónde todos. Caminaba directo a ellos cuándo oí las voces de Natasha y Tony. Me asomé lentamente a la sala y allí estaban los dos hablando.

- Dejate de tonterias Stark, tenemos una misión.

- Lo sé. El Capipaleta esta allí... Esta muy raro des de lo sucedido con Satine...

- Allie, su nombre es Allie.

- Pues con Allie. Espero que para la misión esté más fresco.

- Seguro.

Me recargué en una columna y fruncí el entrecejo. ¿Tanto había cambiado tras la muerte de Allie? Me veía igual que siempre salvo por unas horas menos de descanso y un par de pesadillas. Puede que me haya distanciado más de los chicos... Decidí ir a cambiarme. Llegué a la habitación que me había asignado Tony en la Torre y abrí la puerta. En la cama de sábanas blancas se encontraba mi traje de Capitán América junto con sus complementos. Me calcé el ajustado traje y después las botas. Una vez listo salí a fuera con el escudo y el casco en mano. Caminaba dirección a mi antiguo sitio pero estaban Natasha y María Hill. Hoy tengo la sensación de escuchar demasiadas conversaciones ajenas, y eso no esta bien, nada bien.

Never Let Me Go (Steve Rogers/Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora