La torre de Astronomía

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-¡Ginny! ¡Ron! ¡Hermione! ¡Dani!- Les buscó Harry entrando a la Sala Común.

-¿Harry? ¿Qué pasa?- Preguntó Hermione preocupada al ver el estado nervioso del chico.

-Ahora bajo y os lo explico.- Subió a su habitación y bajó rápidamente.- Sabéis lo de que en cuanto Dumbledore encontrara un horrocrux, iría con él ¿verdad?- Los cuatro asintieron.- Lo encontró. Me llevo la capa. Necesito que me hagáis un favor. Vigilad a Malfoy y a Snape. Por precaución.- Dijo mirando a su hermana.- Os dejo la Felix Felicis. Quiero que la toméis si pasa algo ¿si?

-Pero, ¿Y tu...?- Preguntó Ginny.

-No la necesito. Voy con Dumbledore ¿recuerdas?- La sonrió con amor.- Los tres amigos asintieron. Danielle se quedó quieta.

-Nos vemos luego chicos.- Le dio un beso en la cabeza a Danielle, y uno en los labios a Ginny. Ron frunció ligeramente el ceño pero no dijo nada. Cuando Harry se hubo ido, Dani habló:

-He de ir a dar un paseo. Iré con Draco.

-¿Quieres que te acompañe?

-No. Adiós.- Cogió su varita y salió de la Sala Común, dejando a los otros tres desconcertados.

-¿Creéis que está bien?- Preguntó Ron.

-No lo sé. Pero imagínate la tensión que ha de tener. Su hermano, la única familia que le queda está preparándose para luchar. Yo ya estoy de los nervios contigo, y tu no eres el que o vive o muere según quien- tu- ya- sabes.

-Aún así, no es razón para ser tan seca. ¿No?- Comentó Ron mirando a Hermione buscando apoyo.

-Cada cuál lo afronta como puede.- Dijo esta encogiéndose de hombros. Bien, yo vigilaré a Snape. Cualquier cosa, las monedas del E.D.- Se levantó y se marchó.

***

El profesor Dumbledore y Harry acababan de llegar a la Torre de Astronomia. El hombre se encontraba muy débil, por lo que se apoyaba en el hombro del menor.

-Harry...- Oyeron ruidos fuera de la Torre de Astronomía.- Petrificus Totalus.- Murmuró Dumbledore hacia Harry, provocando su inmovilidad, y echándole la capa por encima. Se alejó un poco, y oyó la puerta abrirse. Los pasos, rápidos y ágiles, se hicieron presentes, y la persona que apareció por las escaleras, no era precisamente quién Dumbledore esperaba.

-¿Que haces aquí?- Preguntó, apoyándose en una columna, esperando por la otra persona que debía aparecer. No tenía problemas con esa.

-No era a mi a quién esperabas, ¿eh viejo?- Habló Danielle, con una sonrisa petulante en el rostro.

-¿A que te refieres...?- Preguntó Dumbledore, apartándose de la columna intentando entender a la chica. Esta sacó su varita, y apuntó a Dumbledore.- Danielle ¿Qué haces?- Mientras, Harry se encontraba bajo la capa de invisibilidad, observándolo todo, sin entender nada. Aprovechando el desconcierto del profesor, Danielle le quitó la varita con un encantamiento de desarme.

-De verdad creía, que teniéndolo todo perfectamente dispuesto, ¿iba a ser Draco quién preparara el armario, quién los traicionara, y quién le matara? Qué triste profesor, lo tenía por inteligente.

-Era a él a quién protegías. A Draco. No a Severus.

-Oh no, profesor, yo me protegía a mi misma y a mi señor, de un traidor. Por Merlín. ¿Cree de verdad que me iban a gustar todos esos traidores a la Sangre, y los Sangre- Sucias? ¿Que no me importaría ser igual, hija de los Potter, pero que mi hermano fuera el importante? Estaba deseando que esto llegara, dejar de fingir. No sabe lo horrible que es tener que defender a esa sangre sucia de Granger por el simple hecho de evitar que me descubran. Oh, además, qué al haber hecho eso, la traición duele más. Eso es lo peor de todo. Que la traición, nunca viene de un enemigo.

-Danielle, solo estás confundida, baja la varita ¿Quien te ha amenazado?

-Oh, por dios. Nadie me ha amenazado.- En ese momento, Dani levantó el brazo, mostrando su marca.- Esto es lo que me hace ser quién soy. Yo misma. Mi señor estará orgulloso de mi. Se lo dije a mi hermanito. No hay nada con lo que me puedan amenazar. Me avergüenzo de mi madre. Una asquerosa Sangre Sucia. - Dijo con desprecio. En ningún momento soltó la varita. Unos pasos volvieron a hacerse presentes en la Torre.

-Vaya vaya Potter... al final resulta que si que eres de los nuestros.- Chilló Bellatrix poniendo una mano en su hombro.- Vamos... ¡Termina con él!- Danielle sonrió, levantó la varita, y abrió la boca.

-¡Avada Kedavra!- El rayo verde salió de la varita, para impactar en el pecho del viejo director, que se precipitó torre abajo.


Mi hermano es famoso (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora