Capítulo 45.

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Narrador externo.
- ¿Tony como va todo? -preguntó Pepper, la novia de Tony, a través de un extraño xisme de Iron Man.

- Bueno... Ya te dije que Allie desapareció con Loki, no sabemos nada... Y Steve... -dijo Tony suspirando.

- ¿Que sucede con Steve? -preguntó tranquilamente Pepper.

- No ha vuelto a dormir. Cuando duerme la ve y no quiere conciliar el sueño... El amor por Allie le esta haciendo daño, a penas come, a penas descansa... Yo si fuera él, me metería en la cabeza que ese amor no es sano ni bueno...

- Tony, ¿si yo desapareciera dejarías de buscarme? ¿Aún sabiendo que lo más probable es que estuviera viva? -preguntó un poco molesta dadas las ocurrencias del millonario.

- Pepper, nunca dejaría de buscarte, nunca. Pero con la relación de Steve y Allie, no es lo mismo... No es lo mismo... -susurró- Ella lo quiere y murió por él, tres veces van ya. Él no se dió cuenta de que la amaba y Allie a sufrido por años. No es sano...

- Pero se aman -dijo Pepper.

- ¡Stark! -gritó Thor- Debes venir, ahora.

Tony se despidió rápido de Pepper y se acercó corriendo al lado de Thor. Caminaron en silencio por los largos pasadizos de Asgard hasta llegar a la sala de armas, allí estaba Steve. Se sentaron en una mesa y después les acompañaron los mejores amigos de Thor, sus fieles guerreros.

- Hemos visitado Alfheim, hogar de los elfos de la luz; Vanaheim, hogar de los Vanir, la raza hermana de Asgard; Midgard, hogar de los mortales; Jotunheim, hogar de los Gigantes de Hielo; y finalmente hemos visitado Nidavellir, hogar de los Enanos. -dijo Thor enumerando de uno en uno mientras veía a sus acompañantes- Solamente nos faltarían visitar Muspelheim, hogar de los demonios de Fuego; Svartalheim, hogar de los elfos oscuros; y finalmente Hel, el reino de los muertos.

- ¿No falta un reino? Son nueve en total pero aquí solamente he contado ocho -interrumpió Steve un tanto nervioso y fatigado.

- El otro mundo es Asgard, pero dudo que ella se encuentre aquí, pues hubiéramos sentido la presencia de Loki -puntualizó el rubio viendo a su amigo, quien agachó la cabeza.

- ¿Que queréis hacer? -preguntó la guerrera de nombre Sif- Nos quedan por visitar los peores reinos de los nueve que hay, no es muy buena idea.

- No podemos abandonarla... No... -susurró Steve.

- Nadie a dicho de abandonarla Capipaleta -dijo Tony pero sintió la pesada mirada del dios en él, le había descubierto- No la abandonaremos porque forma parte de nuestro equipo...

- ¡Señor! -gritó un guardia abriendo las puertas- Tiene que venir, es urgente.

Todos se miraron nerviosos y se levantaron de las cómodas sillas. Siguieron al acelerado Soldado por palacio hasta que llegaron al salón del trono, donde se encontraba Odin sentado en su enorme trono junto a su mujer Frigga. Se arrodillaron ante el Padre de todos y esperaron a que hablara. Tony y Steve permanecían de pie, mirando fijamente al rey quién no les quitaba la vista de encima. A regañadientes se arrodillaron y Odin empezó a hablar, comunicándoles una grata noticia para todos ellos.

- Lleváis cerca de un mes buscando a una mortal, aunque no tan mortal -dijo con cierto tono de enfado- Su nombre, Allie Hamilton, ¿me equivoco?

- No, Padre de todos, ese es su nombre -contestó Thor por todos.

- Ayer, Heimdall, envío a un guardia a mis aposentos, anunciando que había visto algo poco común. Había visto dos mujeres. Pero eso no era lo extraño, sino que eran dos mujeres mortales aquí en Asgard. Ayer no os dije nada porque a veces las predicciones pueden ser erróneas, además de que habíais regresado de Nidavellir. No quería resultar inoportuno -dijo Odin hablando lentamente mientras des de lo alto de su trono miraba a todos aquellos arrodillados, escuchando sus palabras.

Never Let Me Go (Steve Rogers/Capitán América)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora