Capítulo 62

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Estabamos sentados en los sofás, mis padres estaban completamente serios, y yo no habia comentado nada de lo que habia pasado.

Dejé el sobre amarrillo sobre la mesa.

—Cómo es que...— susurré.

—Tenemos espías para ustedes en todas partes, sabemos lo que sucede— habló de una vez mi madre—. No somos idiotas, hija mía, siempre estaremos al tanto de lo que pasa en tu vida, aunque no nos digas ya lo sabemos...

Miré a Sting.

—Yo no les habia comentado acerca de lo de la Fraternidad y ya ellos lo sabían, son como el FBI personal en la familia— mi gemelo soltó una carcajada.

—Queremos que pienses muy bien lo que harás, Lucy— papá tomó una de mis manos—. Este divorcio no es de los proximos nueve meses, es uno exclusivo que caducará en un mes.

Mis manos picaron, con ansias de abrirlo y saber qué decía dentro.

—Explica que la mansión te va a pertenecer a ti luego de la separación— comenzó a decir mi madre—. Completamente tuya, y él debe tener un permiso para acceder a la propiedad.

Asentí.

—La empresa que sus apellidos manejan repartirá sus acciones en partes iguales para ambos, aunque te encuentre en china y él en Nueva Zelanda, ambos seguirán recibiendo cincuenta millones de dolares anuales— comentó papá, sacando su libreta de su saco—, a menos que alguno de los dos decida venderlas o delegarlas a otro miembro de sus respectivas familias.

—Yo me encargaré de hacerque sus expedientes de vida quedé en blanco acerca de este matrimonio, tanto en la iglesia como en la lista de matrimonios legales en los Estados Unidos de América— comentó Sting, mostrando su celular, habia hackeado gran parte del pentagono desde su iphone modificado por él mismo.

—Un mes— volvió a decir mi madre, tendiendome el sobre—. Un mes como máximo.

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Pov Natsu.

—Hombre, esto si que es de locos— Gajeel pasó una mano por su cabello en cuanto terminé de relatarles todo.

—Entonces... jamás te quitaste el anillo... lo perdiste?— trató de analizar Jerall.

—Así es— admití aunque fuese lo más estúpido del mundo.

Me recosté del sofá del apartamento de Gray, jugueteando con mis pies.

—Y te vas a divorciar, no?— preguntó Jerall—. Vamos, Natsu, te está dando una oportunidad, si no es lo tuyo, entonces sigue viviendo, si era lo tuyo, volverás con ella, así de fácil.

Jerall tenía razon, y yo no sabía qué hacer.

Gajeel comenzó a carcajearse.

—Y tú qué— preguntó Gray, divertido.

—Que el flamitas jamás se cayó de una bicicleta— siguió riendose como una morsa.

—O, ven acá traga acero— le reclamé.

Fui a encestarle un golpe cuando de pronto las puertas del ascensor se abrieron y mis padres, junto a Wendy aparecieron.

—Gray, danos un permiso para hablar con nuestro hijo— le pidió mi padre a mi mejor amigo.

Le hice una mueca con mis ojos para que no lo permitiera.

—Como no... Sr y Sra Dragneel... Wendy...— inclinó la cabeza, temeroso por la autoridad de mi padre.

¡YO! ¿CASADA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora