capitulo 25

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perdon, de verdad, ahora lean.

°°°

Todo lo que había pasado la mañana anterior vino a mi mente.

Los hombres atacando la universidad, llegue a casa y aquel hombre me disparo y me golpeo, nunca me dijo quién era, pero solo sé que me quiere muerta por alguna razón.

Tragué duro.

-¿Qué es eso?- dijo Natsu en frente mío con dos fresas con crema.

-Vámonos- dije-. Pero antes quiero comer fresas con crema.

-Dame acá- dijo arrebatándome el sobre de las manos y dándome mi vasito de fresas con crema-. ¿Qué sucedió en la mansión?

No dije nada...

-¡Dime!- me gritó tan fuerte que hasta yo misma me asuste.

-Alguien quiere asesinarme- dije con un leve temblor en mis labios-. Solo estoy segura de eso...

Ahora fue el quien no dijo nada.

-Necesito ir a Fairy Tail, no puedo hacer esto sola, le pediré ayuda a Gildarts- dije nerviosa-. Solo llévame a Fairy Tail, por favor.

Asintió tragando una gran fresa que se había metido en la boca.

-Espela que me telmine...- dijo hasta que finalmente volvió a tragar-. Que termine. Vamos por el auto. Cuidado con la herida.

Toqué mi abdomen y todo estaba normal ahí, camine junto a Natsu hacia el estacionamiento.

-Espera- le dije-. Voy a buscar mis armas.

-Te acompaño- dijo rápidamente.

-No, tranquilo, iré sola, no creo que un mounstro me coma- dije.

-Está bien...

Corrí hacia la recepción, algunas personas me miraron raro, me adelante en la fila del ascensor.

-Necesito pasar- dije a las personas que estaban de primeras en la fila-. Y sola.

El elevador se abrió y de repente barnie apareció delante de mí.

-¿quieres un abrazo?- me pregunto con su estúpida voz.

No respondí.

Y el comenzó a cantar. Esto debía ser una broma.

-Con un fuerte abrazo un...

-¡Cállate!- dije arrancándole la cabeza a barnie.

-¡Mami, esa chica acaba de degollar a barnie! ¡Es mi ídolo!

Reí por lo bajo y subí al elevador, solo yo pasé, marque la clave y se cerraron las puertas.

Bienvenido sea a New York... Esperamos que su estadía sea de...

Y la maldita voz de elevador comenzó a sonar junto a una musiquita.

-No puede ser...- dije dando leves golpes al suelo con el pie-, ¡Apúrate!

Y así fue como por fin las puertas del elevador se abrieron, mostrando mi departamento.

Corrí hacia el segundo piso, tomé unos jeans oscuros, y una camisa de botones blanca, junto a una chaqueta negra, unos tacones con tacón de cuchillo, busqué las armas más fáciles de usar, un lapicero laser, 4 navajas que puse en mi chaqueta y 2 pistolas que escondí en mi cintura.

-Listo- susurré-. Un sándwich no estará mal.

Fui hasta la cocina y preparé un sándwich de crema de maní, lo comí mientras veía una película sobre elefantes.

¡YO! ¿CASADA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora