Me encontraba en la puerta del despacho de Albus Dumbledore. Respiré hondo y llamé. La cansada voz del director me dio permiso para entrar. Levanté la vista hacia la gran puerta de madera, y la empujé, dando vista al despacho de Albus Dumbledore.
Me sentía pequeña. Tanto tiempo fría, distante, era tiempo para pensar, recapacitar y concienciar. Siempre había entrado en ese despacho, con prisa, nerviosismo, o simplemente abrumada por una situación cualquiera. Esta vez, entraba siendo la niña de doce años que todavía se sentía perdida, siendo una chica de trece que intentaba abarcarlo todo, sin ser capaz, con catorce y con quince, creyendo que las cosas no estaban tan mal. Entrar con dieciséis, sintiendo todo eso, sintiendo que el mundo se hace demasiado grande para mí, sabiendo que no soy más que un peón de esta gran batalla, era una sensación que se te quedaba atascada en la garganta, que te mareaba, y que quitaba el aliento.
Entré al despacho, y me senté en la silla que Dumbledore dispuso para mi.
-Hola profesor. ¿Como está su mano?
-¿Quién me matará si no es Severus?- Dijo olvidando mi pregunta, sabiendo que era una perdida de tiempo.
-Un mortífago. Cualquiera. Pero no Severus. N-no quiero que él sea un asesino. Y no lo será. Está asegurado.
-¿Ambos sabemos que tu amigo, Draco, ha de matarme. Un castigo para Lucius, indudablemente. El chico no puede hacerlo so... amenos, que tu le ayudes ¿Verdad?
-No. Yo no ayudaré a Draco. Mi destino es... otro.
-Bien. Morir...- Se miró la mano irónicamente.- Moriré igual ¿Verdad?
-La piedra... Le dará fuerzas. Fuerza a partir de aquello que ha sido y, bien, siempre será su... debilidad. Si no le importa, debería irme.
-Claro. Adiós Danielle- Me levanté y me acerqué a la puerta.- Y...- Me giré a verle.- Espero que pases un buen año. Es tú último año como Gryffindor.
-Es un último año, podríamos decir.- Dije asintiendo. Sonreí sin ánimos, y salí del despacho.
***
-¡Venga ya Harry! ¡No puedes estar hablando en serio!- Rodé los ojos al oír a Hermione gritar a Harry.
Otra vez.
-¡No creo que Malfoy esté haciendo nada!- Susurró esto último.- La mayor parte del tiempo, lo pasa con Dani. ¿Crees que Dani haría algo malo? Lo más malo que ha hecho ha sido ayudar a un fugitivo inocente, y ayudar a los gemelos con la bromas.
-No me metas en eso Hermione. Pero Harry, Draco no está haciendo nada.
-¡Su padre es mortífago! ¡No por nada está en Azkaban ahorita mismo.- Fruncí el ceño cerrando mi libro.
-Tu mismo lo has dicho. Su PADRE. No él. Hazza, mi mejor amigo no es malo.- Intenté hacer que entrara en razón... bueno. Intenté que creyera a Hermione.
-¿Como sé que no te tiene amenazada?
-¿Amenazada? ¿Con que? ¿Con mis padres que están muertos? ¿Contigo que te pones en peligro de muerte sin necesidad de amenazas? ¿Con la que es tu mejor amiga y corre el mismo peligro? ¿Con Ginny, que tiene como a siete hombres y más protegiéndola? ¿Con los Weasley, que están en la Orden, por lo que solos corren peligro? Nadie puede amenazarme Hazza.- Dije tristemente.-Todo lo que haga, lo haré por voluntad. Y, decididamente, mi mejor amigo no es mortífago. Ah, y ve a ver a Dumbledore. Quiere verte.- Me levanté con el libro en mi mano, y me dirigí a la escalera. En ese momento, un niño de primero más o menos, le dio un pergamino a Harry, por parte del profesor Dumbledore. Llevaba la mitad del trimestre pasado yendo a las clases con Dumbledore. Seguí subiendo las escaleras, sonriendo sin poder evitarlo.
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Mi hermano es famoso (Harry Potter)
FanfictionDanielle vive en Manchester con sus padres. Pero ¿Que pasaría si esos no fueran sus padres? ¿Y si su único hermano, es en realidad alguien famoso? Alguien... ¿Que salvó a la comunidad mágica? Por qué si. Por qué Dani no es normal. Ni siquiera, dentr...