Capitulo 12

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Natsu y yo, nos quedamos viendo un rato el lago, mientras charlábamos sobre cualquier cosa... Cualquier cosa que sucedería en el futuro. Incluso charlábamos sobre si tendríamos hijos, como serian.

-Es un poco tarde Luce- dijo mirando su reloj-. Debemos volver.

Yo asentí, él se levantó y me tendió su mano para ayudarme a levantar. Caminamos agarrados de las manos, hasta el auto, me abrió la puerta del copiloto, y luego la cerró cuando ya estaba dentro. Rodeo el auto por delante y entro por el lado del piloto.

-¿Estas bien?- me preguntó mirándome a los ojos.

Me mordí el labio al ver ese rostro tan hermoso, y esa mirada tan penetrante.

-Sí, ¿Y tú?

-De maravilla- contestó-. No sabes lo contento que estoy, prometida.

-Me alegro de oír eso, prometido.

Ambos reímos, el empezó a manejar y yo comencé a observar el hermoso anillo.

Era de oro con diamantes incrustados, debió de costarle una fortuna.

-Mañana le pediré la mano a tu padre- dijo Natsu, nervioso.

-¿Lo vas a hacer de verdad?

-Quiero que este matrimonio sea el más real- dijo con una sonrisa-. Quizás hasta tenga que pelear con Sting para que me deje entrar al despacho de tu padre.

-Es un hermano gemelo, sobreprotector- dije graciosa.

Seguí admirando el anillo... Era demasiado hermoso....

Hasta que un brillo apareció de repente, segándome un poco. Vi por el retrovisor que estaba a mi lado y una camioneta negra estaba detrás de nosotros.

Trague duro.

Comencé a juguetear con mis dedos, hasta que Natsu tomo mi lado con una sonrisa traviesa.

-¿Estás bien?- me pregunto

Asentí dándole una sonrisa.

Comenzó a acariciarme la mano con su pulgar y tarareo una canción.

-Prometida...- dijo con una sonrisa en su rostro-. Es tan bonito decirte así.

-Igualmente, prometido- dije graciosa, pero seguí con mi nerviosismo.

Mire el retrovisor y el auto seguía detrás de nosotros.

Aun no entrabamos a la ciudad, era un poca tarde pero aun así la ciudad estaba despierta a esa hora.

Subí un poco el vestido y toque mi pistola, mire a Natsu de reojo, aun tarareaba la canción y manejaba mirando al frente.

Separe mi mano de la suya de forma disimular, mire la puerta y luego el retrovisor.

-Natsu...-lo llame y me miro dejando de tararear.

-Dime- contesto.

-Bajas la velocidad?, vamos un poco rápido- dije con sonrisa inocente.

Bajo la velocidad a 60... y la camioneta también lo hizo.

Pan comido, nos seguían.

-Natsu...

-¿Estás bien, luce?

-Espero que me entiendas.

-¿Por qué lo dices?

Abrí la puerta de mi lado y me lancé hacia la hierba. Escuche el grito de Natsu pero no le tome en cuenta. Saque mi pistola y le dispare al neumático de la parte de atrás de la camioneta, haciendo que se fuera hacia un lado y frenara.

¡YO! ¿CASADA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora