Maratón 4/5

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-¡Danielle! ¡Ya lo hemos destruido! ¡Dani! ¿Que...?- Harry llegó junto a su hermana, y vio la escena enfrente suyo. Theodore Nott estaba inerte , siendo abrazado por su hermana. Pasó la mirada a Blaise Zabini y Draco Malfoy. Ambos lloraban. Nunca creyó que vería a esos dos llorando de esa manera. Se arrodilló junto a la pelirroja, mientras Hermione y Ron lo observaban todo desde atrás, con miradas de lástima.- Dani... debéis llevarlo al Gran Comedor. Dani, no podéis quedaros aquí en medio.- Dijo poniéndole una mano en el hombro a su hermana.

-Theo...- Danielle giró su cabeza hacia él, sin dejar de abrazar a Nott. Harry notó su corazón encogerse. Los ojos de su hermana se mostraban destrozados, con una inmensa tristeza. Dani se mordió el labio, mirando a Theo, sospesando el quedarse allí, llorando, o hacer lo que su hermano le había hecho.

-Dani. Tu hermano tiene razón. Debes salvarlo- Draco le mandó una mirada significativa, mientras trataba de ser fuerte para su mejor amiga. Danielle asintió lentamente.-Nosotros le llevaremos al Gran Comedor. Danielle se levantó, le dio un fuerte abrazo sus amigos de Slytheryn, se agachó, y le dio un tierno beso en la frente de Theo, susurrando un débil ''Te quiero'' y, llorando, fue con Harry, Ron y Hermione. 

Avanzaron, con sus varitas en mano. Por una ventana vieron el patio. Grawp, el hermanastro de Hagrid estaba allí. También había arañas. Muchos mortífagos luchando contra profesores y alumnos. Danielle seguía llorando en silencio. Sus amigos le lanzaban miradas preocupadas de vez en cuanto. Se cruzaron con la voz del hermano mayor de Ron. Percy.

-¡Hola, señor Ministro!- Los ojos de Danielle se agrandaron, y empezó a correr, casi con desesperación, hacia donde venía la voz.- ¿Le he comentado que he dimitido?- Vio a Percy decir esas tres palabras. Corrió y se colocó al lado de Fred. Este no se dio cuenta. Estaba demasiado concentrada en luchar contra su mortífago.

-¡Bromeas, Perce!- Gritó Fred. Derrumbó a su contrincante y miró a su hermano con regocijo, encontrándose con Dani, y a quién le dio una sonrisa ladeada sin fijarse en sus lágrimas.- ¡Sí, Perce, estás bromeando! Creo que es la primera vez que te oigo explicar chistes...- Danielle se puso enfrente suyo, y le besó con sus manos en la espalda de este. Un beso desesperado y húmedo por las lágrimas de la chica. A Fred no le dio tiempo a reaccionar pues se produjo una fuerte explosión. Sintieron ser expulsados hacia atrás. Danielle notó un golpe en su espalda. Hizo un movimiento brusco, cayendo ella sobre el duro suelo. Solo llegó a ver el rostro preocupado, antes de caer en una profunda oscuridad.

No sentía nada. Estaba en una oscuridad infinita. Se puso de pie, y vio una pequeña puerta de luz. Había dos siluetas esperándola allí.

-Mama, papa...- Dijo cuando estuvo enfrente de esa puerta. Un hombre alto, de pelo azabache, ojos marrones como los suyos y unas  gafas rectangulares abrazaba por la cintura a una mujer menudita, peliroja de ojos verdes y una sonrisa amable. Ambos sonreían.

-Hola Danielle hija. ¿Como estás?- Dijo su padre

-No estoy muy segura. ¿Estoy muerta?- Preguntó ella con tranquilidad. La muerte no la asustaba.

-Tienes la misma opción que tu hermano, hija.- Le contestó su madre, acariciándole el rostro. Dani miró al suelo.

-Me encantaría ir con vosotros...- Sonrió tristemente a sus padres.- Pero no creo que mi hermano sea capaz de atarse bien los zapatos sin mi. Me necesita demasiado.- Dijo Danielle permitiendo que una risita saliera de sus labios. Ellos también rieron. De repente, Danielle se puso seria, y James y Lily miraron a su hija preocupados.

-Yo...- Empezó Danielle.- Lo siento. Sé que una Potter jamás debería llevar la marca que llevo. Siento haber insultado a los hijos de muggles para que esto siguiera adelante. Siento haber sido una decepción.

-¿Una decepción? Hija, mírame. Estamos muy orgullosos de ti cielo.- Dijo James.- Eso ha sido muy valiente. A pesar de que lo hicieras por Snivellus.- Al decir Snivellus, su padre lo dijo hasta con cariño.- Yo, personalmente estoy orgulloso de ti, Mini Cornamenta. Con tu hermano, creí que las bromas Merodeadoras estaban perdidas. Pero con esos dos amigos tuyos, tu eres un gran ejemplo Merodeador. Has sido fuerte por mucho tiempo. No te avergüences de llorar. Levanta la cabeza.- Cogió el mentón de su hija para que esta le mirara, y la abrazó con fuerza. Danielle le devolvió el abrazó fuertemente. Apretó el jersey que su padre llevaba puesto. 

-¿Podéis decirle a Remus, que lo siento mucho? ¿Que lamento no haberlo salvado? Y que cuidaremos de su hijo...  Y Cedric... y a Dobby. Oh, y a Theo... decidle que le quiero mucho. Nunca quise que él muriera por mi.

-Se lo diremos, tranquila.- Le dio un beso en la frente a su hija.- Ahora vuelve con ellos. Cuando despiertes, todo habrá pasado ya. Él está muerto por fin. 

Tras un último abrazo, James volvió con su mujer, y la luz los envolvió, dejando a Danielle en una completa oscuridad.

***

Danielle entreabrió los ojos, denotando demasiada luz. Movió su mano hacia la cabeza, que le dolía como los mil demonios.

-¿Dani?- Oyó la voz de cierto ojiazul.

-¿Fred?- Abrió bien los ojos.- Me duele la cabeza.

-Si... Te la golpeaste fuerte. Igual que la espalda. Pero Madame Pomfrey te curó.- Dani se sentó, estaba en el suelo.- Todo a terminado. Voldemort ha muerto.- Dani sonrió.

Pasó la vista por el Gran Comedor, pero se detuvo a mitad de este. Se levantó como pudo y, tambaleante, se acercó. Y, por segunda vez ese día, cayó de rodillas. Severus Snape se encontraba inconsciente. Su respiración era muy débil.

-Severus... Por favor, quédate conmigo por favor... Por favor Severus; te necesito aquí, necesito que te pongas celoso de cualquiera, hasta de mi hermanito; necesito que insultes a mi padre y a mi apellido cuando una cualidad Potter sale a la luz y que esos ojos negros me miren con tanto sentimiento al recordarte e ami madre. Pero sobretodo, necesito que estés a mi lado, apoyándome. Ya he perdido a Theo y a Remus... no te vayas tu también Sev... Te necesito.- Ríos de saladas lágrimas caían por sus mejillas y recorrían el espacio entre ella y Severus, cayendo en el pecho de él.

-Danielle... Mi pequeña Leona...- Severus estaba muy pálido y hablaba en susurros.- Ya sabes lo que me va a pasar... si yo no te celo, será Weasley... si yo no fulmino a los pervertidos será Harry... si yo no insulto a Cornamenta serás tu al recordarme. Si no soy yo quién ve a mi pelirroja en ti, será Black. Pero, pequeña, quiero que seas feliz. Quiero que olvides los tiempos oscuros y formes una familia. Y, para ello, debes apuntar con tu varita a la Marca y, en pársel, decir ''Finite esclavum''. Te quiero.-

 Dani cogió rápidamente su varita, y apuntando al antebrazo de Severus, y, diciendo esas palabras, le quitó la marca justo antes de que Severus diera su último aliento.

-Severus...- Las lágrimas salieron nuevamente de sus ojos. Lloró, pensando en Severus, en Remus, en Tonks, y en Theo.



Mi hermano es famoso (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora